28/09/2016
LA ODISEA DE EMPRENDER UN NEGOCIO EN BOLIVIA
By Erika Gottlieb
Hacer empresa en Bolivia es todo un reto, al menos si el deseo es hacer del emprendimiento algo “formal”.
El estudio Doing Business 2016 (realizado por el Banco Mundial), mide con indicadores cuantitativos las regulaciones que ayudan a la actividad empresarial o la restringen. El estudio permite comparar a 189 economías de todo el mundo y analiza las regulaciones de 11 áreas del ciclo de vida de una empresa, desde que se la inscribe por primera vez al sistema hasta su etapa de madurez.
Las áreas que se clasifican y que permiten ver si es fácil o no hacer negocios en un determinado país son: apertura de una empresa, manejo de permisos de construcción, obtención de servicios básicos, registro de propiedad, obtención de crédito bancario, protección de los inversionistas, pago de impuestos, cumplimiento de contratos, regulación del mercado laboral y otros.
Bolivia, en el estudio de Doing Business 2016 obtuvo una puntuación de 157, significa que nuestro país está entre los 32 países del mundo donde es más difícil ser empresario y tener un negocio.
Esta puntuación es preocupante sobre todo cuando países vecinos tienen excelentes puntuaciones: Chile 48 y Perú 50. Nuestra mala puntuación es consecuencia de la burocracia, el proteccionismo, nuestras instituciones deficientes y claro está, el gran nivel de informalidad que hay en los negocios de la mayoría de los Bolivianos.
Para abrir una empresa formal en Bolivia se necesitan 50 días desde que uno empieza a hacer los tramites hasta que finalmente puede funcionar de manera Legal, en cambio en Nueva Zelanda (País donde es más fácil abrir una empresa) se demora solo medio día en tener TODO listo para empezar a operar. Esta brecha parece casi imposible e improbable, es difícil de imaginar, sin ir lejos, en Chile y Perú se tarda 7 y 6 días respectivamente en abrir un negocio con TODO listo para empezar. ¿En qué estamos fallando? Los incentivos que tienen los profesionales para ser empresarios son casi inexistentes y sin las facilidades para los negocios locales la economía boliviana está dejando de crecer a los niveles que en realidad podría hacerlo.
La más grande de las restricciones que sufren los empresarios bolivianos tiene que ver con el pago de impuestos. Bien sabemos que los impuestos son fundamentales para el buen funcionamiento de una economía de Estado y que una empresa regulada y formal debe cumplir con todas las normas impositivas. Sin embargo la carga impositiva que tienen las empresas en Bolivia y la dificultad de acceder a métodos de pago fáciles, amigables y eficientes es realmente preocupante.
La carga administrativa que significa para una empresa boliviana el pagar impuestos es alarmante cuando se cuantifica:
Una empresa promedio en Bolivia hace 42 pagos de impuestos al año, gasta 1025 horas (Más del 40% de las horas laborales totales de una empresa) archivando, preparando y pagando impuestos al año, además paga en promedio 83% de impuestos sobre los ingresos (Sumando IVA, IT, IUE, Impuestos a la propiedad, a la transferencia, contribuciones a las cajas de salud y AFPs, licencias municipales, y otros tantos). A nivel mundial Bolivia está en el puesto 189 de 189 economías en este indicador, Bolivia es el país donde es más difícil pagar impuestos en el mundo.
En Bolivia casi el 80% de la población económicamente activa esta empleada en el sector informal, este gran tamaño del sector informal en nuestro país se atribuye a mucho factores pero el más importante es: La Fuerte regulación de las empresas formales. El gran sector informal boliviano obviamente trae consecuencias negativas para el crecimiento económico del país, muchos estudios demuestran que hay una relación estrecha y directa entre la formalidad y el PIB per cápita. Según UDAPE, las microempresas informales en Bolivia generan un 80% del empleo total pero solo aportan en 25% al PIB.
Es un verdadero circulo vicioso, el Estado recauda impuestos de las pocas empresas formales que hay, como al Estado le falta dinero, regula, sanciona y multa a las empresas formales. Mientras tanto existe todo otro mundo de empresas informales y empleos informales que no son regulados, porque no existen virtualmente para el Estado, en este mundo todo vale, todo se puede y al menos no hay multas.
Según Fundempresa existen actualmente en el país 273.299 empresas a enero de 2016 (Crecimiento del 6% con respecto al 2015), esto significa que por cada empresa formal que existe en el país hay 29 habitantes en edad de trabajar. Si aplicáramos la regla de la formalidad asumiendo que en cada empresa boliviana trabaja un promedio de 8 empleados (Tomando en cuenta a las micro empresas y también a las grandes empresas), en Bolivia deberían existir 1 millón de empresas a la fecha. ¡265% más de las empresas que existen actualmente!!
Los números saltan, y a veces solo los que tienen una experiencia propia en el afán de crear una empresa y hacerla funcionar pueden darse cuenta de que las cosas están mal en el país, pero este estudio del Banco Mundial permite entender de manera seria y cuantitativa la odisea que significa ser empresario en Bolivia.
Una medallita al valor y heroísmo es lo que merecen todas las empresas formales en este país.