Viajes Bojórquez nació en el pueblo de Hunucmá, una pequeña población de Yucatán que cuenta con 30,000 habitantes y que se encuentra al Noroeste de Mérida, la capital del estado, desde muy chico Alberto Bojórquez disfrutaba de la lectura, especialmente de las de carácter histórico, debido a esta pasión se convirtió en maestro de primaria de localidad, a los 20 años se enamoró de Delfina Patrón y contrajeron matrimonio.
Junto con su esposa emigraron de Hunucmá, en busca de una mejor vida, fueron a Mérida y posteriormente a Villahermosa, Tabasco, en donde empezaron a finales de los años 50,s a organizar excursiones, las promovían de puerta en puerta y lograron convencer a un grupo de gente que se animaron a salir de Villahermosa, hacia distintos destinos de su estado natal, Yucatán, con la simple intención de mostrar los atractivos de su tierra de la cual se sentía orgulloso.
Posteriormente inventaron nuevos destinos y se trasladaron hasta Quintana Roo, ya que le gustaba descubrir nuevas playas, y así fue así como llegó a lo que hoy es Cancún y a Islas Mujeres en donde se quedaban a dormir en hamacas, ya que había muy pocos lugares para hospedarse en aquella época de esa región, debido a que no estaba urbanizada. Alberto conseguía que algunos pescadores de la zona se encargaran de brindar el alimento que comían bajo la sombra.
Los viajes se realizaban por tren o autobús y durante el largo trayecto, Alberto explicaba la historia de los Mayas, que debido a su antiguo trabajo como profesor, conocía muy bien, esa etapa de la historia de México. En éstos recorridos que él mismo llamaba “Excursiones Culturales” le encantaba contar anécdotas y chascarillos que amenizaban sus relatos históricos, también era declamador y le gustaba contar chistes, porque quería hacer ameno el largo recorrido de más de 20 horas.
Una de las características por las que más se le recuerda, era la cercanía que tenía con sus clientes ya que hacía una reunión previa con el grupo antes de cada salida para explicar lo que verían y al regresar se volvían a reunir para mirar juntos las fotografías de la salida. Todo esto hacia que la mejor publicidad para su naciente negocio fuera la recomendación y poco a poco fueron aumentando sus clientes y sus viajes hacia la tierra que lo vio nacer.
Posteriormente en 1959, los esposos Bojórquez, se trasladaron a la Ciudad de México, para mantenerse económicamente por la tarde, Alberto laboraba como supervisor en un cine y por las mañanas se dedicaba a ofrecer sus recorridos, los cuales realizaba los fines de semana. Además como era un hombre muy activo y tenía que buscar el sustento para sus ocho hijos, inventó perfumes y fragancias,por lo cual inició a comercializar condimentos yucatecos como el achiote y el chilmole bajo el nombre de “El boxito” y al reverso de las etiquetas colocaba bombas y recetas tradicionales de la región yucateca.
Hasta que un día se le ocurrió incluir en esas etiquetas la leyenda: Se organizan viajes a Yucatán, por lo que reinició sus Tours Culturales, ahora desde la Ciudad de México. Posteriormente, gracias a la demanda de los habitantes de una de las ciudades más pobladas del mundo, inició otros recorridos a otras partes del país, como los Cabos, Mazatlán, Barranca del Cobre, Zacatecas o Tecolutla, en poco tiempo se le fue conociendo como “El Pequeño Gigante del Turismo”.
Sin embargo Alberto siempre tuvo una predilección especial hacia la península de Yucatán, en especial hacia la zona, en donde se encuentra Cancún y por ese cariño se le considera como el principal promotor de esta ciudad, que actualmente es uno de los destinos turísticos más importantes del país. Como empresario su filosofía y política fue: “Mexicano, primero conoce tu patria que es muy bella”, Además fue uno de los pioneros en el turismo social al llevarlo a la clase trabajadora.
Fue con estas primeras excursiones que potenciaron este destino, que posteriormente se vería favorecido, cuando el entonces Presidente de la República, Luis Echeverría Álvarez, diseñó una iniciativa para crear zonas de desarrollo para detonar el crecimiento turístico de nuestro país, por lo que encargó a un grupo de personas expertas en turismo, el explorar las posibilidades para ver dónde convendría poner esos desarrollos turísticos.
Los destinos que fueron seleccionados en un inicio fueron Huatulco, Ixtapa, Cancún y Los Cabos, por lo qué se hicieron los estudios para la ver la vialidad de cada una de estos destinos turísticos. Durante esta evaluación, el creador del Fondo Nacional de Fomento al Turismo y uno de los encargados del proyecto, Antonio Enríquez Savigñac, se acercó a Bojórquez y le preguntó su opinión acerca del proyecto, ya que consideraba que era un experto en el turismo en zonas inhóspitas y sobre todo porqué él ya había llevado turismo a esos destinos. La respuesta de Alberto fue indudablemente favorecedora para Cancún, por lo que le dijo a Savigñac “Yo los llevo, porque hay unas playas vírgenes preciosas, hay lagunas, comemos langosta muy rica, fresca; existen sitios arqueológicos Mayas preciosos, aquí está Xel-Há, Tulum y otras zonas arqueológicas de gran reconocimiento”
Su recomendación fue fundamental para que Cancún, empezará a tomar ventaja sobre las demás competidoras y sirvió para que fuera invitado por Savigñac a una reunión con el Presidente Echeverría, que le preguntó, que por qué considera que esta región fuera la favorecida con este proyecto. Don Alberto acostumbrado a hablar ante público, le explicó al Primer Mandatario, la importancia de la cultura Maya y la belleza de las playas de esta zona de Quintana Roo, así como la satisfacción que experimentaban sus clientes que visitaban ese lugar. Cuenta su hijo Alejandro, que cuando su padre terminó de hablar, el inquilino de los Pinos, le dijo “Habla usted tan bonito que me gustaría hacer una excursión con usted a esa zona” y Posteriormente firmaría el acuerdo y giró la instrucción para que se liberaran los fondos necesarios para iniciar el proyecto de Cancún.
Más adelante según, cuenta, el ahora Director General de Viajes Bojórquez, que cuando trazaron el mapa de Cancún, las autoridades federales, pensaron en hacerle un homenaje a su papá y lo hicieron de una forma extraordinaria. Don Antonio Enríquez Savigñac, le dijó en una ocasión a mi padre: “Don Alberto, ¿usted sabe cómo se llama esa laguna?´, y mi padre le responde: ´No llego a tanto don Antonio, como para conocer el nombre de esa laguna”. Por lo que Enríquez Savigñac le responde: ´Entonces para que no se le olvide, esa laguna se llama Laguna de Bojórquez, en su honor, lo que provocó que mi padre se quedara muy sorprendido”.
Alberto al igual que el estadunidense, Phileas T. Barnum que es considerado como uno de los creadores de Las Vegas, en los Estados Unidos, fue un gran visionario y prueba de ellos es que fue el primero en adquirir un terreno en Cancún, donde construyó el primer hotel de este destino, El Bojórquez, que tuvo 24 cuartos, y fue edificado en el año de 1974 y que después se le conoció como “Club Caribe Cancún”.
Así poco a poco fue creciendo Viajes Bojórquez, que moviliza actualmente a millones de turistas en todo el país y según palabra de su Director General, Armando Bojórquez, quien es graduado en la carrera de Administración de Empresas, con postgrado en Finanzas y quien desde los 15 años se integró a la empresa como guía de turistas, lo que le sirvió mucho para encargarse de la empresa, menciona que al fallecer su padre, comentó: “Una gran parte del crecimiento lleva implícitamente su capital humano, pues el turismo se traduce en humanismo”.
Manejamos directamente más de dos mil empleos, más aparte todos los indirectos, entre prestadores de servicios como restaurantes, hoteles y líneas aéreas.