10/07/2019
Serie: La fidelidad de Dios en la etapa final de la vida
Confía en la fidelidad de Dios hasta llegar a la meta
Cuando envejeces hay muchos cambios sucediendo. Creo que la meta en la vida de muchas de ustedes y la nuestra es llegar a la vejez siendo una anciana piadosa.
No sabemos cuándo es que se supone que te sientes «anciana», ¡pero ya estamos muy cerca de lo que sea que eso signifique! Seguro que muchas hemos tenido esta gran y maravillosa opinión de lo que significa ser una anciana piadosa. Pero sí todas nos hemos dado cuenta de que el tiempo pasa muy rápido, día tras día y de repente estás ahí... y no sabes cómo fue que pasó todo tan rápido.
Hay muchas cosas que decir sobre la vejez, hay muchas cosas cómicas que se dicen de la vejez. Alguien escribió sobre los privilegios que hay al llegar a la vejez.
• En una situación de rehenes lo más probable es que te liberen a ti primero.
• La gente te llama a las nueve de la noche y te pregunta: «Excúsame, te desperté?»
• La gente ya no te ve como hipocondríaca
• Ya no hay nada que aprender por las malas
• Puedes cenar a las seis de la tarde
• Haces una fiesta y los vecinos ni se dan cuenta
• Los límites de velocidad ya no son un reto para ti
• Tus ojos ya no empeorarán tanto
• Tu seguro de salud finalmente comienza a valer la pena
• Tus articulaciones son más precisas que el Servicio Meteorológico Nacional
• Tus secretos están seguros entre tus amigas porque ellas tampoco los pueden recordar
Así que se usan muchos términos para hablar de la gente de edad. Leí en un blog llamado, «Daily Writing Tips» («Consejos diarios para escribir»). Era una lista de cuarenta y cinco sinónimos para «viejo» y «anticuado». Les voy a leer algunos de ellos: «envejecido, antiguo, anticuado, arcaico, pasado de moda, decrépito, tembloroso, fosilizado, destrozado, obsoleto, desactualizado, viejo, prehistórico, oxidado, senil, de la Edad de Piedra, de época, clásico y añejo».
Algunas de nosotras preferimos que nos digan «clásicas» y no algunos de esos otros términos. Si te concierne en particular y quieres decir las cosas políticamente correctas, podrías decir algo como, «dotada cronológicamente» (risas).
Así que la opinión general sobre la vejez es algo de lo que todas oímos mucho. Varía desde su negación hasta lo cómico, hasta...artículos o escritos sobre “cómo es posible vivir para siempre, no morir”, donde tú envejeces y envejeces y envejeces. No estoy segura de querer que suceda así aquí en esta vieja tierra. Mas bien quiero cielos nuevos y tierra nueva.
Otros prsentan sugerencias sobre algunas cosas que no deberías decir cuando escribes para la gente mayor. Número uno,
No los llames «viejos», «ancianos» o «jubilados». Todo este concepto de quién es viejo se ha convertido en algo muy delicado. Sí, para un niño, casi todos los adultos son viejos; pero para el resto de nosotros, solo las personas que son mucho mayores que nosotras son viejas. Usa la palabra «de edad avanzada», nunca «viejo», como en «personas de edad avanzada».
Luego dice: «anciano» solo se debe usar como un sustantivo modificador, como en «pacientes ancianos» y solo cuando nos referimos a aquellos que son realmente viejos y frágiles. No lo uses como un término general para aquellos que son viejos. Esto es considerado como estigmatizante, puesto que no todas las personas de edad son frágiles. Y luego dice: evita decir «jubilado» en tus comunicados. Para la gente de edad, que los llamen «jubilados» es como un eufemismo de «viejo» y «anciano». «Ciudadanos mayores» todavía es aceptable para muchas personas de edad; pero no lo utilices para describir a alguien que tenga menos de sesenta y cinco...
Un importante periodista dijo que este nombre evoca: «dentaduras postizas y descuentos, deterioro y disfunción». (Y recuerda, estas son algunas de las cosas que no deberías hacer cuando escribes acerca de o para la gente de edad, si perteneces a una organización sin fines de lucro). No te refieras de ellos como viejos, cascarrabias, viejitos, o ninguna versión de los años «dorados». Y luego dice: No actúes sorprendido porque una persona de edad todavía puede caminar y hablar al mismo tiempo (y continúa).
Ahora, nosotras entendemos que la «vejez» es algo relativo, ¿has notado que no es tan fácil lograr que las personas admitan que son mayores?
De hecho, un «Centro de Investigación (Pew») hizo un estudio a casi tres mil personas que tenían de dieciocho años en adelante. Aquellos que respondieron a la encuesta y que tenían menos de treinta años, dijeron que la vejez empieza a los sesenta. (¿Recuerdas cuándo pensaste eso?)
Aquellos que tenían sesenta y cinco o más, dijeron que la vejez empieza a los setenta y cuatro. ¡Y una señora de noventa años dijo que para ella tú no eres anciana sino hasta que tienes noventa y cinco! (risas) ¡Así que creo que todo depende de tu perspectiva!
Una importante agencia s**o un artículo titulado, «Las abuelas glamorosas de Instagram». Este artículo se refiere a un grupo subversivo de mujeres que tienen más de sesenta años y que quieren demostrar que ser «mayores» ya no es como era antes. Este artículo tiene el perfil de algunas de estas abuelas glamorosas.
Por ejemplo, hay una mujer que tiene sesenta y cuatro años y es un ídolo de Instagram con medio millón de seguidores. Y dijo: «¡Me siento orgullosa! Ya no tengo veinte años; no quiero tener veinte años; pero soy genial. Eso es lo que pienso cuando subo una foto!». Y según mi opinión (vi algunas de sus fotos en Instagram), ¡ella es una abuela glamorosa cool de Instagram!
Y hay otra señora que tiene setenta y un años, artista y diseñadora . Ella dijo: «Nosotras no nos vamos a quedar como esas pequeñas viejitas que se sientan en los hogares para ancianos con el pelo teñido de azul. O si tenemos que ir a un hogar para ancianos, estaremos allí con nuestra ma*****na, nuestras comidas orgánicas y nuestro gran estilo a la moda». Así que estas son algunas de las abuelas glamorosas de Instagram.
El Dr. Bernard Nash es un trabajador social que es considerado un pionero en el estudio de la vejez. Él señala que existe una paradoja; todos queremos una larga vida... ¡pero ninguno de nosotros quiere envejecer! Y esta es una realidad hoy en día. Vemos tanto énfasis... todo tipo de anuncios informándonos sobre todo lo que podemos hacer para tener una larga vida, para ser más saludables, para ser más atractivas, para tratar con las arrugas y el dolor y el cansancio y todo esto. ¡Todo el mundo quiere tener una larga vida pero nadie quiere envejecer!
Como mujeres cristinas debiéramos ser de las que celebramos momentos especiales, las marcas en las que vemos la fidelidad de Dios en nuestra vida, buscando ocasiones para detenernos y reflexionar sobre el pasado y agradecerle a Dios por lo que Él ha hecho y por Su fidelidad; y también miramos hacia el futuro.
Por supuesto, no sabemos lo que nos depara el futuro, pero al pensar en eso, levantemos nuestros ojos y agradezcamos al Señor por el regalo de la vida. No sabemos si vamos a llegar a los sesenta o a los cincuenta o a los cuarenta, eso depende. Pero lo que queremos hacer en este mundo, que tiene un punto de vista distinto de envejecer, es fijar nuestros ojos en la Palabra de Dios y en Cristo, para saber cuál es Su perspectiva sobre la vejez.
Así que durante los siguientes programas meditaremos en un salmo que ha llegado a ser muy especial. Es el Salmo 71.
Y quiero decirte que aunque tal vez tengas dieciocho o veintiocho o cuarenta y ocho o sesenta y ocho u ochenta y ocho años, o los que sean! Este es un pasaje que nos habla (como toda la Palabra de Dios lo hace) a todas nosotras, sin excepción, en nuestras diferentes etapas de la vida.
Pero particularmente aquí hay un significado especial en todo lo que significa envejecer, en algunas de las cosas con las que tenemos que lidiar, algunos de los desafíos que tenemos que enfrentar, y cómo ver todo esto desde el punto de vista de Dios.
Así que analizaremos algunos de los temas en este pasaje, y espero que nos dé algunas estrategias y una buena dosis de esperanza, para los desafíos que tal vez estén enfrentando en este momento, o los que pudieras enfrentar más adelante, cualquiera que sea la etapa de tu vida.
Ahora, al leer esto, notarás que esta es una oración. Y qué buena manera de enfrentar un cumpleaños, con oración, levantando nuestros ojos, levantando nuestros corazones al Señor, contándole a Él cuáles son nuestras necesidades, nuestros desafíos, y pidiéndole Su gracia y sabiduría para saber cómo enfrentarlos.
No sabemos con seguridad quién escribió este salmo. Tradicionalmente se cree que fue el rey David, y hay muchos comentaristas bíblicos que están de acuerdo con eso. Así que para los propósitos de nuestro estudio, vamos a decir (aunque no sabemos con seguridad), que tal vez fue David el que escribió esta oración. Y ciertamente suena como muchos de los otros salmos que él escribió.
Empecemos en el versículo 1. No vamos a leer el capítulo completo hoy. Vamos a analizarlo en los próximos programas. Esta es la Palabra del Señor. (vv. 1-9).
En ti, oh Jehová, me he refugiado;
No sea yo avergonzado jamás.
2 Socórreme y líbrame en tu justicia;
Inclina tu oído y sálvame.
3 Sé para mí una roca de refugio, adonde recurra yo continuamente.
Tú has dado mandamiento para salvarme,
Porque tú eres mi roca y mi fortaleza.
4 Dios mío, líbrame de la mano del impío,
De la mano del perverso y violento.
5 Porque tú, oh Señor Jehová, eres mi esperanza,
Seguridad mía desde mi juventud.
6 En ti he sido sustentado desde el vientre;
De las entrañas de mi madre tú fuiste el que me sacó;
De ti será siempre mi alabanza.
7 Como prodigio he sido a muchos,
Y tú mi refugio fuerte.
8 Sea llena mi boca de tu alabanza,
De tu gloria todo el día.
9 No me deseches en el tiempo de la vejez;
Cuando mi fuerza se acabare, no me desampares.
» A propósito,no te apropiaste de esta oración en cualquier etapa de tu vida? «Señor, no me rechaces (¡sé que Él no lo va a hacer!) en el tiempo de la vejez»; no me desampares cuando me falten las fuerzas al final del día».
A propósito, puedes ser una mamá con hijos pequeños y necesitar esta oración. No tienes que ser una señora mayor para hacer esta oración: «No me desampares cuando me falten las fuerzas».
vv. 10-13). Porque mis enemigos hablan de mí,
Y los que acechan mi alma consultaron juntamente,
11 Diciendo: Dios lo ha desamparado;
Perseguidle y tomadle, porque no hay quien le libre.
12 Oh Dios, no te alejes de mí;
Dios mío, acude pronto en mi socorro.
13 Sean avergonzados, perezcan los adversarios de mi alma;
Sean cubiertos de vergüenza y de confusión los que mi mal buscan.
Ahora, vamos a hacer una pausa aquí y continuaremos con el resto del salmo la otra semana, pero solo veremos unas cuantas observaciones.
Son cosas muy obvias. No hay un nuevo conocimiento o entendimiento necesariamente, pero son cosas que es bueno recordar. No sabemos en qué ocasión se escribió este salmo; pero aquí hay algunas cosas que sabemos, que son obvias en este pasaje.
Primero, el salmista está envejeciendo, tal vez ya es mayor. Él dice en el versículo 9: «No me rechaces en el tiempo de la vejez; no me desampares cuando me falten las fuerzas». Él tal vez ya es viejo o tal vez está envejeciendo. Él ve que se aproxima la vejez. Él sabe que ya está envejeciendo y sabe que tiene todos estos desafíos en su vida y está orando por su vejez.
No leímos el versículo 18, pero en este versículo dice: «Y aún en la vejez y las canas, no me desampares, oh Dios». Así que la vejez ya se aproxima, tal vez en un futuro no muy lejano, tal vez ya se asoma en el horizonte, viene en camino. Escucha, si tienes dieciocho años, ya puedes empezar a pensar en la vejez. De hecho, es el mejor momento para empezar a pensar en la vejez, ¡y no cuando tengas sesenta!¡Esto no sucede así de repente! Hay que proponérselo desde que somos jóvenes.
Vemos aquí a un hombre que desde su juventud descansa en el Señor, confía en Él. Veremos la ventaja que esto fue para su vida cuando entró a una edad avanzada. ¡Así que caminar con Dios es un viaje que comienza en la juventud y sigue hasta la vejez!
Ahora, nada de esto es hoy como se suponía que era antes de la caída del hombre. Hay efectos debilitantes en las vidas de muchas personas; la salud y la fuerza que declinan, la vejez, problemas aquí, problemas allá, sufrimiento (una cantidad de desafíos de los que vamos a hablar en esta serie)... Dios no planeó todas estas cosas en el jardín del Edén.
Pero debido al pecado del hombre y de la mujer, de Adán y Eva, y pasándolo de hijos a hijos, hay cosas en este mundo que son el resultado, son la consecuencia de una creación caída y pecaminosa que Dios está redimiendo y renovando. Pero aún experimentamos algunas de las consecuencias del pecado original y una de estas es ciertamente la vejez.
Entonces vemos que el salmista está envejeciendo y luego vemos que el salmista está sufriendo. Él está sufriendo. Él está pasando por unas pruebas realmente difíciles. Y estas no han disminuido ahora que él está envejeciendo. ¡De hecho, parece que tal vez están empeorando!
Por supuesto, algunas cosas son más fáciles; otras son más difíciles. Hay muchos desafíos que son normales cuando envejecemos. En nuestra audiencia hay mujeres de todas las edades, pero la mayoría de nosotras estamos en una edad media. Así que todo lo que diga como una generalización aquí no necesariamente será lo normal para todas, y hay desafíos normales al envejecer.
Por supuesto, tenemos problemas de salud, debilidad física, nos fallan las fuerzas. El Salmo 71 en el versículo 9 dice: «Cuando me falten las fuerzas». Incluso ahora, ya no tenemos las fuerzas que teníamos a los cuarenta. Y cuando tenía cuarenta no teníamos las fuerzas que de los treinta.
Eso no quiere decir que ya somos ancianas. No sé a lo que tú llamas «anciana», ¡pero definitivamente es alguien mayor! Podemos ver que para algunas cosas, nos faltan las fuerzas. Podemos hacer ciertas cosas, hacer ciertos ejercicios, y hay maneras para mantenerse fuerte, pero definitivamente las fuerzas van a declinar.
Hay problemas de salud. Pienso en Corrie ten Boom quien llegó a una edad avanzada. Ella estuvo encarcelada durante la Segunda Guerra Mundial y luego pasó muchos años de su vida viajando alrededor del mundo, hablando del amor de Jesús.
Pero de los últimos cinco años de su vida, no se sabe mucho. ¿Sabes por qué? Porque sufrió un derrame cerebral y perdió el habla por completo durante los últimos cinco años de su vida. Hay un libro que fue escrito por una de sus asistentes, la persona que la cuidaba en ese momento. Se titula «Cinco años de silencio».
Es un libro muy bello, a propósito. No sé si todavía está disponible. Pero aquí tenemos una mujer que no podía hablar en absoluto, pero cuando la gente entraba a su cuarto, ellos sentían la presencia de Cristo.
Leí esto hace unos años y recuerdo que pensé: «Oh Dios, no sé cómo va a ser mi vejez, pero sé que habrá dificultades. Tal vez tenga problemas físicos. Pero, ¿podrías Tú de alguna manera glorificarte a través de mi vida, cualquiera que sea la situación?»
No es solo en el área física; puede haber tentaciones. Tal vez piensas que solo las personas jóvenes experimentan tentaciones, pero conozco personas de edad que ya tarde en la vida se han «descarriado». Han cedido a la tentación, en la que nunca hubieran caído cuando eran jóvenes.
Este es el caso de una señora, cuyo esposo era pastor, y después de décadas de matrimonio decidió: «¡No quiero seguir más con este matrimonio!» Él se fue. Y ella dijo: «Estoy empezando una nueva vida ahora».
A veces hay tentaciones que pueden ser más fuertes cuando estamos envejeciendo. Hay diferentes tipos de ataques. Estuve hablando con una señora que en ese momento tenía probablemente setenta y cinco años, y ella había caminado con el Señor. Si digo su nombre, todas sabrían quién es. Dios realmente ha usado a esta hermana de una manera especial sirviendo al cuerpo de Cristo.
Pero ella me dijo: «Si supieran los desafíos que estoy enfrentando...» Estos no se conocen públicamente. Suceden detrás del escenario. Son asuntos familiares. Ella me dijo: «¡Nunca fue tan difícil como lo es ahora!» Y ella pensó, como muchas de nosotras, que cuando fuera mayor podría relajarse, podría descansar. Pero ella dijo: «¡Esta es la etapa más difícil de mi vida!»
Muchas personas de edad se sienten solas, se sienten abandonadas. Muchas tienen temores, inseguridades, temores financieros, se preocupan: «¿Cómo voy a suplir mis necesidades? ¿Cómo voy a ser sustentada?»
Aquí hay otro desafío: cuando enfrentamos una pérdida. Aunque, puedes experimentar una pérdida a cualquier edad. Y que las pérdidas no solo suceden cuando somos ancianos; pero a medida que envejeces, hay más pérdidas, los padres, tu esposo tal vez, amigos, aún tus hijos. Hay personas que van a vivir más que sus hijos.
Y entonces aquí en este salmo, David está experimentando más adversidades. Él dice en el versículo 4: «Dios mío, rescátame de la mano del impío, de la mano del malhechor y del implacable». Versículo 10: «Porque mis enemigos han hablado de mí; y los que acechan mi vida han consultado entre sí». El versículo 13 habla de sus acusadores que buscan hacerle daño.
¿De dónde venían todas estas personas? No sé, pero David (o el salmista, o quien haya escrito este salmo) estaba experimentando ahora que estaba envejeciendo, sabotaje en su vida, querían asesinarlo. Y eso no desaparece a medida que envejecemos.
Hay otra observación sobre este salmo: El salmista ha conocido y ha caminado con Dios durante toda su vida. Ahora, no todas las que nos escuchan pueden testificar lo mismo. Si no lo puedes hacer, está bien. Pero es un gozo muy grande haber conocido y haber caminado con Dios durante toda la vida. Esto es lo que el salmista dice:
Versículo 5: «Oh Señor Dios, tú eres mi confianza desde mi juventud». Él está diciendo: «¡Confié en Ti cuando estaba en el grupo de jóvenes!» Versículo 6: |De Ti he recibido apoyo (no solo en el grupo de jóvenes) sino desde mi nacimiento. ¡Tú eres el que me sacó del seno de mi madre!»
Versículo 17: «Oh Dios, Tú me has enseñado desde mi juventud». Vemos aquí que el salmista está reconociendo que él siempre ha dependido del Señor. Él ha dependido de Dios desde que era joven, y ahora en su vejez no es menos dependiente de ese mismo Dios que le ha demostrado que Él es digno de confianza y le ha sido fiel durante toda su vida.
Así que para terminar hoy, señalaremos lo siguiente: Seguir fielmente a Dios a lo largo de los años no nos libra de las dificultades en la vejez. Ahora, tal vez estás pensando: «¡Sintonicé hoy este programa para oír buenas noticias! o ¡estoy escuchando este programa para oír buenas noticias!» Bueno, hay muchas buenas noticias en este salmo, pero primero tenemos que reconocer que aunque hayas caminado con Dios por décadas; eso no significa que durante la vejez, no vamos a tener problemas y dificultades. De hecho, algunos de estos problemas, desilusiones y dificultades se pueden acelerar, pues el Señor nos está formando y preparando para la eternidad.
Aún vamos a tener problemas, desafíos, enemigos, tal vez enemigos de Dios, durante nuestra vejez. Así que no importa qué tanto tiempo hayas conocido y caminado con Dios, ¡nunca tendrás un tiempo en el que no lo necesites! ¡Nunca!
Nunca tendrás un tiempo en el que no seas vulnerable al ataque. Jesús le dijo a Pedro: Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; (Lucas 22:31). Él quiere tenerte. Si él no puede oprimirte cuando eres joven, lo va a hacer al final de tu vida, para que no termines bien, para que no glorifiques al Señor.
En cada momento y etapa de nuestras vidas, Él será fiel si continuamos confiando en Él!.
Recuerda que debes confiar en Jesucristo en cada etapa de tu vida. Dios desea ver mujeres viviendo vidas plenas desde su juventud hasta el final de sus días. Seas una mujer mayor o una mujer joven, eres parte del plan de Dios para amar y edificar a otras mujeres en tu esfera de influencia.
En nuestro próximo programa, continuaremos con el Salmo71 y algunos consejos para envejecer bien, así que te esperamos aquí en Vasijas de barro