17/07/2015
PARAPENTE
Este deporte nos lleva a una experiencia con mucha adrenalina, pero su verdadero valor se encuentra en la sensación de libertad total. El sueño de volar, se cumple cuando se despega desde una planicie. El nombre de este deporte se relaciona con paracaídas, sin embargo, su verdadera esencia es la de ser una vela, con la que se navega por el aire, sin embarcación. Su verdadera definición sería planeador ligero flexible.
El vuelo en parapente es un tipo de navegación denominada térmica, ya que depende de las corrientes y masas de aire ascendentes y descendentes. Los vuelos se realizan por la tarde, durante la reposición, esto es cuando la superficie de la tierra devuelve el calor acumulado durante el mediodía, esto genera grandes masas ascendentes que son bien aprovechadas por los adeptos a este deporte. Mendoza es un sitio privilegiado para realizar esta práctica, ya que su clima desértico, con poca humedad, genera térmicas continuas y de intensidad, permitiendo vuelos de hasta 400km, a velocidades entre los 60 km/h y 30 km/h.
Uno de los sitios más populares para el despegue, es el Cerro Arco. Los principiantes deben comenzar con vuelos biplaza, acompañados por el instructor, clases sobre el manejo del equipo, conocimiento de las corrientes y aerodinámica. El equipo puede pesar entre 8 y 30 kilos, dependiendo de la finalidad, incluye casco, paracaídas de emergencia, altímetro o variómetro, GPS y radio. El ala flexible tiene una superficie de entre 21 y 32 m2.
Para mayor información: http://www.mendozaparapente.com.ar/escuela-de-vuelo.asp