15/01/2021
Por favor podrian ayudar COMPARTIENDO es uno de LAS CANILLITAS QUE VENDE PERIODICO leanlo
Redacción Carlos Gutiérrez Andrade
“EL CANILLITA ES UN MINIPERIODISTA EMPIRICO”
El día domingo 3 de enero, Oscar Cardozo Mamani sufrió un accidente vehicular. Iba en una bicicleta en una pendiente por la zona de la fábrica de COBOLDE. Estaba realizando su recorrido de rutina vendiendo periódicos y de repente los frenos de la misma se rompieron. En fracción de segundos cobró velocidad y si no maniobraba hubiera caído en un barranco. Se estrelló contra una pared. Del siniestro Oscar resultó con traumas faciales, torácicos y de una extremidad. Hematomas en el cráneo y la mandíbula rota. Dos costillas fracturadas y el antebrazo derecho. Seguro no era su hora porque si no en este momento ya lo habríamos velado y enterrado. Se salvó, pero todavía está a la espera de varias cirugías que le reconstruyan el rostro. Este domingo 17 de enero se realizará una kermesse para apoyarlo en los gastos médicos. La dirección Av. Martin Cárdenas Nº 25, hrs, 10: 00 con la colaboración de sus familiares, amigos y compañeros del 4to curso B de la carrera de Comunicación Social. Cel. 75791190. Pero ¿quién es Oscar? En los siguientes párrafos lo vamos a saberlo.
“Un canillita es un pequeño emprendedor que cada día va desarrollando las capacidades comunicativas…. Es un mini periodista empírico que en la calle aprende a expresarse mejor”, confiesa Oscar a PASA PRONTO. Estuvimos con él en el sector de neurología del Hospital Santa Bárbara (Segundo patio subiendo la rampa). No se puede estar mucho tiempo por la amenaza del corona. Al llegar y otear las camas de los pacientes lo ubicamos al fondo a la derecha. Esta postrado en el camastro y su brazo derecho está enyesado formando una ele. Sus ojos están inyectados de sangre por los golpes. Su mandíbula esta desencajada, pero sin embargo una sonrisa se dibuja en su rostro y no ha perdido el buen talante. Al lado, sobre un estante reposa un libro que está leyendo: “El Sutil Arte de que Todo te Valga una Mierda”. Alrededor los pacientes están igual que él. Vendados, postrados y recibiendo fisioterapia. Nos apresuramos a conversar e irnos.
Oscar es canillita del periódico Correo del Sur desde sus 19 años, hoy tiene 25 (Nombre familiar 1 con que se designa a un vendedor de periódicos). Estos por lo general van a vender periódicos a pie o en bicicleta. Además es estudiante del 4to curso de la carrera de Comunicación Social. Es un emprendedor con mucho carisma. Además vende libros motivacionales. Cada día recorre la distancia entre su casa en el barrio Santo Domingo y el periódico que queda en el parque Bolívar, en la calle kilómetro 7. Debe levantarse muy temprano. Alrededor de las 5 de la mañana para poder recibir un buen paquete de periódicos. Después sale apresurado a la zona asignada para él. El barrio petrolero. Es un lector voraz.
PASA PRONTO escarbó un poco sobre el difícil arte de la venta de periódicos.
P P C: ¿ Por qué elegiste ser canillita?
Oscar: Nunca elegí ser vendedor de periódicos. Más bien el oficio me eligió a mí. Un amigo me invitó y como a mí me gustaba vender, me gustaban los retos de convencer a la gente a que compren cualquier cosa aunque piedras me hice a la idea de que este trabajo que era menospreciado podía ser exclusivo. Solo había que convertirlo en un reto y volverlo exclusivo. Yo mismo antes juzgaba a los canillitas así: ah, esos pobrecitos, miserables, no tienen recursos económicos, los bajoneaba. Yo compraba el periódico de un puesto, no de ellos y, mírame ahora (Oscar se sonríe), lo que no pensaba llegué a ser. Como me gustaba leer y me gustaba aprender técnicas de venta, me inspiré. Mi reto fue hacer que la gente se antoje de comprar el suplemento.
Primero me animé a vender 100 periódicos. Lo llevaba en taxi. Luego me animé a llevar 200 a la zona del barrio petrolero, luego 300, 400 y al fin 500. Y el taxista me veía con tanto periódico y se asustaba. Me decía: todo eso vas a terminar, Ohhh, cuánto ganan con las ventas, así quisiera que mis hijos trabajen. Así es como entré a departamentos, a casas. Eso estuvo bien. Lo bueno era que también era una zona estratégica el Barrio Petrolero. Y lo que me alegró más es que nosotros, como pioneros, hemos sido la inspiración para los hijos de los taxistas. Los mismos clientes se sienten exclusivos con la compra que hacen pues nosotros no vamos con la mentalidad de simples canillitas, sino como empresarios, de comunicadores, que sabemos expresarnos bien y sabemos tratarlos bien. Vamos con la mentalidad de que la prioridad no está en las ganancias, sino en las necesidades del cliente. No estamos para aprovecharnos de él, sino para servirlo…
P P C: y hay algunas grandes satisfacciones que te ha merecido esta labor?
Oscar: Casi todo. Personalmente me ha ayudado a pagar mis estudios, mis viajes, ha pagado mi alimentación, mi ropa, me compré libros y mucho más, pero solo se da si trabajas duro con entusiasmo e inteligencia. Para aquellos que venden poco no hay muchas satisfacciones
Nos despedimos de Oscar. Lo bueno es que sus pulmones están intactos. Trabaja a puro pulmón, como lo dice el compositor Jaime Ross. Oscar es un canillita empresario que ha elevado el oficio monótono de la venta de libros a un nivel de arte, ensalzando las cualidades de esta faena esforzándose y cantando a puro PULMON.
1. Canillita: Una canción de Jaime Roos interpretada por el Canario Luna lo inmortaliza como ninguna otra expresión artística: "El grito del Canilla", cuya letra lo define acertadamente como "aquél que trabaja y canta, viviendo a puro pulmón".6
Un canillita es un vendedor callejero de periódicos y revistas, aunque también se puede atribuir la palabra a los puestos callejeros fijos.
Se considera que esta denominación surge debido a la repercusión del sainete "Canillita" del escritor Florencio Sánchez. La obra recrea la situación de un niño de unos 15 años aproximadamente, que trabaja vendiendo periódicos en la calle para mantener a sus padres, y que es tal su pobreza que tiene unos pantalones relativamente nuevos" que le han quedado cortos al crecer el personaje en su adolescencia mostrando así las "canillas".
La palabra "canillita" es entonces un lunfardismo.