25/07/2021
Los más dulces y juguetones de las islas encantadas: los lobitos del mar. Me los llevo en el corazón con su actitud perruna y sus ladridos guturales.
Nadar con ellos es danzar, te amagan, van directo a ti, dejándote el alma en un hilo, para en el último segundo esquivarte, te vuelven a amagar, te envuelven con su danza ¡qué maravilla!
Más aún ahora, después de estas vivencias, tengo la certeza de que; en este camino de la vida, los animalitos son nuestros hermanos menores y que DEBEMOS cuidarlos y amarlos.
Gracias, gracias, gracias a mi mami ❤️En plena pandemia, tener esta experiencia ha sido un auténtico regalo ✨.
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