El Salix, de nombre común mimbre, es una especie forestal, cuyo cultivo ofrece la posibilidad de proporcionar anualmente un producto utilizado en todo el mundo. La comunidad mimbrera en el Delta y el Río de la Plata, está compuesta por cultivadores, artesanos, y el sector comercializador (ya sea de la materia prima o productos elaborados). El cultivo del mimbre y su tejido es una actividad tradici
onal casi exclusivamente limitada a la producción de canastos y mueblería, de por si bastante estandarizada que se encuentra actualmente en situaciòn de depresiòn y achicamiento
generalizados: caida de precios y posibilidades de comercializaciòn, disminuciòn del area cultivada, abandono de la actividad por parte de cultivadores y cesteros tradicionales, etc. Muy complejos y variados son los factores que determinan esta situaciòn, resaltando entre ellos los cambios ambientales (aumento de regìmenes de inundaciones), las dificultades de comercializaciòn (el impacto de las importaciones proveniente en su mayor parte de los paises del sudeste asiàtico), la desventaja competitiva con la materia prima proveniente de Chile, y la falta de desarrollo en las tecnicas de cultivo y uso del mimbre. Consideramos que el mimbre además de la gran posibilidad de integración productiva de la PYME y de la pequeña producción, para cestería y mimbrería permite su aplicación en la Agricultura Familiar con arraigo en la Agroecologia, control de erosión, forestación, recuperación de suelos y restauración de riberas, bioenergía, cercos vivos y esculturas, además de su alta compatibilidad para la recreación de áreas naturales como recurso turístico y para la conservación de naturaleza. Varios años de investigación a partir de formas asociativas de base suelta (productores de mimbre, cooperativas, viveros experimentales, artesanos, artistas, científicos naturalistas, etc.) nos permitieron expandir los términos de referencia del trabajo con mimbre, intercambiando variedades y brindando asesoramiento en el campo de nuevas técnicas de cultivo y uso del mimbre e incluyendo un amplio rango de aplicaciones creativas, económicas, energéticas y ambientales, con el fin de de ampliar y diversificar su aplicación e innovar procesos productivos para vigorizar la autogestión y para articular un compromiso más específico y ambicioso: la revitalización económica y cultural de la actividad mimbrera.