23/10/2021
El valle del Silencio es un lugar ideal para estar callados, aunque de vez en cuando entran ganas de decir obviedades como «qué maravilla». En el siglo VIl llegó hasta aquí un monje que le vio posibilidades a la zona y empezó a construir un templo. Con los siglos, los eremitas tuvieron que salir corriendo porque llegaron los musulmanes. Cuando se pudo, volvieron, reconstruyeron lo arruinado y se añadieron hospedajes para aprendices de monjes. Así, San Pedro de Montes de Valdueza llegó a ser el centro monacal más poderoso del Bierzo. Y después llegó Mendizábal. Hoy se puede visitar. Entre sus ruinas bien restauradas se adivina lo que debió de ser el pasado. También tiene una iglesia con reformas y parches añadidos desde el s XII hasta el XVIII y un retablo barroco superpoblado de angelotes con tendencia a la obesidad.