07/12/2015
Las playas atesoran historias de navíos que zozobraron en esta zona cuando años atrás estas aguas eran el paso obligado para aquellos barcos que iban o venían del Atlántico al Pacifico por el estrecho de Magallanes. Años después, los faros y otros sistemas de vigilancia más la creación del canal de panamá mermó el tráfico de los mercantes. Pero fue entonces cuando los barcos pesqueros llegaron para quedarse y darle a estos originales pueblos de campo un tinte marino a nuestra cultura costera.
En noviembre de 1924 soportando un temporal inusual que hizo peligrar varias embarcaciones, varó en Costa Azul el barco a v***r "Mar del Sur", al mando del capitán Gaspar Zaputovich, un reconocido marino.
Esta nave anteriormente tuvo bandera brasileña y se llamó Imperator, tenía 49,50 metros de eslora, 11 metros de manga aproximadamente y 282 toneladas de registro neto.
La embarcación que cubría usualmente el servicio Buenos Aires-Puertos del sur, se dirigía en esa ocasión hacia Mar del Plata, transportando mercadería general.
Un incendio antes de rescatar toda su carga, fue el misterio que envolvió este siniestro y las explosiones producidas a bordo destrozaron el casco, cuyos restos aún pueden verse desde la orilla.
El armador, Pablo Arena, visitó el lugar del siniestro y regresó a la capital cuando se determinó la imposibilidad del reflotamiento, sea por la escasa profundidad del paraje donde estaba encallado el buque (con marea alta tenía 7 pies a popa y 4 pies a proa) como por las averías sufridas a causa del siniestro - rotura de hélice, pérdida de ancla y otro daños).
En la actualidad, a escasos metros de la orilla emergen alrededor de la caldera, restos de hierro irreconocibles, muy cortantes, que son quizás vestigios del casco y de distintas partes de la nave.
Ubicación: Playa y bajada Calle Rivadavia.
Grado de Visibilidad: “Bueno”.