26/03/2015
Hoy he despertado animado, ayer fue un día completo de recorrer la ciudad, disfrutar su comida autóctona en forma de deliciosos Momos, ver sus muchas calles y enormes plazas llenas de edificios históricos, y al atardecer subí hasta la Swoyambunath Stupa, un lugar increíble, tras conquistar los 365 escalones que la elevan majestuosa sobre todo Katmandu.
Así que con toda la animación matutina me dispongo a salir a la calle a por unos Momos para coger fuerzas y poner rumbo al este de la ciudad, para ver al fin Pasupatinath, quizás la imagen más famosa de todo Katmandu. Pero hoy no sería el día. Pienso en hacer una fotocopia de mi pasaporte con el visado nepalí, por seguridad. S**o mi pasaporte de una pequeña bolsa de piel, en mi mochila. Espera ¿Y el cinturón de la bolsa? Tirado junto a la mochila. Pero yo nunca s**o la bolsa de su cinto. Extrañado, con mi pasaporte en la mano, recuerdo que en esa bolsa también guardo 150 dólares junto a 1000 rupias indias, mi dinero de emergencia.
Guardaba.
Miro y remiro. Están las 1000 rupias, pero no los dólares. Desmonto la mochila entera. Una hora y media después, tras descartar que me haya auto-robado en un tremendo acto de estupidez sonámbula y guardado mi dinero en otra parte, concluyo en que alguien entró en mi habitación el día anterior. Recuerdo entonces que en la mesa bajo una libreta había dejado 3000 rupias nepalíes porque ayer no las iba a necesitar. Bueno, ahora son 2000. ¿Qué? Joder, hay que ser cutre. Si. Alguien me ha sisado. Mi segundo conflicto con un hotel en menos de una semana, ambos en la misma ciudad, en dos hoteles diferentes.
Bajo y llamo por teléfono al dueño del hostal. Está en el hospital, le digo que me falta dinero de la habitacíon. "No puede ser, solo tu y yo tenemos copia de la llave, y mi copia está en mi casa" "Bueno venga vd. paracá, que me gustaría hablar con usté primero antes de traer a la policía aquí" "Estoy en el Hospital, hasta las 4 o 5 no podré ir, a esa hora nos vemos" "4:30 ni un minuto más". Cuelgo.
Subo a mi habitación y pienso. Cuando estás en un país desconocido y te pasa algo así, no puedes reaccionar inmediatamente. No conoces las reglas. Ni si te puedes fiar de la policía. Así que respiras y analizas la situación. 150 dólares. Equivalente a 24horas de sueldo en el hotel. Me han robado 3 días de trabajo, 1 día entero de vida dedicado a romperme el c**o haciendo un trabajo odioso.
Pienso en cuanto tarda un nepalí en ganar 150 dólares. Los 2 chavales que trabajan en el hostal ganan unos 70 dólares mensuales. Pobres desgraciados ellos.
Pienso en qué es exactamente lo que me da rabia de esto. ¿Perder el dinero? No. Me da rabia una situación así ensombreciendo la que estaba siendo una experiencia fantástica en este país que tanto tiempo había soñado con descubrir. Discurro mentalmente "Bueno, qué demonios, tampoco es obligatorio que me guste este país ¿Tú no querías conocer Nepal, sus verdades, su gente, sus luces y sombras? ¿Tú no te dices ser un viajero? Bueno, pues igual descubres que es un sitio de mi**da y que no te gusta. El mundo es muy grande, algún sitio de mi**da tiene que haber. Mejor la verdad a idealizar un lugar" Y me digo todo ello con una voz interna más calmada y más sabia que la que emite mi boca normalmente. De golpe, siento que estoy observando todo esto desde fuera. Como si no fuera a mí a quien le ocurre todo esto. Ya no tengo rabia dentro. Con todo ese discurso interno, me ha dado tiempo a calmarme. He perdido el dinero, eso ya da igual, ahora veamos cómo reacciona la otra parte ante mi problema. Viajemos de verdad, veamos cómo es la gente, más allá de la sonrisa del vendedor de telas o la señora del puesto de fideos fritos.
Recojo mis cosas y salgo del hotel con mi mochila, ,no pienso esperar las 6 horas que faltan hasta las 4 allí, ni dejar mis cosas solas otra vez, así que miro en varios sitios y cojo una habitación en un sitio limpio y decente, con cámaras de seguridad, habitación espaciosa y la recepcionista más simpática y profesional con la que me he topado desde que salí de mi casa hace ya casi 3 meses. Casi cuesta creerlo. El dueño del lugar me saluda y negociamos el precio. Les cuento el rollo del otro hotelucho. Me cuentan que hace una semana les pasó lo mismo a 2 americanos en el mismo hostal. Recuerdo que el tipo al coger la habitación me dijo "no dejes dinero en la habitación". Suspiro. Hablo con el dueño a ver si consigo un buen precio esta vez "He palmado mogollón de pasta, así que voy prieto, hazme un poco de precio, que me gusta este sitio hombre" Consigo bajar el precio de 1000 a 600 rupias nepalíes por noche (6 euros). Son 250 rupias más que en otro sitio, pero seamos sinceros, el otro sitio era un antro.
Relleno el típico formulario y me quedo en la recepción viendo la semifinal de la copa del mundo de cricket, India vs Australia, junto al dueño, dos empleados, la recepcionista y el perro del dueño, mientras afuera cae una granizada brutal. Veo anunciado en un cartel que el hotel da botellas de agua, toallas, papel, jabon... wifi gratis y algo realmente dificil de encontrar en Katmandu, suministro eléctrico 24 horas. Para evitar sobrecargas de la red y caídas generales, el ayuntamiento corta la luz por barrios según determinadas horas y días. Lo normal es tener unas 12 horas de electricidad al día. Llegan las 4:30, dejo a India a 30 pelotas de perder ante Australia y voy al Nippon Guest House. Subo a la 101 junto al dueño y le cuento todo el rollo en detalle. Baja y habla con los empleados. Sube. No tiene respuesta. "Mis chicos están llorando, me juran que no saben nada". Son dos chavales de 15 y 17 años y al más pequeño se le notan varias bombillas fundidas. Me dan pena. Me siento mal al pensar que lo primero que se me ha pasado por la cabeza a la mañana ha sido bajar y crujirles a hostias hasta que apareciera mi dinero. Me siento mal de veras. El dueño del hostal interrumpe mi diálogo interno.
"Siento mucho que haya pasado esto. Ha pasado en mi casa así que soy responsable aunque no tenga nada que ver" "Yo también lo siento, porque la verdad es que estaba a gusto aquí, pero macho, es mucha pasta y ahora ya no podría estar aquí tranquilo... Y aquí tenia todo, cámaras de vídeo, portátil, el pasaporte... igual que ha desaparecido eso podría desaparecer el resto y eso es mucho más problema" "Hacemos una cosa. Los chicos son muy pobres, vienen de aldeas lejos de la capital. Si lo ves correcto, te doy la mitad del dinero de mi bolsillo, y no te cobro la habitación". No lo veo correcto. Yo no quiero SU dinero. Quiero el mío. En el bolsillo izquierdo de mi camisa tengo el número de la Policía Turística de Katmandu, a los que pensaba llamar en un principio si no se me ofrecían respuestas. Pero este tipo estaba haciendo lo que un Manager debe hacer. Dar soluciones. Lo único que la solución que me daba me hacía sentir mal. El tipo iba a palmar 70 dólares. Eso es mucha pasta en Nepal. Pero c**o, yo había palmado 150. Y él era el único que tenía otra copia de la llave. Bailo colgado de una finísima línea entre la desconfianza hacia todo hijo de vecino, necesaria para sobrevivir en India, y la empatía que siento hacia el dueño del hotel. Quizás lo correcto sería llamar a la policía. Quizás eso le meta en un lío muchísimo más grande que 70 dólares. Pero no hacer nada tampoco es correcto. Ya he sido un tonto pasivo demasiadas veces. Acepto su dinero, sus disculpas, y me despido de él sintiendo mucho toda la situación y le recomiendo poner cámaras de seguridad, ahorrará a largo plazo.
Vuelvo a mi nuevo hotel y la recepcionista y el dueño preguntan "bueno qué ¿qué ha pasado? ¿Has llamado a la policía?" "No, he llegado a un acuerdo" Me deben de notar el rostro sombrío, no me dicen mucho más. Miro a mi derecha, veo un cartel con las instalaciones "Cocina común". De golpe se me borran las últimas horas de la mente. Pregunto. "Sí, en la azotea, encima de tu habitación" "¿Puedo cocinar?" "Claro".
Y así, una situación de mi**da me ha llevado a un hotel supersimpático donde por fin, tras 3 meses echándolo de menos, mu**to de ganas por probar a cocinar todos estos platos nuevos y sabores exóticos, tengo un lugar donde sacar a mi Arzak interior a pasear y cocinar lo que me de la gana.
La vida sigue. Una luz, una sombra, un día pierdes y al rato ganas. Mañana tortilla de patatas.
Buenas noches.