20/06/2024
¿Caminaste con raquetas?
Imaginate un día frío y soleado en las montañas. La nieve cubre todo a tu alrededor, desde las ramas de los árboles hasta el suelo. Cada paso que das con las raquetas de nieve produce un crujido suave y satisfactorio. El aire es fresco y nítido, y podés sentirlo llenando tus pulmones de vida.
El paisaje es impresionante. Los pinos se alinean a lo largo del sendero, sus ramas cargadas de nieve, los arbustos asoman tímidamente, medios enterrados. Los copos de nieve caen lentamente a tu alrededor. Las montañas se elevan majestuosas en la distancia, como gigantes dormidos.
Estás rodeado de silencio, solo interrumpido por el sonido de tus propios pasos y el viento que susurra entre las ramas. A medida que avanzás, podés ver las huellas de animales en la nieve: conejos, zorros o incluso de algún ciervo. Los chicos se asombran (y yo también). Entimos una conexión profunda con la naturaleza. Sus risas y conversaciones se mezclan con el paisaje, creando recuerdos que durarán toda la vida.
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