12/10/2015
Puente del Diablo:
Siempre relacionado con la existencia de mundos diferentes, el túnel que se abre a unos 7 kilómetros de La Poma nos espera en esta maravillosa excursión con su desangelado nombre de "Caverna del Diablo" pero a no tenerle miedo!. Te guiamos a uno de los paisajes naturales más singulares que puede ofrecer la Argentina. Está en el paraje Puente del Diablo -otro de sus nombres-, donde el río Calchaquí se sumerge a una cueva calcárea. Se trata de un paisaje interior que la naturaleza del río fue construyendo a lo largo de miles de años, con una fauna propia y colores que no pueden encontrarse en otra parte.
Accedemos en vehículo hasta el borde de la parte superior de los barrancos formados por el río Calchaquí. Luego con cuidado bajamos una caída de 14 metros, para llegar al techo exterior de la caverna. Desde allí se puede penetrar ya sea por la entrada o la salida del río. Es que el terreno fue erosionado por el viento que se encajona en los barrancos, y por los escurrimientos del agua de lluvia.
El río erosionó el material calcáreo del cerro, dándole su forma definitiva a la caverna. Allí dentro, helictitas y estalactitas sorprenden a los que se atreven a entrar a las cuevas, sin temerle a su nombre. La caverna cuenta con dos galerías "fósiles" en los niveles superiores. La inferior accede a una galería principal por donde corre el río, aunque es más fácil continuar hasta el lecho del mismo y penetrar con él a la caverna.
Acompañado por uno de nuestros guías siempre, ingresamos.
En el primer sector de la caverna podemos encontrar una sala amplia donde se puede estar de pie. Luego, un desnivel provocado por una pequeña cascada, que da a un segundo sector donde la sala se ensancha y desciende la profundidad del río. Hay varios remansos donde se acumula una arena fina poblada de cangrejos, muy bellos para fotografiar.
Debido a algas fotosintéticas, desde este punto, el agua toma una tonalidad verde. Las algas y la materia que arrastra el río son aprovechadas por pequeños cangrejos que se agrupan en los remansos y se trasladan enganchados unos a otros.
Pequeñas arañas, hormigas, moscas y ácaros completan la fauna del medio ambiente que creó el río en su paso.
La sala continúa angostándose hasta transformarse en una galería de un metro de ancho y mayor profundidad del agua, que en algunos tramos llega hasta el pecho del visitante. En algunos sectores, la altura del techo baja hasta obligarnos a hacer el recorrido de cuclillas. Ya la zona de salida se amplía formando una sala donde nuevamente el río pierde profundidad y gana la superficie. Afuera de la caverna se debe subir una pared con un desnivel de 3 metros y se vuelve a acceder al techo exterior de la cueva.
Durante años, la gente temía el lugar. Hoy es atracción turística, la propuesta a la que nos enfrenta la existencia de esta cueva es, sin dudas, singular y convocante, podemos encontrarnos con los paisajes interiores de la geología de nuestra región, estalactitas, estalagmitas y otras formas indescriptibles son el escenario de esta aventura que te ponemos a disposición, Hay otros lugares impresionantes en La Poma, como los graneros incaicos para guardar semillas que se remontan al Incanato, los majestuosos Volcanes Gemelos, que le suman valor a un viaje hasta La Poma. A disfrutarlo.