25/09/2015
1 | Gales, el pueblo-librería
Desde que los galeses colonizaron la costa de Chubut sabemos que la poesía es muy importante para este pueblo. También lo son la literatura y los libros en general. Tanto que hay que ir a Gales para conocer el único pueblo del mundo exclusivamente dedicado a los libros. Se trata de Hay-on-Wye: 1500 habitantes y 40 librerías. ¡Récord absoluto! La más singular de todas es la Honesty Bookshop, que vende sus libros desde estantes en las calles, sin vendedor a cargo: los compradores dejan el dinero de sus compras en un buzón.
2 | París: una librería hostel
Gales
Gales.
Los bouquinistes de París son los vendedores de bouquins (libros en argot), cuyos estantes están colgados sobre los parapetos de las orillas del Sena. Últimamente, muchos se reconvirtieron a la venta de afiches, postales o recuerdos para turistas. Pero por suerte hay libreros que no cambian, como la familia Whitman de Shakespeare &Company, a pasos del Sena en pleno Barrio Latino.
3 | Maastricht, una catedral de hojas
Considerada como la librería más espectacular del mundo por el diario británico The Guardian, y como la segunda más bella detrás de El Ateneo Grand Splendid por el grupo editorial angloamericano Harper-Collins, la Selexyz Dominicanen Boekhandel se encuentra -como su nombre no lo indica para quienes no hablan holandés- en una ex iglesia dominica del siglo XII.
4 | California: papel en el reino de lo virtual
Se piensa generalmente que en Estados Unidos, las tabletas ya reemplazaron por completo a los libros y las revistas de papel. En California, sin embargo, resisten dos librerías que son objeto de curiosidad y noticias aunque venden libros reales, hechos de papel y tinta. Una es el Last Bookstore en Los Ángeles, un inmenso negocio famoso sobre todo por su túnel y su laberinto de libros.
5 | Venecia, libros hasta en la góndola
Y no precisamente la góndola del supermercado, tratándose de Venecia: la librería Acqua Alta, cerca de la Plaza San Marcos, ubica sus volúmenes por todas partes, en cualquier rincón a disposición, sean góndolas (las de navegar), canoas u otros recipientes originales.