22/06/2023
Que buena historia, léanlo todo
CRUZ DE MALAMPATA
Cerca al puente de la Almudena, en la calle que hoy se conoce como Malampata, vivía un hombre adinerado que respondía al nombre de Alberto Salcedo, un comerciante que hacía constantes viajes a la zona del altiplano para traer mercadería y luego venderla en Cusco. Es en uno de sus viajes que tiene la oportunidad de conocer a Bernarda Tocre, una mujer muy hermosa 15 años mas joven, de quien se enamora perdidamente y le ofrece venirse a la ciudad imperial a vivir con él donde no le faltaría absolutamente nada, la bella mujer no lo pensó dos veces y acepto tan conveniente propuesta. Don Alberto muy orgulloso trajo a su joven esposa a vivir con él en la calle Malampata y no fueron ajenos a las murmuraciones de la gente: “¿Qué hace la muchacha bonita con Don Alberto?”, “seguro está a su lado por interés”, acaso Don Alberto había olvidado el refrán que dice: “Al que se casa con mujer bonita. El miedo al reemplazo no se le quita”.
Muchos eran los comentarios que le hacían escuchar al comerciante Salcedo sobre las infidelidades de Bernarda, se decía que andaba en amoríos con Juan Calderón, el hijo de la carnicera que vivía en Limaqpampa, y tal como dice el dicho “cuando el río suena, es porque piedras trae”. Era una mañana del mes de agosto y las inseguridades de Don Alberto le hicieron salir de casa muy temprano indicando a su esposa que regresaría muy tarde ya que se le había presentado un negocio en las afueras de la ciudad. La noticia había caído por sorpresa a Bernarda quien despidió a su esposo con cariños y besos pidiéndole que vaya con cuidado y que si era necesario pernoctar fuera de casa esa noche, pues que lo haga ya que es peligroso regresar muy tarde. Una vez que Don Alberto salió de casa, Bernarda comenzó a peinarse y ponerse su mejor vestido para salir a la calle muy presurosa sin imaginarse que Don Alberto la observaba de lejos, cruzó el puente Almudena, siguió por la calle Hospital, pasó por Santa Clara, San Francisco, la plaza de armas, Santa Catalina y la calle Ruinas hasta llegar a Tullumayo por donde bajó rumbo a Limaqpampa, teniendo como destino final la casa del joven Calderón.
La ira de don Alberto fue muy grande y por poco comete una locura en ese mismo momento, pero pudo contenerse y permitió que las cosas sigan pasando mientras elaboraba un plan macabro.
Llegó el mes de Septiembre, el cumpleaños de Bernarda estaba a punto de llegar (04 de Septiembre), el cornudo Salcedo había preparado una sorpresa para la cumpleañera, el 03 de Septiembre don Alberto acudió a su vecina del puente Almudena cuyo nombre era Antonieta (una cocinera muy conocida en Cusco), a quien pidió que prepare el plato favorito de su esposa (chicharrones) por ser su onomástico, y para ello le dejó la carne trozada indicando que es muy especial. La mañana del 4 de septiembre había llegado y don Alberto despertó con un beso a su joven esposa llevando en las manos un esquicito plato de chicharrones: “Feliz cumpleaños Berna, aquí tu plato favorito preparado especialmente para ti”. Bernarda despertó con un semblante triste, pero para no desairar a su esposo empezó a comer los chicharrones indicando que estaba delicioso, a lo que don Alberto le dice: “¿Por qué estas triste Berna?”, “Debes estar feliz porque hoy es tu cumpleaños”, “¿No será que estas triste por la desaparición del hijo de la carnicera?”, “Dicen que hace días anda desaparecido”, Bernarda quedó sorprendida y vio los ojos de Alberto llenos de ira quien continuó diciendo: “Pensabas que no me iba a dar cuenta”, “has manchado mi honor”, “yo maté a tu amado Calderón, y si te preguntas ¿Dónde está?, solo tienes que mirar tu plato, puesto que ahí está y te acabas de comer parte de él”. Don Alberto enfurecido por la traición se lanzo sobre Bernarda y la ahorcó hasta matarla.
Después del crimen enterró a su mujer en la misma casa de Malampata, y es en ese mismo lugar que hoy en día vemos una cruz.
Ese tipo de actos son considerados como obra del demonio, y es por eso que las autoridades eclesiásticas ordenan colocar la Santísima Cruz en este lugar para evitar que el diablo haga de las suyas.
El nombre de ‘Malampata’ en realidad viene de la distorsión fonética del nombre original en quechua que es ‘Maranpata’ (anden del batán).