04/02/2023
Poner límites en la infancia es algo imprescindible para un correcto desarrollo del niño. Te lo explicamos con este ejemplo que ocurrió hace unos días con una actividad que hicimos con globos en la escuela. Ocurrió lo siguiente:
Todos los niños quieren rápidamente que les reparta su globo. Parte empezar, les invito a esperar su turno...
Cuando ya lo tienen, el niño que tiene un globo pequeño, quiere uno grande; y el que tiene uno grande te dice que quiere uno más pequeño...
El que tiene un globo, se queja del que tiene dos; y el que tiene dos, quiere tres...
Si hay globos blancos y rojos, el que tiene rojos quiere blancos, y el que tiene blancos quiere rojos... También alguno pregunta si hay globos azules, que es su color favorito...
El que no tiene ninguno, quiere uno, y cuando lo tiene, dice ahora que no lo quiere...
Y siempre hay uno que no quiere el globo que le das, sino el que tiene el otro...
Y pasado un tiempo, pasa lo siguiente:
Resulta que el que lleva un tiempo jugando con su globo, quiere saber qué pasa cuando le quita un globo a su compañero...
El que lleva un rato jugando con su globo, quiere saber qué ocurre cuando lo explota...
El que tiene uno, ahora juega a querer tener más globos que nadie; y el compañero que lo ve, viene a decirte que su compañero tiene más de un globo...
Transcurrido un buen rato desde el inicio del juego, ahora todos los niños están en otra cosa y ninguno juega con los globos.
Esto es una situación normal y muy sana de aprendizaje para niñas y niños de estas edades. Los niños necesitaban conocer qué mensaje le trasladaba el adulto ante sus acciones. El problema es que estas situaciones molestan e incordian a muchos adultos, pues se piensan que los niños lo hacen por capricho o para molestarlos. Nada de eso. Debe quedarte muy claro que los niños lo hacen por pura salud mental, pues necesitan saber cuáles son los límites de las acciones que realizan.