09/07/2024
Agradecimiento y Libertad: Un Viaje Sin Prejuicios
Despertar en cualquier agujero del mundo, con el sol arañando mi rostro y las persianas jodidas dejando entrar la luz. No importa el lugar, siempre hay una carretera que me llama, una oportunidad para romper las cadenas y ser libre, sin ma***tos prejuicios. La naturaleza es mi única constante, mi dosis diaria de inspiración y furia. Es mi droga, mi refugio, mi razón para seguir.
Las segundas oportunidades no llegan a menudo, pero cuando lo hacen, son como un trago de whisky después de un día de mi**da. He jodido cosas, muchas veces, pero también he encontrado la manera de arreglarlas. Como una pincelada que tapa la mugre en una pintura, así es la vida.
En mis andanzas, he conocido almas que son puro arte. Gente que, con su primera pincelada, te vuelan la cabeza. No necesito dar nombres, sus huellas están grabadas en cada línea que escribo, en cada foto que disparo.
La naturaleza es mi amante cruel. Es libertad, es rabia, es todo lo que necesito para seguir respirando. Siempre voy donde hay arte, aunque tenga que rascarlo del fondo del barril. Es lo único que me mantiene vivo, lo que me da un propósito en este mundo podrido.
Vivir así es un ma***to desafío. He peleado con la ansiedad, el amor, la nostalgia, el dolor. He llorado sin razón, y cada lágrima ha sido una puñalada en el alma. Pero esa es la esencia de la vida, el toque amargo que le da sabor a la existencia. Cada día es una batalla, pero también una oportunidad para encontrar belleza en el caos.
Mi arte, si puedes llamarlo así, está empapado de amor. No el amor de cuento de hadas, sino el amor real, el que te desgarra y te reconstruye a partes iguales. Cada atardecer es una obra maestra, un recordatorio de que la vida, a pesar de todo, tiene su jodida belleza.
Soy un vagabundo, un trasumante con expectativas tan altas que me asfixian. Pero sigo adelante, buscando lo mejor, tratando de capturar esa belleza fugaz.
Y aunque no lo mencione mucho, mis compañeros de viaje están ahí, en los detalles, en la compañía silenciosa que me ofrecen. La vida es un perpetuo atardecer, una cadena de agradecimientos y maldiciones. Y yo, sigo adelante, libre, sin prejuicios, con el corazón abierto y el alma llena de cicatrices y gloria.
