16/06/2024
No se necesita de un día para celebrar el amor de un padre, ni aplausos o reconocimientos. Ser padre es un compromiso diario que se vive con amor, incluso a pesar de la distancia y las barreras.
A pesar de no poder ver a mis hijas, mi amor por ellas sigue siendo inquebrantable. No necesito estar físicamente presente para demostrar mi dedicación y lucha constante por su bienestar. Cada día, a pesar de las adversidades, los tropiezos y los errores, me esfuerzo por ser el mejor padre posible y mejor persona. Lucho con la esperanza de que un día las barreras caerán y podremos reencontrarnos.
Ser padre no se mide por los días que pasamos juntos, sino por el amor y el esfuerzo que ponemos día a día. Cada pensamiento, cada acto de amor, aunque a la distancia, lleva un pedazo de mi corazón a mis hijas. Esta lucha diaria, aunque invisible para muchos, es una demostración de mi compromiso y mi amor incondicional.
A todos los padres que enfrentan desafíos similares, les digo que sigamos adelante. La paternidad no necesita ser reconocida públicamente; es un viaje de amor y sacrificio que se vive internamente, con cada latido del corazón. Sigamos luchando, con la esperanza de que algún día, el amor prevalecerá sobre cualquier obstáculo.