03/06/2016
Destino: En busca de Don Quijote de La Mancha
RUTA DE MOLINOS DE VIENTO. MANCHA TOLEDANA
En esta ruta descubriremos una de las zonas de España más famosas gracias a la literatura: La Mancha. Se sitúa cerca de la ciudad de Toledo y es el escenario de las aventuras de Don Quijote, personaje al que dio vida Miguel de Cervantes. A lo largo del viaje, contemplaremos extensas llanuras y pequeñas sierras donde se sitúan uno de los símbolos de esta tierra: los molinos de viento manchegos.
Podemos realizar esta ruta en un fin de semana y en cualquier época del año. Es recomendable para familias, ya que a lo largo de la misma, visitaremos museos etnográficos que permiten interactuar y aprender sobre antiguas tradiciones.
Un buen lugar para comenzar es la señorial villa de Orgaz, donde hallaremos un castillo medieval, casas nobiliarias (Casa del Vínculo, el Pósito municipal, el hospital de San Lázaro), su iglesia de Santo Tomás y los Arcos de San José y de Belén (dos de las cuatro puertas de entrada que tuvo la villa). Cerca de aquí, en Arisgotas, podemos visitar el Museo Visigodo.
A seis kilómetros se encuentra la villa de Mora, conocida por su espléndido aceite de oliva. Por ello, es recomendable que realicemos las visitas guiadas de su Museo del Aceite y su Museo Molino Aceitero (donde todavía se elabora aceite de manera tradicional). Y para completar nuestro paseo, nada mejor que conocer edificios como la Casa de los Sueltos, la iglesia parroquial, la ermita de la Virgen de la Antigua y el impresionante castillo medieval de Piedras Negras.
Nos dirigiremos ahora hacia Tembleque (a unos 25 kilómetros), a la que llegaremos tras contemplar, situados en una pequeña elevación del terreno, dos molinos de viento típicamente manchegos. Una vez en la villa, disfrutaremos del conjunto artístico de su plaza mayor (de arquitectura manchega) y de edificios como la casa-palacio de las Torres. A seis kilómetros, se encuentra El Romeral, un pueblo más pequeño pero con cuatro magníficos molinos de viento (abiertos al público) y los museos Etnográfico y del Esparto.
Muy cerca también se encuentra Villacañas, donde no podemos perdernos el Museo Etnográfico del Silo (aprovecha antiguas y tradicionales viviendas subterráneas) y la Casa-Museo de la Tía Sandalia (dedicado a imágenes religiosas).
A poco más de 20 kilómetros, nos esperan las dos últimas paradas: Consuegra y Madridejos, separadas entre ellas por apenas tres kilómetros.
En Consuegra nos llamarán la atención sus 12 molinos de viento con exposiciones etnográficas. Del siglo XVI y alineados en la cumbre del Cerro Calderico, forman la llamada Crestería Manchega de Consuegra. Una vez allí, lo mejor es disfrutar del paisaje que nos rodea, porque estaremos ante unas de las estampas más famosas de la Mancha cervantina. Junto a los molinos, se sitúa además un castillo medieval. Las iglesias del Santísimo Cristo de la Vera Cruz y de Santa María la Mayor y el torreón de la Tercia, son varios de los monumentos que también merece la pena visitar, además de los museos Arqueológico Municipal y del Cristo. La villa de Consuegra ofrece además visitas guiadas a diferentes talleres artesanos de la localidad, dedicados a la alfarería y la forja tradicionales y visitas teatralizadas a su castillo medieval.
En Madridejos podremos contemplar el último molino de viento, el del Tío Genaro, preparado para la visita turística. También abiertos al público encontraremos el Museo del Azafrán y Etnográfico y los museos etnológicos de los Silos del Tío Zoquete y del Tío Colorao. La iglesia del Divino Salvador, el convento de Santa Clara, la ermita del Cristo del Prado, la Casa de las Cadenas y la Plaza de Toros son monumentos que tampoco podemos perdernos en esta villa.
La ruta llega aquí a su fin tras haber descubierto auténticos escenarios de novela.
Fuente: http://www.spain.info/