27/03/2015
El Tranvía y La Pepa (raíles frente a Mayor de Triana 35) Fotografía: F. Baena
Durante los años de la posguerra la escasez de combustible obligó a las autoridades a volver a hacer uso de un medio de transporte que se había dejado de lado con la incorporación de los coches, el tranvía.
El tranvía realizaba el recorrido desde la plaza del Mercado de Vegueta hasta el Puerto de la Luz. El primer tranvía fue de v***r, y los hermanos Antúnez le dieron vida en 1890. Fue sustituido en 1910, también por los hermanos Antúnez, por un tranvía eléctrico que realizó el mismo recorrido hasta que el servicio se municipalizó en 1937.
En 1942, y a razón de la escasez de petróleo, el Ayuntamiento capitalino decidió volver a sacar una locomotora de v***r que había circulado pocos años y unos vagones. Dicha locomotora se bautizó con el nombre de “la Pepa” por iniciar su servicio en el día de San José. Del tranvía a v***r los ciudadanos decían que era “el blanco de la curiosidad y el negro de las fachadas”: blanco de la curiosidad porque un entretenido pasatiempo era ver quién viajaba en el tranvía (o, en el caso de los jóvenes, intentar robar la visión un tobillo cuando las damas se apeaban en su correspondiente parada) y el negro de las fachadas por la quema de carbón, que dejaba un rastro de negro tizne a su paso.
Como nota curiosa, el tranvía a v***r que durante más de medio siglo recorría en una hora el trayecto de cinco kilómetros de ciudad al Puerto de la Luz fue calificado como peligroso por exceso de velocidad dentro de la calle de Triana a consecuencia de que una mujer resultó mu**ta en un accidente (al parecer, por bajarse del tren en marcha). Como consecuencia, se ordenó que de Triana a San Telmo marchara un hombre caminando por los raíles delante de la asmática “locomotora”, para que dicho artefacto no sobrepasara la velocidad de un peatón.
Así aparecería, pues, la peregrina estampa de “Pepe, el de Lola”, que con la “cachorra” terciada sobre la enmarañada cabeza y armado de un adminículo de hierro avanzaba cautelosamente delante de “la Pepa” .