18/04/2014
Hoy estaba inspirado :)
~: Amor :~
La primera vez que experimentamos el amor incondicional es en los primeros meses de vida. Ese cariño y calor que nos dan nuestros padres en reverencia a nuestra pureza, nuestra vulnerabilidad y nuestra luz. Cuando ellos deciden cortar ese flujo de energía experimentamos nuestra primera pérdida, la pérdida del amor. Sabemos lo que se siente, sabemos a qué sabe. Nuestra vida se convierte ahora en una búsqueda a ciegas de esa energía tan maravillosa, y al haberla experimentado externa a nosotros es ahí donde la comenzamos a buscar.
Un día la volvemos a encontrar, el corazón nos da un vuelco y nos volvemos a enamorar, y volvemos a entregar todo nuestro corazón sabiendo que eso era exactamente lo que buscábamos. De pronto ese flujo se vuelve a cortar, y volvemos a perder ese amor, y nos preguntamos ¿porqué? ¿Qué hice mal? Y esa pérdida nos rompe el corazón. El dolor es tan intenso que decidimos protegernos si vuelve a llegar. Y vuelve a llegar, pero esta vez damos menos, nos aterroriza tanto la idea que podamos volver a sentir ese dolor que preferimos dosificar. Y vuelve a ocurrir, lo volvemos a perder. Vuelve a ocurrir porque si no damos toda nuestra verdad recibimos exactamente eso, medias tintas. Y cada vez nos duele más, y cada vez enterramos más ese dolor.
Hasta que un día, si somos valientes, decidimos volver a intentarlo. Y volvemos a apostar fuerte. Respiramos hondo y nos adentramos en lo más profundo de nuestro ser, allí donde nuestros miedos quedaron olvidados. Y los combatimos en una lucha feroz, pues estuvimos alimentándolos por mucho tiempo y se convirtieron en poderosos monstruos. Pero lo logramos, expulsamos esos miedos de nuestro corazón. Y ahí nos quedamos, por un ratito, sintiendo, escuchando. Y entonces… ocurre. Esa mágia que tanto anhelábamos, ese amor incondicional que sentimos cuando éramos niños. No era más que el amor por la vida, el amor que sentíamos en nuestro interior reflejado en la dulce mirada de nuestra madre y la cuidadosa caricia de nuestro padre. Y ahí estaba todo el tiempo, esperando nuestro regreso, pacientemente.
Paz.
Alex Serra, 18 de Abril 2014.
Noordhoek, South Africa