23/03/2017
RAUL PAZ : UNA CANCIÓN PARA CADA MES DEL AÑO
El onceno disco del reconocido intérprete estará listo hacia principios de 2018 y tendrá 12 temas que prometen ser un reflejo de las experiencias e ideas del artista durante el tiempo transcurrido.
"Me propuse componer una canción por mes para saber después cómo fue exactamente o qué me inspiró en cada momento de un año. Es muy interesante porque me obliga a un trabajo más consecuente, a sentirme y estudiarme a mí mismo", explicó Paz a Prensa Latina.
Además, señaló que el público deberá esperar a que todos los temas estén listos para escuchar el álbum, el cual, confesó, "no será nostálgico ni hablará de historias o pasiones antiguas".
Queramos o no, los discos son pequeñas autobiografías que te transportan a un lugar y te recuerdan lo que eras cuando los hiciste. Eso es lo que pretendo lograr con este que se titulará 2017: ser un poco más consecuente con el tiempo que vivo, añadió.
Según el autor de Revolución y Mulata, la nueva producción buscará un acercamiento o coqueteo con ritmos y sonoridades actuales, como parte del propósito de retratar el momento en que se encuentra.
Mis trabajos anteriores fueron una especie de concientización del pasado, con influencias múltiples de mi niñez. Este es un disco actual, en la Cuba de 2017, sobre lo que me pasa ahora y lo que quiero decir hoy, afirmó.
Merecedor de varios premios nacionales y extranjeros, Paz también trabaja en la grabación de alrededor de 15 temas de su autoría para la telenovela cubana Tiempos de amar, la cual está dirigida por Ernesto Fiallo y llegará a los hogares cubanos en abril. Asimismo, prepara los detalles de una gira por el país, que comenzará el 6 de mayo en Guantánamo y concluirá en la escalinata de la Universidad de La Habana, a principios de junio.
Realizaremos presentaciones de Oriente a Occidente junto a la Federación de Estudiantes Universitarios. Es una iniciativa que me entusiasma mucho porque tendré la oportunidad de intercambiar con los jóvenes y fabricar con ellos cada concierto, indicó.
El compositor y productor considera que sus canciones son una gran mezcla de géneros, resultado de sus orígenes y la repercusión de diferentes corrientes, entre ellas la música negra estadounidense, la tradicional campesina y la nueva trova cubana.
Entre los artistas extranjeros con mayor influencia en mi trabajo se encuentran el estadounidense Stevie Wonder, por la mezcla y la musicalidad; el jamaiquino Bob Marley, por su lado caribeño; y varios intérpretes franceses como MC Solaar o Francis Cabrel, señala.
Por la parte cubana, me inspiro, por supuesto, en esa nueva trova de la que venimos todos, en Santiago Feliú joven cuando tenía un dúo con Donato Poveda, en Pablo Milanés y de cierta manera en Silvio Rodríguez, añade.
Además, recuerda que lo marcaron grupos como Irakere y asegura que la música tradicional cubana estará siempre en su trabajo.
Con el tiempo, uno descubre que sigue siendo lo que fue, que puede evolucionar, pero hay una raíz que está presente toda la vida. Yo crecí en un pueblo de Pinar del Río, donde se escuchaba la música campesina y eso sale en mis canciones, se nota por el modo de improvisar, el uso de las guitarras, de tonalidades menores, el cantar cosas alegres con cierta nostalgia, explica.
En mis temas se ve lo que soy, lo que es parte de mí, aunque esté mezclado con guitarras eléctricas y el ritmo funky en la batería. Eso me tranquiliza porque me hace más honesto. Me gusta cantarle a la vida, al optimismo, a la necesidad de seguir hacia adelante y tratar de ser un poco mejor, afirma.
Paz agradece la suerte de venir de un país donde la mezcla está en todo tipo de cosas, en la sociedad, la historia y la cultura.
Asimismo, considera que los creadores deben ser capaces de abrirse a un contexto en el que el arte no le pertenece a una sola región.
Somos músicos del mundo, dice, podemos tomar todas las sonoridades e integrarlas a las nuestras.
Graduado en la especialidad de Canto Clásico y Canto en el Instituto Superior de Arte de La Habana, Paz viajó a Francia a mediados de la década de 1990 y cursó un máster en Musicología en el Conservatorio de París.
Su disco Mulata (2003) vendió más de 60 mil copias y se ha presentado en escenarios de varios países, además de colaborar con Tito Puente y su orquesta, el proyecto Orishas, Isidro Infante, La India, Marc Anthony, Rosario Flores y Manu Chao, entre otros.
Para él, regresar a Cuba era una necesidad como ser humano: "Eso es algo que hace falta siempre, volver a tu casa, a tu familia, a tu país. Saber que hay un lugar en la Tierra al cual perteneces, pero que también es tuyo, ayuda a calmar el alma".
Estoy muy contento de estar aquí. He aprendido muchas cosas en estos últimos años que no sabía o no entendía de mí, de mi vida, de mi manera de decir, asegura.