08/01/2024
Otra tradición que también tiene sus orígenes en las saturnales romanas es la Rosca de Reyes, Roscón de Reyes o Pastel de Reyes, propia para el 6 de enero aquí en Ciudad de México en donde habito desde hace 35 años.
Las saturnales eran fiestas dedicadas a Saturno, el dios de la agricultura y la cosecha; introducida hacia el 217 a. de C. consistía de un sacrificio realizado el 17 de diciembre, día de la consagración de su templo en el Foro Romano, luego un banquete público seguido por el intercambio de regalos tales como velas o figurillas de barro, las casas se decoraban con plantas, se encendían velas y antorchas para celebrar el fin del período más oscuro del año y el nacimiento del nuevo período de luz, un continuo festejo con ambiente de carnaval en el que se producía una relajación de las normas sociales, hasta se permitían los juegos de azar que estaban prohibidos todo el año; tan apreciada por el pueblo que de forma no oficial se festejaba del 17 al 23 de diciembre coincidiendo con el solsticio de invierno, la entrada del sol en el signo de Capricornio y la llegada de los días más largos con el Sol Invictus festejado desde el 22 al 25 de diciembre; el periodo de siembra de invierno llegaba a su fin, el ritmo de trabajo en el campo bajaba, cuando el ritmo de las estaciones dejaba a toda la familia campesina, incluidos los esclavos domésticos, tiempo para descansar del esfuerzo cotidiano por lo que también eran conocidas como fiestas de los esclavos.
Para estos festejos se elaboraban unas tortas redondas con higos, dátiles y miel que las clases acomodadas repartían por igual entre los plebeyos y esclavos; en el interior del dulce se introducía un haba seca y el afortunado al que le tocaba era nombrado rey de reyes durante un corto periodo de tiempo establecido de antemano, con lo que el resto debían tratarle con todos los honores y atenciones de un auténtico rey; si era un esclavo, quedaba libre de trabajo por un día, que en algunos casos efectivamente podía ser liberado de por vida.
En el transcurso del siglo IV cuando se impuso el cristianismo como la religión oficial del Imperio Romano, las celebraciones paganas fueron desapareciendo, entre ellas las Saturnales; el nacimiento del Sol y su nuevo período de luz con el objetivo de acabar con las antiguas celebraciones fueron sustituidos por el 35° papa de la iglesia católica, Julio I, quien hizo coincidir en esas fechas el nacimiento de Jesús de Nazaret.
Con el paso de los siglos, las tortas saturnales y el haba seca perduran como tradición con significados distintos; en el siglo X el haba se asociaba al Niño Jesús que era escondido de Herodes y aquel que la encontraba recibía prosperidad para el Año Nuevo. Desde 1361 se documenta que en el Reino de Navarra existía una festividad llamada el “Rey del Faba” instaurada por la corte de los Teobaldos, quienes el día de la Epifanía los monarcas reunían a un grupo de niños pobres y les invitaban a comer un pastel o rosca en el que hallaba oculta una haba, faba en lenguaje medieval; aquel que encontrase la “faba” era proclamado rey por un día, era vestido con las galas de un monarca y entronizado con los fastos y honores de la corte al grito de ¡Real, Real, Real!.
Durante el Renacimiento francés, esta costumbre de comerla el 6 de enero se convirtió en una tradición popular entre la aristocracia y la realeza, con el nombre de Le Roi de la Fave, El Rey del Haba dirigida sobre todo a los niños, uno de los cuales dividía la torta llamada el gateau de roi-pastel de rey en trozos iguales para cada uno de los habitantes de la casa, señores y sirvientes juntos. A quien le tocaba el trozo que contenía el haba era nombrado Roi de la Fave y durante ese día era el protagonista de una fiesta donde se comía y bebía en abundancia; cada vez que el rey bebía de su copa, todos los asistentes debían gritar “el rey bebe, el rey bebe.
El haba pasó a ser olvidada en el siglo XVIII, cuando el rey francés Luis XV heredó de su bisabuelo con tan solo 5 años el cargo de Rey de Francia y de Navarra encargó a su Cocinero Real la elaboración de la torta del haba más rica que jamás se hubiera visto, presentándole un roscón con forma de collar de diamantes y cubierto de diamantes con estas piedras preciosas introduciendo como sorpresa un medallón de oro y rubíes; así se divulgó entre la aristocracia francesa que sustituiría los diamantes por la ocultación de una moneda que simbolizaría la prosperidad económica de quien la encontrase.
Su tío, el rey Felipe V lo divulgó en España con tan rápida acogida que el roscón francés y el juego del haba, tal vez por la existencia en la Península de la Rosca de Navidad, un bollo anisado con forma de rosca que las mujeres llevaban colgando del brazo a la Misa del Gallo para que fuese bendecido.
El haba volvió a reaparecer a mediados del siglo XIX, pero no para simbolizar prosperidad o fortuna sino para que a quien le toque sea nombrado ‘tontolaba’ por un día y era condenado a tener que pagar el Roscón de Reyes; la moneda se cambiará por una figurita de cerámica como las que encontramos actualmente.
Esta rosca de reyes llega desde España a Hispanoamérica con la conquista en el siglo XVI, especialmente a los actuales México y Guatemala, hecha con maza de pan dulce aromatizada con agua de azahar que le proporciona un aroma característico, adornada con frutas confitadas, escarchadas o cristalizada de colores variados, siendo las más tradicionales naranja, limón, higo y cereza, o franjas de ate que es un dulce originario de Medio Oriente producido en molde o en barra elaborado con distintas recetas y frutos como guayaba, pera, zapote, calabaza, tejocote, mango, o manzana según la región del país, intercaladas con otras de una pasta dulce formada por mantequilla, azúcar y harina; en el interior de la masa del pan se incrustan uno o más muñequitos alusivos al Niño Jesús, originalmente de porcelana o de cerámica, ahora de plástico resistente al calor, variando su número en función del tamaño de la rosca, aunque puede solicitarse una cantidad determinada e incluso no tener ninguno.
Muy lindos y emotivos momentos de convivencia familiar o con amigos, mas no me salió el muñequito, por tanto no soy padrino para el próximo 2 de febrero, el Día de la Candelaria, cuando se celebra la purificación de la María, la Virgen como madre del Hijo de Dios; se viste al niño Jesús y se lleva a la iglesia para ser bendecido, además ese día, como padrino debe llevar los tamales tradicionales acompañados de atole de diferentes sabores, una bebida de origen prehispánico que en su forma original es una cocción dulce del maíz en agua en proporciones tales que al final tenga su moderada viscosidad y que se sirve lo más caliente posible, o con chocolate también caliente.
Su forma ovalada simboliza el amor eterno de Dios que no tiene principio ni fin, las frutas que adornan el pan semejan las joyas talladas en rubíes, jade y esmeraldas de las coronas que portaban los tres Reyes Magos, además la gracia traída por Jesucristo de amor, paz y felicidad; los muñequitos simboliza, que el niño tuvo que ser escondido y protegido de la matanza de Herodes.
La rosca original o clásico no suele llevar ningún acompañamiento o ingrediente añadido en su interior, mas desde el último tercio del siglo XX se preparan variedades con nata, crema, crema, cabello de ángel, trufa o chocolate. Propia del norte de Francia es la galette des Rois país, que se hace con masa de hojaldre rellena con una crema a base de almendras molidas, azúcar, algo de mantequilla y yema de huevo.
Debo la autoría de las fotos que bajé de internet.