19/03/2025
Los árboles golpeados.
Existen muchas costumbres agrícolas que tienen que ver con la violencia hacia los árboles frutales. En algunas partes se clavan puntas de acero, o colocan cadenas apretadas en torno al tronco, o le golpean con piedras o palos. Reconozco que me horroricé cuando conocí esto, pero antes de nada, investigué, y tristemente viene de muy atrás. Ya los egipcios rajaban la corteza de los Sycomoros (Ficus sycomorus, un tipo de higuera) para estimularla a dar frutos.
Parece ser que ciertas especies de árboles, como limoneros, papayas o higueras, si crecen muy a gusto, dan poca cosecha. Tienen agua, abono, suelo fértil… en esas circunstancias, el árbol se dedica a crecer, no le preocupa demasiado la descendencia. Seguro que habréis visto algunas higueras frondosas, con hojas lustrosas, pero apenas higos. Estas se están dedicando a crecer. En cambio, vas por el monte, y en una ladera pedregosa, donde nadie la hace ni caso, te encuentras con una higuera con más higos que hojas.
¿Qué está pasando?
Muy sencillo, los árboles nacen, crecen y se reproducen antes de morir, como cualquier ser vivo. Pero algunos, los que están bien regados y abonados, esa fase de “Crecer” la intentan llevar muy lejos para que cuando llegue el momento de dar fruto, pueda generar mucha más cosecha.
Esa higuera que crece entre piedras cree que está a punto de morir, sin apenas agua ni tierra sabe que no durará muchos años ¿qué hace? Se centra en dar fruta, en tratar de perpetuar su especie, solo emite las hojas necesarias para mantenerse viva, el resto de sus energías van para producir fruto.
Por eso se golpean o introducen clavos o cuchillos en los árboles, para hacerles creer que van a morir, de esta manera, el árbol se estresa, entra en pánico como todo ser vivo golpeado, y trata de dar mucha cosecha consciente de su cercana muerte. Luego cicatriza, nota que lo riegan y abonan y se recupera. Lo han engañado. Esta vivo, pero le han generado un daño que probablemente acorte su vida. Puede que dé más fruta, pero la dará menos años.
También me encontré con una variante de esta costumbre en Inglaterra, ellos no son de golpear troncos, pero conocen esa reacción del árbol ante el estrés y es muy habitual emplearlo con las higueras. Las cultivan en tiestos, no las riegan, ni abonan, así que el árbol, sin apenas tierra ni alimento, hace lo mismo que aquella higuera de la montaña, da fruto.
Soy incapaz de golpear o hacer sufrir a un árbol solo porque quiero comer más fruta, creo que antes de eso se pueden cultivar otro tipo de plantas de las que alimentarte sin tener que emplear esa violencia. Si un año como menos higos, no pasa nada, otro año, menos lluvioso, comeré menos. Años como este, todas las higueras están llenas de fruto, efectivamente, ha llovido mucho menos de lo habitual, la planta está preocupada y da fruto abundante sin necesidad de golpearla.
Así que ya sabéis, todo tiene una razón, pero a veces esa razón no lo es todo.