21/01/2022
DESIERTO DE LOS LEONES
El sonido del silencio
México no es un país tranquilo. Las ciudades rurales reverberan con gallos que cantan, perros que ladran y el ruido sordo, sordo y sordo que acompaña a la construcción constante. Ciudades como la Ciudad de México reverberan con las llamadas del tipo del gas, el tipo del agua, el afilador de cuchillos y el vendedor de batata, además del tráfico y la música cumbia de sus vecinos. Desierto de los Leones es uno de esos raros hallazgos donde puedes esconderte en el silencio de un suelo de bosque cubierto de agujas de pino y el viento en los árboles.
Naturaleza impresionante
El parque es hogar de más de un cientos de especies de aves, treinta tipos diferentes de mamíferos, siete especies de anfibios y nueve de reptiles. Si tienes la paciencia de simplemente sentarte y esperar, a menudo te encontrarás visitado por una de las criaturas del bosque que hacen de este parque sus hogares. Para los amantes de las aves en particular, el parque es un país de las maravillas virtual.
Exconvento del Desierto de los Leones
Construido descalzo Los monjes carmelitas en el siglo XVII, el convento fue pensado como un lugar de retiro y mediación lejos de la bulliciosa capital. Los monjes que vivían en el convento hicieron un voto de silencio y solo hablaron entre ellos usando señales de mano. Estaban dedicados a una vida de oración, dedicación y soledad, pero pasaron muchos años construyendo su centro de retiros todos los días hasta 1810 cuando fueron obligados a abandonarlo por el gobierno mexicano y entregar sus estructuras al servicio de los militares.