02/07/2014
Esta semana, Tras los cielos de Iruya lleva sus palabras a una plataforma amiga. Lo hace con un relato dedicado a las aguas elevadas del Lago Titicaca: 'Titicaca, la puerta al mundo'.
'Me quedé sola, frente a una mesa de sacrificios en la cual podía imaginar una secuencia fílmica. De ahora o de antes. Efecto imán, mi cuerpo quedó enganchado a aquella pared majestuosa, convertida ya en un portón hacia lo antiguo, que también lo verdadero'.
Decidir frenar en medio de un viaje no es algo planificado. Quien lo haga será llamado a resolver dudas profundas y a convertirse en una especie de peón del tiempo. Esto es una ley. O una bendición. Mi parada vino consecuencia del lago navegable más alto del mundo, el Titicaca, dividido entre Bolivi…