20/09/2024
Dejé mi tierra, mi raíz sagrada,
en busca de un sueño que el viento guiaba,
con lágrimas suaves de adiós en los ojos,
partí con esperanza, dejando los sollozos.
La ciudad a la que fui me ofreció sus luces y canto,
más entre sus sombras mi pecho quebranto,
el eco lejano del río, el viento y mis sagrados apus,
siempre en mis sueños, como fiel horizonte.
A donde yo vaya, mi alma recuerda,
la tierra que un día mis pasos siembra.
Y sé que al final, cuando acabe el camino,
volveré a mi origen, como vuelve el río al destino.
Fotos: E. Sullca.