25/02/2024
Un 25 de Febrero de 1778 en Yapeyú, Corrientes, nacía un niño que libertaría nuestra Nación, Chile y Perú, con su ejercito de Granaderos.
El período más intenso transcurrió entre 1812 y 1822, cuando se jugaba la suerte de la independencia americana y llevó a cabo las hazañas que lo inmortalizaron. Es el capítulo que más conocemos junto al periodo histórico fundacional. Una década que media entre dos decisiones íntimas y trascendentales que cambiaron su destino: el regreso a su tierra natal y el ulterior retiro para emprender un largo exilio, ambas adoptadas con plena conciencia de sus implicancias.
Regresó a su patria en 1812, con 34 años cumplidos. Atrás quedaban los seis años de su primera infancia transcurridos entre Yapeyú y Buenos Aires y los siguientes 28 años en España, donde labró su formación militar ganando preseas y reconocimiento por su desempeño en los campos de batalla. Ingresó con apenas once años al ejército real y participó de cinco guerras al menos; la contra la Francia de Napoleón Bonaparte. Cuando la España borbónica había quedado reducida a la isla de León, tomó la decisión de sumarse a la causa independentista americana.
La década siguiente fue muy intensa!
En julio de 1822 se reunió con Simón Bolívar en Guayaquil para requerir su apoyo y reunir una fuerza capaz de abatir al enemigo que controlaba buena parte del territorio peruano. No pudo ser, y entonces decidió retirarse y facilitar que fuera Bolívar quien concluyera la gesta americana, como vemos en tantas biografías.
En febrero de 1824 partió a Europa con la pequeña Mercedes, su única hija, sin su esposa Escalada, su esposa porque había fallecido.
Creo su propio destierro porque no pudo soportar las disputas políticas de su país y así pasaron 26 años, hasta su muerte, en 1850. Vivió en Bruselas, París y Boulogne Sur Mer. Durante todo ese tiempo estuvo acompañado por Mercedes, su esposo y sus dos nietas que alegraron sus días, padeciendo siempre con su salud.
Hoy ocupa el lugar más alto en nuestra historia, cuenta con el respeto y admiración de generaciones!
Fotos y texto: Rosana Spagna