30/03/2024
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Tomasito tiene tres años y vomitó todo el día.
Todo.
Su mamá contó los vómitos; fueron once.
Once veces vomitó y al parecer no retenía nada. Le daban agua y la vomitaba. Su pollito, lo vomitó. Le dieron manzana y la vomitó. No toleraba nada.
Para las siete de la tarde, cuando por fin lo trajeron, el escuincle venía vomitando. Su mamá traía una vasijita en la que recogía el vómito.
No obstante, el bribón estaba contento. Vomitaba y luego se reía.
Al revisarlo, estaba bien hidratado. Tenía la barriguita un poquito distendida y ruidosa, y empezaba con diarrea. Ya desde en la tarde traía algunas flatulencias apestosas de esas “con premio”, como dice su abuela. Es decir, con la flatulencia escapaba algo de popó líquida.
Cualquiera que viera a Tomasito en los ratos en que no estaba vomitando, diría que el chiquillo estaba sano. Y no, no lo estaba. Tenía una gastroenteritis viral con su fiebre y todo. Además, cómo ya les dije, estaba empezando con diarrea.
La pregunta es: ¿por qué no se deshidrató?
La respuesta es: porque toma pecho. Y además lo estuvo tomando todo el día. Rechazó alimentos y no toleró ningún sólido ni ningún otro líquido, excepto la lechita de su mamá.
Cada vez que vomitaba se pegaba al pecho. Luego volvía a vomitar, pero no todo. Esa es la maravilla (o el milagro, como le quieran llamar) de la lactancia materna.
Aunque el niño vomite, si toma pecho se hidrata. Sí, vomita la leche materna, pero no completamente. Es tan bien tolerada que Tomasito, a pesar de su infección, no alcanza a vomitarla toda. Así, se mantiene hidratado.
Para la hora en que vi a Tomasito, el vómito estaba cediendo. Duró con diarrea otros tres días y luego se curó solo. Sí, solito. Porque las gastroenteritis virales suelen curarse solas. Es decir, se autolimitan. La chamba del médico y la de los papás es mantener al bodoque bien hidratado. Los medicamentos son más o menos irrelevantes, aunque mal indicados, como por ejemplo los antibióticos o los antidiarreicos, pueden complicar las cosas.
Cuando un niño está enfermo de gastroenteritis o de lo que sea, es cuando más necesita la leche materna. Es cuando la leche materna hace la enorme diferencia.
Hubiera sido mucho más difícil mantener hidratado a Tomasito si no tomara pecho. No obstante: tía Gertrudis, el médico (qué vergüenza) y hasta el pediatra (más vergüenza), le dijeron a su mamá que le quitara el pecho. ¡Qué absurdo!
Hace tres días vi a Tomasito y hoy ya está bien. No vomita, la diarrea casi ha cedido, anda haciendo muchas travesuras, ya come todo (es un tragaldabas) y salió adelante con su leche materna, sin antibióticos y sin antidiarreicos.
La lactancia en niños grandes, como Tomasito que tiene tres años, es una gran ventaja por esto y por muchas otras cosas que ya hemos visto y seguiremos viendo.
Dale pecho a tu bebé aunque ya no sea bebé.
Al final para ti, siempre será tu bebé.
Posdata: recuerda que cada caso es diferente, pero en ningún caso está indicado suspender el pecho, excepto cuando el ayuno total sea necesario y se tengan que administrar líquidos por vía intravenosa.