14/05/2023
El gran universo entero está interconectado como sólo uno y ese es el hecho indiscutible. Muchos le llaman Dios.
A las vez sus partes, son partes del todo. Dios no es una persona y si lo es. Esa dualidad es la magia.
Entender los dos polos de la noche y el día, blanco y negro, lo micro y lo macro; como sólo uno es entender que es Dios.
Hay dos polos, dos caminos, positivo y negativo. Bien y mal. Elegir el polo positivo es vida, felicidad y gozo. El mal siempre acarrea sufrimiento.
Puede haber un conocimiento intuitivo de la rectitud, ese es el camino para la felicidad individual y social. Algunas personas tienen una estructura de pensamiento y balanza de valores que acepta el mal como parte normal de sus vidas.
Muchos viven en el engaño de que buena vida es mentir, robar, maltratar o suprimir libertades y evitar responsabilidades.
Decía Facundo Cabral, "si lo malos supieran lo buen negocio que es ser bueno, serían buenos aunque sea por negocio"
Más vale la risa y regocijo que el sufrimiento.
El gran universo de las cosas se ve y se siente con las entrañas y el corazón, más allá de la mente. Antes de la palabra misma, del lenguaje, somos parte del todo. Antes de la lógica, del intelecto.
Se siente la luz que da vida, se siente el amor en un abrazo, y hasta en una lágrima de dolor. Ahí está el gran universo.
La rectitud trae vibraciones musicales al corazón. Lo correcto trae felicidad.
Dicen que hay un espacio entre el estímulo y la respuesta; y en ese espacio subyace la libertad. En ese espacio sin tiempo se decide el bien para ser feliz.
Postivo es respetar contra irrespetar, limpio contra sucio, ágil contra lento, feliz contra triste; positivo es amor en vez de odio, optar por la vida en vez de la muerte.
Positivo es la aceptación de que hay dos polos, y todo se transforma; es aceptar el principio y el fin.