01/08/2022
1450 Historia de amor en Acostambo
Se tiene referencia de que el Inca, cuando avanzaba con sus huestes por territorio huancavelicano, utilizaba la ruta del Capac ñan, que partiendo del actual territorio ayacuchano subía a Marcas, para llegar luego al Tambo de Parcos, que quedaba a una legua de Acobamba. Desde allí avanzaba hasta Paucará, para luego llegar al puente de Criznejas de Angoyacu (Mantaro). De allí el camino subía a al Tambo de Acos, donde acantonaba con sus tropas en el lugar hoy conocido como Tambomachay, el cual está constituido por una secuencia de cuevas geológicas que cuentan con ambientes claramente delimitados, los mismos que concitan la atención pública hasta la fecha. Así mismo, al frente de ese tambo, se puede observar la existencia de otras cuevas geológicas denominadas «Raccra Machay», las que tienen la peculiaridad de poseer conexiones y galerías internas que eran usadas estratégicamente por las tropas incaicas. Desde allí se dirigía al Valle del actual Mantaro. Libro: Historia de Huancavelica, Autor: Federico Salas Guevara
Allá por el año de 1450, el Inca Túpac Yupanqui decidió pernoctar con su ejército en Izcuchaca. El soberano con sus mujeres se albergó en salas de cantería pulida, las cuales se vestían con planchas de oro portátiles. Cercano a él, se asentaban los dignatarios, Auquis, Huamincas, Sinchis y Curacas. Más allá, las recamaras de la servidumbre y más allá todavía, los reales de las tropas. De pronto, rompió la calma de la noche una trompetada de alarma, la causa: la mamacona del servicio había descubierto que faltaba una de las concubinas preferidas del Inca.
Ella era una cautiva de la campaña de Moyobamba y su especial belleza fue razón para reservársela al soberano, pero en su cautiverio, se enamoró y recibió las caricias de un joven Curaca, con quien tramó su huida, aprovechando sigilosamente la oscuridad de la noche para escapar hacia las alturas de Acostambo.
La persecución fue implacable y junto con el amanecer fueron alcanzados por las tropas reales. Con valentía singular el joven Curaca intentó repeler a sus perseguidores disparándoles flechas con su arco a la vez que protegía a la hermosa doncella con su cuerpo. Al ver los soldados que no podrían agarrarlo con vida, sucumbió este, ante las flechas de sus cercadores. La doncella quedó oprimida por el cuerpo de su amante, levemente herida, quien llorando imploró por piedad.
Túpac Yupanqui ordenó que fuera ajusticiada en su presencia, por el delito considerado de alta gravedad. Por indicaciones del Inca, la cautiva fue amarrada al cadáver de su amante y ahorcada estando liada a su cuerpo. Los restos mortales nunca fueron enterrados, quedando colgados para que los cóndores y otras aves de rapiña los devoraran. Castigo ejemplar para que todo el reino se enterase.
Sin embargo, los habitantes de esos lugares sostuvieron que los despojos se convirtieron en peñascos y es la razón por la que una roca presenta la imagen de la bella ahorcada y añadieron, que las lágrimas derramadas, son las aguas que alimentaron la laguna de Acostambo, aguas que se terminaron de drenar por el año de 1930.
Extracto de la novela histórica “Manuel Felipe, El Español” Autor: Federico Salas Guevara.