04/12/2021
El puente Tampico es una de las obras de concreto más impresionantes construidas en México: cuenta con un ancho de calzada de 18.10 metros y un ancho total de 22 metros; tiene un peralte de 3 metros de concreto presforzado en una longitud de 1,249.50 metros y de 293.50 metros de acero sueco ortotrópico —resistente a cambios bruscos de temperatura—; alcanza una altura de 124 metros en su punto más alto y se sostiene gracias a dos mástiles axiales desde donde parten los veintidós tirantes que lo sostienen.
En total posee veintiún pilares, de los que trece se hallan en Tamaulipas y ocho en Veracruz.
El puente Tampico es admirado no sólo por la belleza y lo imponente de su estructura, sino también porque en el claro —que, como ya se mencionó, es de 360 metros entre pilar y pilar— no lleva soporte alguno, muestra de la habilidad e inventiva de los ingenieros civiles mexicanos.
La calzada se divide en cuatro carriles y cuenta además con un camellón y dos pasos peatonales, desde los cuales es posible admirar el Pánuco al igual que Ciudad Madero y Tampico.
La construcción del puente Tampico duró casi diez años, durante los cuales hubo que sortear algunos problemas, tales como la colocación de los cimientos en el río; no obstante, aun cuando esto estaba ya resuelto y el terreno preparado en el fondo del Pánuco, las obras tuvieron que suspenderse en 1982 por falta de fondos, ya que una obra de tal magnitud exigía una cantidad de dinero mayor a la aprobada en el presupuesto inicial, a lo que se unía la crisis económica que vivía el país.
Al reanudarse los trabajos —después de 1984—, el terreno había regresado a su estado original, lo que influyó en la labor para colocar los pilares 11 a 17; además, se tuvo que revisar la parte ya construida, a fin de comprobar que se encontrara en buenas condiciones para continuar con la edificación del colosal puente.
Finalmente, el puente Tampico fue inaugurado el 17 de octubre de 1988 por el entonces presidente Miguel de la Madrid Hurtado; el gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal; el gobernador de Veracruz, Fernando Gutiérrez Barrios; el secretario de Marina, Miguel Ángel Gómez Ortega y el secretario de Comunicaciones y Transportes, Daniel Díaz Díaz.
El costo total de la construcción del puente fue de ciento cuarenta mil millones de pesos, pero significó el inicio de una nueva era para las vías de transporte en México y una mejora para el comercio, sobre todo por encontrarse cerca de la costa y del puerto de Altamira, notable por el volumen de importaciones y exportaciones que maneja.
Un peso estimado de 95,307 toneladas; 36,859.4 metros cúbicos de concreto; 7,973 toneladas de varilla: todo esto se traduce en una de las obras de concreto más importantes y majestuosas de México, fuente de trabajo de casi cuatro mil personas entre albañiles, carpinteros, arquitectos, ingenieros y todo tipo de personas, ocupadas en empleos tanto directos como temporales e informales, generados estos últimos por la necesidad de sostener a los trabajadores de la obra durante casi diez años.
El puente Tampico fue diseñado para soportar vientos de hasta 200 kilómetros por hora, lo que lo hace uno de los más resistentes e importantes del país.
En 1988 —año de su inauguración— ganó el premio internacional Puente de Alcántara, compitiendo con treinta y seis obras similares de España y Portugal.
En conclusión, el Puente Tampico es una de las obras más imponentes de la ingeniería mexicana ya que, además de su gran utilidad como unión entre Tamaulipas y Veracruz al agilizar el transporte vehicular, desde tierra y sobre sus pasos peatonales es un deleite observar su impresionante estructura, que desafía el agua, el viento y el paso de los años.