04/08/2019
De Perú para el mundo: la cautivadora historia del pisco
Tan mestizo como el Perú, así es el pisco. Nacido gracias a la fusión de la vid traída de Europa, la fertilidad de las tierras de la costa sur del Perú y las técnicas de elaboración adaptadas a nuestra realidad por nuestros antepasados, el Pisco es el orgullo peruano hecho bebida.
Para comprender su fascinante origen es necesario retroceder varios siglos, porque si bien los españoles trajeron la materia prima a nuestras tierras, fue el trabajo, ingenio y dedicación de los peruanos lo que permitió el nacimiento de este maravilloso aguardiente.
De Canarias a Perú
Mucho se ha escrito sobre el origen del pisco, su nacimiento en Ica y minucioso trabajo de producción.
Todo comenzaría en 1532 con la llegada de los españoles, quienes desembarcaron en nuestros puertos uvas, higos, aceite de oliva y dátiles. Tres años después, con la conquista ya consumada, se empezarían a construir diversas iglesias, las cuales precisaban del vino para llevar a cabo las misas. Cuando el vino comenzó a escasear, las tierras conquistadas empezarían a acoger los viñedos.
La mayoría de los historiadores coinciden en que las primeras uvas fueron traídas por el Marqués Francisco de Caravantes en 1553, y que provenían de las Islas Canarias. En lo que no hay consenso es en el lugar donde por primera vez se produjo destilado de uva en Perú.
Primeras elaboraciones
En 1572, Álvaro De Ponce fundó el pueblo Santa María Magdalena, en el valle de Pisco. Con el paso de los años, su nombre se reduciría a Pisco, y sería mundialmente famoso por ser el lugar de nacimiento de nuestra bebida de bandera.
Pero ¿cómo se empieza a destilar este destilado? Cuando la uva llega a Perú se empieza con la elaboración del vino. Sin embargo, su calidad era tan buena que los españoles decidieron comercializarlo. Fue tal el éxito del vino peruano en tierras ibéricas que los comerciantes residentes en España empezaron a quejarse porque sus ventas habían disminuido radicalmente. A través de Felipe II se gestionó una restricción de exportación, la cual es aceptada en 1613. Ante esto, los productores costeros intensificaron la producción de Pisco, bebida que empezaba a popularizarse.
Una de las primeras referencias corresponde a Pedro de León Portocarrero, quien, ya instalado en España (1616), hizo muchas anotaciones desde su llegada a Perú (1609), en las que menciona a las uvas y el vino; y la calidad del mismo. Uno de estos comentarios fue: “fazen (hacen) mucho aguardiente en el Perú y muy bueno".
Según el cronista ayacuchano Guamán Poma de Ayala, es en Lanchas donde comienzan las primeras producciones de este destilado. Ahí, en el valle de Pisco, en el siglo XVI habitaba una comunidad jesuita que cultivó y cosechó las primeras uvas. En una de sus publicaciones de 1615 nombrada Nueva crónica y buen gobierno, Poma de Ayala mencionó que los jesuitas habían empezado a cultivar uva para hacer los primeros destilados, los cuales vendían y exportaban a través del puerto de Pisco.
Otro documento importante que corrobora que fue en Ica donde se realizaron las primeras destilaciones de este destilado es el testamento de Pedro Manuel “El Griego”. Con fecha 30 de abril de 1613, en él este iqueño indica entre sus adquisiciones "treinta tinajas de vurney llenas de aguardiente, más un barril lleno de aguardiente que terna treinta botixuelas (botellas grandes) del dicho aguardiente. Más una caldera grande de cobre de sacar aguardiente, con su tapa de cañón. Dos pultayas la una con que pasa el caño y la otra sana que es menor que la primera", este documento forma parte de las investigaciones realizadas por el historiador nacional, Lorenzo Huertas, y es considerado una de las informaciones más antiguas que se ha encontrado en el Perú acerca del pisco.
En su libro Cronología de la producción del vino y del pisco, Huertas narra un hecho importante: en una escritura pública del 11 de diciembre de 1633 aparece el iqueño Alonso García de Zepeda como dueño de la viña Quillohay así como de un “lagar de madera y una paila de sacar aguardiente”. Ambos hechos, son pruebas fehacientes de que en Ica fue donde se inició la elaboración del pisco.