11/05/2014
¿Sabíais que en Linares hubo un molino de aljez -al menos uno, posiblemente más-, que es el yeso rojo con el que se enlucían las fachadas y que éste es el responsable de los regueros de color rojo, debido a las lluvias, tan característicos de la fachada lateral derecha de la Iglesia de la Inmaculada? Y digo hubo porque ahora está derruido. Se encuentra dentro de la propiedad de la masía de El Batán, pero está al borde del sendero del PR-TE30, que une Linares de Mora con Nogueruelas pasando por la fuente de El Tajo por lo que no hay problema para ver lo poco que queda de la aljecería: las cuatro paredes y la piedra o muro circular que servía de eje para que la mula o el macho -a saber- girasen constantemente consiguiendo moler el mineral. Éste era después acarreado hasta El Batán donde pasaba por otro molino, movido por la fuerza del agua.
Si se os ha despertado la curiosidad, sólo tenéis que acercaros hasta el tramo del río Paulejas que está a la altura de El Batán y tomar el PR –dos marcas paralelas en blanco y amarillo- que se encamina hacia Nogueruelas. Al poco de cruzar el río para comenzar la subida al camino de El Tajal, lo encontraréis.
Os dejo un enlace a un extenso artículo -formato pdf- en el que se habla sobre Albarracín y su arquitectura. Puede parecer que nos queda lejos, pero lo cierto es que el material que ha conseguido que su aspecto actual sea tan característico y tan recordado no es otro que el aljez. Explica que la casas se enlucían con aljez y que los aleros tan sobresalientes tenían su razón de ser en la búsqueda de protección de las fachadas en los días de lluvía -¿os recuerda a algo?-. También menciona que el uso de la cal, ya fuese en blanco o en azul, llegó a la comarca por los intensos intercambios comerciales con otras zonas de España en los siglos XVIII y XIX. No debe existir gran diferencia con lo que pudo ocurrir con Linares, porque ambas poblaciones fueron territorio fronterizo.
He de agradecer a Carmen Escriche, la Conservadora de la Sección de Documentación del Museo de Teruel, el haberme facilitado el enlace, así como su explicación sobre el escaso acierto de la actual tendencia que hay a eliminar los enlucidos en algunas zonas para dejar vista la mampostería, ya que la Comisión de Patrimonio del Servicio Provincial de Educación, Cultura y Deporte, tiene elaboradas algunas prescripciones que establecen que, como norma general, no se deberían retirar los enlucidos –salvo que se pueda demostrar que la mampostería tuviera calidad de acabado de fachada-. Añadir que la Comisión tiene carácter consultivo, por lo que la decisión final es de quién rehabilita o construye.
http://informesdelaconstruccion.revistas.csic.es/index.php/informesdelaconstruccion/article/viewFile/439/512