
14/02/2025
Cada 14 de febrero se celebra San Valentín, recordando a un médico que se ordenó sacerdote y que casaba en secreto a los soldados, ya que consideraba injusta la ley dictada por el Emperador, que prohibía casarse a los jóvenes, porque a su juicio los solteros sin hijos eran mejores soldados.
El festejo echó raíces y desde entonces millones de rosas y cajas de bombones son ofrecidos en todo el mundo en nombre del amor.
Una hermosa historia de amor fue la de Manuel Mujica Láinez y Ana de Alvear.
Manucho, emparentado con la familia Beccar Varela, vivió un tiempo en la Quinta Los Ombúes y terminó sus estudios en el Colegio Nacional de San Isidro.
Ana de Alvear, frecuentaba nuestros pagos porque su padre, Federico, primo de Marcelo Torcuato de alvear, tenía su quinta y caballos en Beccar, una quinta que Ana y Manucho habitaron por un tiempo.
Pero ellos no se conocieron aquí, sino en Capital, en un baile en casa de los Paz Quirno y fue un flechazo de cupido.
Él era muy tímido, y disimulaba diciendo cosas monstruosas y brillantes sobre la gente.
La sacó a bailar y le preguntó si leía.
Manucho estaba seguro de que ella no leía nada porque por aquel entonces las chicas lindas no leían.
Ella le respondió que no, que a ella "le leían".
Ah! Qué paquetería! pensó él.
En realidad le leían porque tenía mala vista.y se negaba a usar anteojos.
Intrigado le preguntó que era lo que le leían, y cuando ella respondió La Divina Comedia, le pareció tan sublime que cayó rendido a sus piés.
Manucho decía que dos cosas habían marcado su vida: haber vivido en Europa y conocer a Ana, porque sin la tranquilidad y la comprensión que ella le había brindado, no habría podido ser el escritor que fue.
Vivieron un tiempo en Belgrano, en la calle O'Higgins, tuvieron tres hijos y cuando Manucho se jubiló se mudaron a Cruz Chica en Córdoba.
Si bien en sus últimos años, cada uno hizo su vida, vivieron allí juntos en su casa " El Paraíso" hasta que la muerte los separó.