04/02/2025
DECLARATORIA DE LAS FIESTAS DE SORIANO COMO PATRIMONIO INTANGIBLE DEL ESTADO DE QUERETARO.
Nos reunimos hoy aquí, en este lugar emblemático de nuestra historia y tradición, para celebrar un acontecimiento de gran trascendencia para la cultura del Estado de Querétaro: la declaratoria de las Fiestas de Soriano como Patrimonio Cultural Intangible.
Hoy, en este ambiente festivo de júbilo y alegría, en el marco de la celebración 61 Aniversario de la Coronación Pontificia y el 16 Aniversario de la elevación al título y dignidad de Basílica Menor, se realizará, el protocolo de la develación de la placa conmemorativa de la Declaratoria de las Fiestas de Soriano:
"Por.. su valiosa aportación cultural en el folklore, costumbres, rituales, danzas y manifestaciones religiosas, representaciones y expresiones que son reconocidas por la comunidad, que interviene y colabora año con año en su realización, como parte integrante de su patrimonio cultural, trasmitiéndolo de generación en generación y que infunde un alto sentimiento de identidad a quienes en ellas participan".
Las Fiestas de Soriano son mucho más que una celebración. Son una expresión viva de nuestra identidad, de nuestras raíces y de nuestras creencias. Son el resultado de siglos de historia, de la fusión de culturas y de la devoción de un pueblo que ha sabido mantener vivas sus tradiciones a pesar del paso del tiempo.
En estas fiestas, se entrelazan lo sagrado, la música y la danza, la fe y la alegría. Son un espacio de encuentro y convivencia, donde las familias se reúnen para compartir experiencias y fortalecer los lazos que nos unen como comunidad.
Las gestiones administrativas iniciaron el 30 de septiembre de 2021, cuando se ingresa la petición ante la Legislatura del Estado, integrando el expediente de las Fiestas que acompaña a la solicitud, posteriormente, el 7 de julio de 2022, en sesión ordinaria del pleno en la Plaza de la Coronación, se aprobó la “Iniciativa de acuerdo por el que la Sexagésima Legislatura, exhorta al Poder Ejecutivo del Estado de Querétaro, para que realice el procedimiento necesarias para la Declaratoria, publicándose el acuerdo en “La Sombra de Arteaga” el 7 de julio de 2022.
El expediente final se entregó, después de la firma de las autoridades eclesiásticas, comunitarias y del Concejo de Basílica, a la titular de la Secretaria de Cultura el 23 de febrero del 2024, para que, finalmente, el 19 de julio de ese mismo año, el Poder Ejecutivo publicara, en el periódico oficial del Gobierno, la Declaratoria de las Fiestas de Soriano como Patrimonio Cultural Intangible del Estado de Querétaro.
El documento de las Fiestas de Soriano, consta de 150 páginas, que esperemos se pueda publicar en próximas fechas, en su contenido incluye los antecedentes históricos del Municipio de Colón, el inició del culto a la Virgen de los Dolores, su descripción iconográfica, el origen, organización y descripción de la Fiesta de Soriano. Incluyendo las entrevistas y testimonios de la realización de la festividad y la devoción.
En cuanto a la Fiesta, se describe a principios del siglo XIX de la siguiente manera: “Salía el mayordomo, acompañado de los de Cargo de las Fiestas de Nuestra Señora de Soriano, para pedir limosna para el ropaje de la Virgen”. Los de Cargo se refiere, al sacristán, el colector de limosnas, el ayudante, los cantores y músicos. Se repartían estampas, listones cortados al tamaño de la imagen. Con la colecta, se compraba lo necesario para la fiesta, la cera, los cohetes, estampas y listones y el pago de “los milagros” hechos por el orfebre.
Durante los años 30, don Blas Moreno, mayordomo por 55 años, hasta su fallecimiento en 1986, impulso la realización de la fiesta, al igual que muchas personas que formaban parte de la mayordomía. En su casa se recibía a los peregrinos, la danza, los músicos; se les daba de comer a todos y en la cocina había lebrillos con frijoles, arroz, nopales, calabazas. La fiesta era solo de tres días de miércoles a viernes; el miércoles llegaban los peregrinos de la sierra, San Juan del Río y sus comunidades.
Doña Victoria Gutiérrez Ugalde, comparte sus recuerdos de la fiesta a sus 96 años, hoy aquí presente, cumpliendo un centenar de vida, dice: en la fiesta mi mama vendía, ponía su changarrito y yo estaba chiquita de unos 9 años, y yo era la que le hacia los mandados, y la fiesta nada más se hacía solo en la placita, y hasta la tienda de Cuca, y en todas las calles lo que se ponía eran lo quioteros, en la cuadra de aquel lado de allá se ponían las que vendían comida, y en esta aparte de enfrente todas las que vendían ponches, café, todo eso.
Y, los puestos, las sombras eran puras enramadas y ponían unas vigas y tablas, y ahí se sentaba la gente a comer, toda esa calle de puestos de comida, y acá la lotería, y era lo que había entonces. Y se alumbraban los puestos con unos aparatos, de esos botes de aceite que había en ese tiempo, que se llenaban de petróleo, con puros aparatos de esos se alumbraba, no había luz, y eso era lo que había en la fiesta.
En los años 50, con la llegada del padre Padilla, se le da un giro a la organización y celebración de la fiesta, al igual que con el impulso del padre Manuel Tavera y el padre Juan Manuel Pérez Romero.
Actualmente, los preparativos comienzan desde el mes de enero, con las reuniones del albero mayor, el rector de la Basílica y el Consejo, para organizar el programa de peregrinaciones, velación y desarrollo de la fiesta; participan cuatrocientos alberos de las parroquias para realizar, los rosarios, velaciones, con las imágenes peregrinas.
Los signos trascendentes, que acompañan la festividad, son: el cambio de ropaje, la velación realizada por la Unión de Floristas de la Cañada, que adornan el anda, la Basílica y el pórtico de entrada, que ya cumplieron el primer centenario de estar realizando esta actividad. El alba de cohetes, las mañanitas, el viernes de Dolores.
En la actualidad, la fiesta, dura tres semanas, se observa la gran cantidad de peregrinos y visitantes que vienen año con año y son recibidos con la imagen peregrina, la banda de viento y la danza, que encaminan sus pasos hasta la Basílica Menor, durante el trayecto se escuchan oraciones, vivas y porras en su honor.
Al acercarse a la Basílica, el estruendo de los cohetes y el repique de campanas, anunciando su llegada; en la explanada, atrio y Basílica, se perciben las más variadas manifestaciones de religiosidad popular, entre la danza con la vistosidad de sus atuendos y los penachos multicolor, la música de viento y el ambiente de fiesta de los puestos colocados a los alrededores, la quema de castillo y la verbena popular.
Agradezco profundamente, a quienes compartieron sus recuerdos, sus vivencias, fotografías, y a quienes colaboraron en la formación del documento. Así como al Rector de la Basílica, Pbro. Victor Avendaño, a los integrantes del Concejo de Basílica, a doña Vito por sus memorias y a María Fernanda Vega Valadez, la realización y transcripción de las entrevistas, que, sin duda, constituyen una riqueza testimonial
Esta declaratoria es también un compromiso. Un compromiso de proteger y preservar este legado cultural para las futuras generaciones. Un compromiso de difundir y promover el conocimiento de nuestras tradiciones, para que sigan enriqueciendo nuestra sociedad y proyectando nuestra identidad al mundo.
Los invito a todos a sumarse a esta celebración. A vivir con intensidad las Fiestas de Soriano, a transmitirlas a nuestros hijos y a compartirlas con quienes nos visitan. Juntos, podemos hacer de este patrimonio cultural un motivo de orgullo y un símbolo de unidad para todos los habitantes el Municipio y Estado.