13/05/2023
MANSIÓN PONS - PEREZ DE LA RIVA
(Publicado por D. Jácome)
De las construcciones que les señalé como significativas de esta área, aún me falta comentarles sobre esta mansión, que actualmente ocupa el Museo de la Música. Les comento:
Cuando en 1904 Francisco Pons compra las casas de mampostería y tejas, sitas en Aguiar 2 y 4 y Habana 1, se encontraban en estado ruinoso. Eran casas sencillas, de una o dos plantas, levantadas en terrenos inmediatos a las murallas y los fosos.
Estas tres casas, que luego formarían el palacete de los Pérez de la Riva y Pons, mantuvieron por largo tiempo su función de vivienda, aunque los documentos de principios del siglo XX registren, sin precisar fecha, la existencia de una bodega y hasta una refinería de azúcar en la esquina que formaban dichas casas.
En 1816 consta en la antigua “Anotaduría de Hipotecas”, que dichas casas pertenecían a los hijos del Conde de Mopox y de Jaruco, Don Joaquín de Santa Cruz y Cárdenas, y entre los herederos menores de las mencionadas casas, se hallaba María de las Mercedes Santa Cruz y Montalvo, la célebre Condesa de Merlín, de la que recientemente le hice una publicación.
En 1828 la finca será vendida a Don Bonifacio González Larrinaga y heredada por su hijo Don Antonio González Larrinaga y Benítez, quien había sido Coronel de Milicias Disciplinadas de La Habana y casado con Doña Susana Benítez, fundadora del “Colegio del Santo Ángel”, precisamente en una de sus casas en Teniente Rey y San Ignacio, en la Plaza Vieja.
Al no tener descendencia, en 1840 a la muerte de Don Antonio, la propiedad pasa a su hija Doña Francisca Valdés, hija natural, no reconocida hasta unos años después en el que hará uso del apellido paterno. Después pasará a los hijos de ésta, quienes en 1904 las venden finalmente por el precio de $ 18 000 a Don Francisco Miguel Pons y Seguí, natural de Mahón, Islas Baleares, comerciante, propietario y vecino de la calle Cuba Nº 61.
Este comerciante menorquín, de ciudadanía norteamericana, llegó a poseer una fortuna considerable que le permitió invertir dentro y fuera de Cuba, donde había emigrado en 1868.
Será en enero de 1905 que solicite la licencia a la Alcaldía Municipal para construir su nueva planta su casa de Aguiar y Habana. En junio comenzaron las obras y concluyeron en mayo de 1907. La mansión, que todos conocemos, fue proyectada por el arquitecto Francisco Ramírez y Ovando. En sus interiores está presente el estilo ecléctico característico de la arquitectura y decorados de la época, pero manteniendo siempre la sobriedad y la elegancia propias de una de las mejores residencias habaneras de principios del siglo XX.
Una vez instalado, la historia de esta residencia atesora las lujosas recepciones ofrecidas en sus salones, como la brindada por el propietario a un descendiente de Lord Albemarle, aquél que en 1762, había tomado La Habana con una escuadra de 50 barcos y 25,000 hombres arrojando unas 21,124 bombas y granadas, según consta en un diario de operaciones militares y al costo de casi tres mil vidas. Pero ya eso estaba olvidado…
Y ya comentando sobre esta distinguida y aristocrática familia inglesa, mucho más reciente, en 2011, otro de sus descendientes Rufus Arnold Alexis, décimo “Conde de Albemarle”, viajó hasta La Habana para celebrar su boda, según el rito anglicano, en la Basílica Menor de la “Iglesia de San Francisco”. Para tan “significativo” evento, se trajo a La Habana 289 aristócratas y otros amigos, quienes pudieron disfrutar de lo que ha quedado popularmente como “la boda de los mameyes”. La isla les atrae…
Pero volvamos al tema de la mansión y sus propietarios.
Francisco Pons muere en Boston, Estados Unidos, en 1912, dejando la residencia en manos de su viuda Rosa Vidal, su única hija Catalina y sus nietos Francisco y Catalina Pérez de la Riva y Pons, a quienes lega la propiedad del inmueble hasta su mayoría de edad.
En el año 1936 la residencia es adquirida por el gobierno cubano para instalar su Secretaría de Estado. El Ministerio de Estado era, hasta 1959, la entidad encargada de las Relaciones Exteriores de Cuba y mantuvo su sede en esta antigua residencia de la familia Pérez de la Riva.
En el año 1971 queda allí establecido el “Museo Nacional de la Música”, institución dedicada al desarrollo histórico de la música y los instrumentos musicales desde el siglo XVI hasta el siglo XX, aunque actualmente desconozco si aún se encuentra funcionando en este edificio.
Nota:
Juan Perez de la Riva y Pons (París, 1913-1976), historiador cubano, fue descendiente directo de esta familia y su infancia transcurrió en esta mansión.
Considerado un innovador en la metodología histórica al introducir el estudio de las cifras económicas en el análisis histórico. Interrelaciona la sociedad, con el hombre y la naturaleza, a efectos de inferir la evolución de la población. En su obra encontramos textos tales como: “Los culíes chinos en Cuba”, “El barracón y otros ensayos” y “Contribución para la historia de la gente sin historia”…con frecuencia consultados para estas publicaciones.
CUBA EN LA MEMORIA 12/05/2023