Suena algo suave, buen jazz, tus ojos son atraídos por objetos de otra época, una época en la que los objetos: cámaras fotográficas, pitilleras, sombreros, baúles, zapatos, lámparas… se hacían de otra manera, con más delicadeza,con más cariño, son objetos como más sabios, más cuidados en sus formas, sus materiales y su utilidad, con toques de ingenio. Siguiendo el sonido de un saxo los vinilos te
sorprenden, vinilos del mejor jazz, importados de Nueva York, originales de su epoca, 1950, 1960, 1970. Sobre una pequeña escalera se recogen maravillosas fotografías, en pequeño formato, en blanco y negro y en color. Arriba en un pequeñísimo altillo se ofrecen actividades musicales en petit comité y en la puerta o en su interior se reúnen los músicos antes de los conciertos y jams que hay por la zona,compartiendo proyectos y sueños. Si algo prevalece en Pannonica Vintage es la calidez, la apacibilidad y la gran sonrisa de sus dueños, que dan una especial vida a los objetos sorprendentes. Las fotografías en lo alto de la pared con imágenes enormes de Nueva York, Los Angeles, Paris, Marruecos y otros lugares en Blanco y Negro te hacen sentir que los tesoros que te rodean tienen en su haber tiempo, historias,viajes y te sientes como en una antigua estación de tren momentos antes de que la locomotora inicie la marcha, la locomotora de tu imaginación que te lleva a pasear observandolo todo, sin prisa pero sin pausa, como si faltaran pocos minutos para la partida y quisieras disfrutarlos y marcar hasta su último detalle en el recuerdo, como lo que vamos a perder en cuanto crucemos la puerta del vagón, pero queremos conservar por unos instantes en nuestro interior tal y como se merecen.