09/10/2021
¿Por qué no es adecuado convertir todos nuestros caminos en carreteras? Parte I
(A propósito de la asfaltación del camino en el Xocoyotl, ejido de Tequixquiac)
Bici-guardas Tequix Vuelta Sacra
Hay una creencia bien arraigada en nuestras sociedades acerca de que las carreteras son obras para el bien común, es decir, obra pública que comunican a los pueblos. Sin embargo, esta idea está lejos de expresar la realidad. Las carreteras en las sociedades modernas no están hechas para comunicar a los pueblos, sino para facilitar la movilidad de recursos materiales y humanos a favor del sistema económico dominante. Como dicen algunos estudiosos las carreteras y las vías de comunicación en general son las venas y arterías del capitalismo, donde fluyen las mercancías. Las carreteras en México son excluyentes, en primer lugar, excluyen a quienes no tienen automóvil: a quienes caminan, anda en bicicleta o en algún medio de locomoción animal.
Por ejemplo, de acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020 del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), dos de cada 10 hogares en el país cuenta con una bicicleta. Esto significa que en casi 75 millones de casas mexicanas alguien emplea una bici como medio de transporte. Sin embargo, organizaciones registran que, a nivel nacional, 450 ciclistas son atropellados anualmente al emplear vías urbanas que están diseñadas para privilegiar el uso del automóvil. En este sentido puede decirse que las carreteras fomentan el consumismo de automóviles y el uso de combustibles fósiles, así como problemas de salud en una sociedad sedentarizada. Según un estudio de la BUAP “paradójicamente países altamente industrializados como Alemania, Austria, Dinamarca y Suecia, realizan del 45 al 50% de sus desplazamientos a pie o en bicicleta y sólo el 5% de la población presenta problemas de salud asociados a obesidad y sobrepeso.”*
http://www.e-consulta.com/nota/2014-10-01/sociedad/uso-excesivo-del-automovil-ligado-al-sobrepeso-en-puebla