Guerra del pacifico al día - 1879 - 1884

Guerra del pacifico al día - 1879 - 1884 Pagina seria para historiadores, documentadores, descendientes y amantes de la GUERRA DEL PACIFICO.

23 / 1 / 1882La División Gana llega a La Oroya después de salir de Chicla y recorrer Casapalca, el monte Meiggs, Morococ...
23/01/2025

23 / 1 / 1882
La División Gana llega a La Oroya después de salir de Chicla y recorrer Casapalca, el monte Meiggs, Morococha y Pachachaca.
Gonzalo Bulnes:
“Toda ella se reunió en el pueblo de La Oroya el 23 de Enero. Gana había enviado adelante a este lugar una descubierta de caballería a cargo de un buen oficial, el sarjento mayor de artillería don Manuel J. Jarpa, para evitar la ruptura del puente la cual llego oportunamente porque encontró un piquete enemigo ocupado precisamente en eso. Atacado este i perseguido por Jarpa perdió la mayor parte de su personal, mu**to, herido o prisionero.”
Ubicación de Morococha y La Oroya en el mapa.

23 / 1 / 1881Parte oficial del comandante chileno de la 2° Brigada de la 1° División, coronel José Domingo Amunategui, s...
23/01/2025

23 / 1 / 1881
Parte oficial del comandante chileno de la 2° Brigada de la 1° División, coronel José Domingo Amunategui, sobre la batalla de San Juan y Chorrillos.

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23 / 1 / 1881Parte oficial del comandante chileno de la 1° Brigada de la 2° División, José Francisco Gana, sobre las bat...
23/01/2025

23 / 1 / 1881
Parte oficial del comandante chileno de la 1° Brigada de la 2° División, José Francisco Gana, sobre las batallas de San Juan, Chorrillos y Miraflores.

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23 / 1 / 1881Parte oficial del comandante chileno del Regimiento Cazadores a Caballo, Pedro Soto Aguilar, sobre la campa...
23/01/2025

23 / 1 / 1881
Parte oficial del comandante chileno del Regimiento Cazadores a Caballo, Pedro Soto Aguilar, sobre la campaña a Lima y las batallas de San Juan, Chorrillos y Miraflores.

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Conozca Dolores y el Cerro San Francisco!!Consultas al +569 58674857Rodrigo Alfredo Carmona Sanchez
22/01/2025

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Consultas al +569 58674857
Rodrigo Alfredo Carmona Sanchez

22 / 1 / 1881Parte oficial del comandante del Regimiento Chacabuco, Julio Quintavalla, sobre la batalla de Miraflores:“R...
22/01/2025

22 / 1 / 1881
Parte oficial del comandante del Regimiento Chacabuco, Julio Quintavalla, sobre la batalla de Miraflores:
“Rejimiento Chacabuco.
Señor:
Callao, Enero 22 de 1881.
Paso a dar cuenta a V.S. la parte que cupo al rejimiento de mi accidental mando en la jornada del 15 de enero, a las inmediaciones del pueblo de Miraflores.
En cumplimiento a las órdenes de V.S., a las 2.30 P.M. abandonamos nuestro campamento para dirjirnos acompañados del resto de la brigada sobre el ala izquierda del enemigo con el objeto de flanquearlo.
Las dificultades de la marcha para llegar al término de nuestro destino bajo el fuego del enemigo no son desconocidas por V.S. Creo que tanto la tropa como oficiales del rejimiento que me cupo el honor de mandar, han cumplido satisfactoriamente con su deber.
Adjunto a esta encontrara V.S. las nóminas de las bajas de oficiales i tropas habidas en este rejimiento.
Julio Quintavalla.
Al señor Coronel Comandante de la 1° Brigada de la 1° División”.

Nicanor Molinare, sobre las bajas del Regimiento Chacabuco:
“La oficialidad del regimiento, diezmada, como hemos dicho en la acción del 13, perdió en Miraflores al teniente Caverlotti y al subteniente Prenafetta; el Chacabuco entre mu**tos y heridos, tuvo 54 hombres de baja.
Pasada la batalla del 15, no quedaban en pie sino 523 legionarios”.
Imagen del subteniente del Regimiento Chacabuco Enrique Prenafetta, mu**to en la batalla de Chorrillos.

22 / 1 / 1881Partes oficiales del comandante chileno del Regimiento Granaderos a Caballo, Francisco Muñoz Bezanilla, sob...
22/01/2025

22 / 1 / 1881
Partes oficiales del comandante chileno del Regimiento Granaderos a Caballo, Francisco Muñoz Bezanilla, sobre las batallas de San Juan, Chorrillos y Miraflores.

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22 / 1 / 1881Partes oficiales del comandante chileno del Regimiento Coquimbo, Artemon Arellano, sobre las batallas de Sa...
22/01/2025

22 / 1 / 1881
Partes oficiales del comandante chileno del Regimiento Coquimbo, Artemon Arellano, sobre las batallas de San Juan, Chorrillos y Miraflores.

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22 / 1 / 1880Carta del coronel chileno Martiniano Urriola a Benjamín Vicuña Mackenna, sobre la muerte de su hijo Pedro, ...
22/01/2025

22 / 1 / 1880
Carta del coronel chileno Martiniano Urriola a Benjamín Vicuña Mackenna, sobre la muerte de su hijo Pedro, en la batalla de Tarapacá, el 27 de noviembre de 1879:
“Campamento de Dolores, enero 22 de 1880.
Señor don B. Vicuña Mackenna, Santiago.
Querido Benjamín:
No he tenido suficiente calma de espíritu para contestar tu carta en la que me prodigas un delicado como honroso homenaje al cruel sacrificio de mi infortunado Pedro.
Cada día que pasa siento más hondo pesar por su perdida y la manera cruel como sucumbió. Por el certificado (*) que te envié habrás juzgado el género de muerte y prolongado martirio sufriría ese pobre niño. Al ver sus despedazados despojos habría creído ser los restos de alguien mu**to por lucha con fieras y no por hombres.
Tuyo etc.
M. Urriola.”
(*) El certificado del que hace mención fue emitido por el cirujano en jefe del ejército de operaciones del norte y publicado en esta página el 29 de noviembre de 1879. (Nota del administrador, RACS)
Retratos del coronel chileno Martiniano Urriola y de su hijo Pedro, mu**to en la batalla de Tarapacá.

21 / 1 / 1882Expedición Gana:Nicanor Molinare:“Al efecto el Coronel Gana partió de Lima, hospedándose en Casapalca, el 2...
21/01/2025

21 / 1 / 1882
Expedición Gana:
Nicanor Molinare:
“Al efecto el Coronel Gana partió de Lima, hospedándose en Casapalca, el 21 de enero de 1882.
El Coronel Gana marchaba al frente de 1.832 infantes, de 111 artilleros, 250 jinetes y 100 empleados más del parque, ambulancias, etc., en todo, 2.293 hombres.
Entre los infantes formaban los batallones 2° de Línea, Chacabuco 6° de Línea y el Movilizado Lautaro; Carabineros de Yungay con Alcerreca; 2 baterías de Artillería y unos 50 cazadores a caballo.
El Coronel Gana, en sus instrucciones, tenía la de delegar el mando cuando lo estimase necesario, en el distinguido y experto Coronel graduado Comandante del 2° de Línea, don Estanislao del Canto.
El Movilizado Lautaro y el Chacabuco tenían por jefes a don Eulogio Robles y a don Marcial Pinto Agüero.
El Sargento Mayor don Rafael González, y los capitanes don Julio Medina Meza y don Marcial Jofre, mandaban las 2 baterías de montaña.
El capitán Amor, veterano de Arauco, dirigía los jinetes de Cazadores a Caballo.
Acaudillaba a Carabineros de Yungay don José Miguel Alcerreca, soldado sin tacha, amigo leal e incomparable, y que miro siempre al miedo i de frente y sin temor.”
Foto del capitán chileno de Cazadores a Caballo, Belisario Amor Valdes.

21 / 1 / 1881Corresponsal de guerra Daniel Riquelme:“Lima, enero 21 de 1881.Después de las dos grandes batallas del 13 d...
21/01/2025

21 / 1 / 1881
Corresponsal de guerra Daniel Riquelme:
“Lima, enero 21 de 1881.
Después de las dos grandes batallas del 13 del 15 del actual, la primera con muchos superior por el número y escarpamiento de sus trincheras a la de Tacna, y la segunda, sorpresa destinada a herir únicamente el cuartel general de nuestro ejército, que en un momento se encontró a tiro de los rifles peruanos, estamos en tranquila propiedad de la ciudad de Los Reyes, nuestra bandera en los edificios públicos y en sus fortalezas, nuestra tropa convertida en custodia de la población.
El 17, a las 4 de la tarde, tuvo lugar la entrada de la primera parte de nuestras tropas: Bulnes, Buin, Cazadores y Carabineros, 3 baterías de artillería y el Estado Mayor.
Frente al palacio de la Exposición, esta fuerza hizo alto para descansar un momento. Continúa después la marcha por la calle de placeres hasta llegar a la plaza principal, de dónde se separó cada cuerpo para tomar su cuartel: Artillería en Santa Catalina, Bulnes a espaldas de la casa de gobierno y los regimientos de caballería en las afueras de la ciudad.
Las veredas de las calles, puertas de habitación, todo estaba repleto de gente, y tras las celosías de los balcones se dibujaban cabezas apiñadas que aguaitaban el desfile en imponente de la tropa, llevadas de la irresistible curiosidad de ver por fin a los formidables rotos de Chile, tan diformemente diseñados por los escritores peruanos.
Era fácil ver en todos los semblantes la prueba inequívoca, no de una emoción profunda y generosa, sino de la incertidumbre recelosa, del temor que se empeña por parecer completo aplomo. no podían creer que entrarán como guardianes y salvadores los bandidos de leyenda, mucho menos desde que todos esos mirones estaban bien al cabo de las perfidias de que ha sido víctima nuestro ejército.
Esperaban las venganzas.
En cuanto los nuestros, no tenían, al pisar las calles de la ansiada Lima, el aire fiero de los conquistadores, ni gravedad estudiada para las circunstancias; años de campaña y de gloriosos triunfos, desde Antofagasta hasta el pie del San Cristóbal.
El enigma de nuestras victorias ha sido descifrado en un minuto por el pueblo limeño. Ha visto desfilar todos los datos del problema y la solución la ha encontrado sin esfuerzo de cerebro.
Vio al Bulnes, al de los trabajos y del orden, los zapadores de la paz en las ciudades que ganan los otros; al Buin que tiene en el Perú, sobre todos los demás cuerpos, una nombradía tal de bravura y disciplina que lo convierte casi en un mito para los peruanos; a nuestros gallardos cazadores y carabineros, con sus arreos de combate, en caballos que las fatigas y arenales no logrado quebrantar, retumbando las paredes con los golpes de sus cascos, y por último un brillante “echantillon” de nuestra artillería Krupp que lo componían la batería de tordillos de José Manuel Ortúzar, la de mulatos de Guillermo Nieto, que la heredó del bravo Flores, caído en el campo que tiene su nombre, y otra batería más del regimiento núm. 2.
Todo esto tranquilo, sin afectación ni aparato escénico; sin más estrépito que el ruido de los sables y el piafar impaciente de los caballos, qué fogueados en dos luchas sucesivas, apenas hoy en el clarín relinchan husmeando la pólvora.
Estaba puesta la vista la razón abrumadora, el gran secreto de nuestros triunfos en esas tallas robustas, en esas caras sucias que no conocieron afeites, ni regalos; austeros, viriles, viajando sin más capas que el polvo de los caminos y la gloria de sus triunfos, de jefe a soldado.
Los qué en Lima vieron esta entrada modesta, porque no tenía nada del aparato teatral que acompaña siempre estás formalidades, no la olvidarán por cierto mientras vivan, e inmenso suspiro de alivio debe haber escapado del fondo de todos los corazones al ver apaciguados a estos bravos, que habrían entrado como leones a la primera descarga.
En todos los grupos de curiosos, los diálogos eran como estos:
“!Los chilenos traen 50,000 hombres!”
“!No ha quedado nadie en Chile!”
“!Qué macizos!”
Y debajo de un manto de espumilla oi después, en otro desfile, esta frase a media voz:
“Pero si son unas fieras. !Armados hasta los dientes!”
Los caballos y los sables han hecho sensación, especialmente. Aquellos, altivos y con ánimos para atropellar las torres, y estos, con el espadón de Orlando, cuando aquí no se ven sino caballos de paso, melenudos, de cola hasta el suelo, qué andan borneándose como sopladores, y espadines que aparecen escarbadientes, se comprende que unos y otros han pasado de ser tema de pesadillas sangrientas.
Lima está todavía como un viernes santo. No corre sino que uno y otro carruaje; los carros del ferrocarril, sin caballos, pues Piérola los tomo bajo recibo; las tiendas cerradas y muchas casas como si sé acabará de morir el dueño. En cambio, recorre las calles todos los comerciantes en calducho.
Pero poco a poco se va mejorando el enfermo. De noche, especialmente, se ven llegar muchas familias con sus servidumbres, y pequeñas maletas que cargan dos zambos. Ya en uno que otro balcón asoman caras pálidas, de ojos negros, que no revelan grandes cóleras, pero que inspiran muchos sueños.
Las familias habían huido de Lima, primero porque se daba por un hecho el asalto a sangre y fuego de nuestras tropas, y después cuando ya se tuvo la seguridad de la suspensión de las hostilidades, porque Lima sufrió la afrenta última que le faltaba en su desgracia: un levantamiento interno con horrores indecibles.
Los disparos de la batalla llegaron aquí como si hubieran entrado a Santiago, sin Dios ni ley. Robos, incendios, persecuciones, asesinatos en la calle pública, nada faltó al desborde de las más bajas pasiones, que durante una noche, como oleada de cieno y fuego, corrió por toda la ciudad.
Y este gran crimen tuvo un protesto indigno.
La numerosa Colonia China, qué ocupa aquí una ciudad injertada dentro de la otra, con sus templos, teatros, calles, trajes y hasta justicias especiales, enarboló en sus casas las banderas de su nación al saber la noticia de nuestro triunfo en Miraflores, confiada en que los peruanos no habían de caer en cuenta. Preparaba, además, una gran fiesta a puerta cerrada, qué debía ser íntimo desahogo de antiquísimos agravios.
El populacho arrancó las banderas, y de ahí a violentar las puertas y saquear, incendiar y matar como 200 asiáticos, todo fue obra de un instante.
En la ciudad no había más garantía que el cuerpo diplomático, un tanto timorato con la escapada que había hecho ese día en Miraflores cuando comenzó la batalla.
En ese momento, cuentan que almorzaban con Piérola los señores diplomático que habían intervenido. Aquel había aceptado las condiciones de Baquedano, cuando se rompió el fuego en las líneas peruanas. Esto y arrancar fue todo uno; pero parece que fueron confundidos en una carga dada contra otros grupos de fugitivos peruanos por tropas elegidas, qué Piérola, que conoce bien a los suyos, tiene siempre listas para este único objeto”.

21 / 1 / 1881Parte oficial del comandante del Regimiento 2° de Línea, Estanislao del Canto, sobre las batalla de San Jua...
21/01/2025

21 / 1 / 1881
Parte oficial del comandante del Regimiento 2° de Línea, Estanislao del Canto, sobre las batalla de San Juan, Chorrillos y Miraflores.

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21 / 1 / 1881Carta de don Robert Ramsay Sturrock. (Parte 2)“21 de Enero.- Con gran acompañamiento fui ayer a visitar los...
21/01/2025

21 / 1 / 1881
Carta de don Robert Ramsay Sturrock. (Parte 2)
“21 de Enero.- Con gran acompañamiento fui ayer a visitar los campos de batalla de Miraflores, Chorrillos y Barranco, pero el cuadro era tan espantoso que no intentaré describirlo. Montgomery vino el Miércoles de servicio, y cuando lo acompañé a arrendar su caballo, tuvo éxito en conseguirme uno para mí también. A las 7 de la mañana del día siguiente estábamos a caballo y partimos de la Legación Británica el Capitán Stephens, el Capitán Acklan (H.M.S. Triumph Attaché ante los chilenos), Alfred St. John, (sobrino del Ministro), el Teniente Horsely, un médico del Triumph, tres oficiales americanos (uno de ellos Attaché ante los chilenos) Montgomery y yo. Más tarde se nos reunieron el Capitán del “Triumph”, Markham, famosos por sus exploraciones Árticas, Mr. Brenton (Attaché ante los peruanos) y Revett, que ha perdido cuanto tenía en Miraflores y que vio ahí toda la devastación, el pueblo entero prácticamente destruido. Llegamos a Chorrillos que realmente es un montón de ruinas. Fuimos especialmente a mirar algunas casas, entre ellas la de Fred Ford, en la que se supone que se encontraba el viejo doctor Mc Lean cuando encontró la muerte, ya que el anciano inconsciente insistió en quedarse en Chorrillos. Los chilenos fueron atacados al entrar al pueblo así es que inmediatamente se pusieron a destruirlo y el doctor no pudo arrancarse. Hacía muchos años que estaba aquí, era el único médico inglés, y lo ocupaba la mayoría de sus compatriotas en Lima. Tenía alrededor de 80 años, conservándose maravillosamente sano y vigoroso, teniendo por costumbre venir a caballo desde Chorrillos dos veces por semana. Los chilenos pueden no tener razón, pero él no debió jamás haber permanecido allí. El espectáculo en Chorrillos era horrible, con muchos cadáveres carbonizados entre las ruinas. Una casa que no había sido quemada contenía 26 cuerpos hacinados y, arriba en el cerro, en la batería, los cadáveres yacían por montones. En el hecho, hay todavía en el campo de batalla cientos de cadáveres insepultos y algunos de ellos se encuentran en mitad y en los bordes de los caminos. En los reductos de Miraflores la visión era aterradora y, en todos los casos, los cadáveres descompuestos presentan un aspecto horrible. Algunas veces pesábamos frente a algún pobre infeliz cuyo cuerpo estaban quemando a fin de acelerar la descomposición. El número de caballos mu**tos es muy grande y, por supuesto, el conjunto constituyó un espectáculo tremendo para mí, siendo lo peor el hedor. Entramos al hospital chileno en Chorrillos y no puede darse jamás algo más chocante. Hombres mal atendidos, hombres sin ninguna atención, escasez de los recursos que se necesitaban y un olor espantoso. Como manifestó el médico del “Triumph”, era arriesgar nuestras vidas ir y atender a los heridos allí. Vimos tres hombres juntos muriéndose, uno un peruano, que nunca podría haber sido curado y que debe haber estado consumiéndose por casi una semana. Todo esto y los campos de batalla le dan a uno una idea de lo que es la guerra y lo brutos que pueden ser los seres humanos. Voy ahora a tener una consideración con sus sentimientos y a no decir más sobre estas escenas tremendas.
Me olvidaba decirle que los chilenos entraron en Lima en la tarde el Martes (al día siguiente que los desórdenes se aplacaron), en perfecto orden, constituyendo un gran espectáculo. Primero venían los 30 cañones Krupp con todas sus cureñas y servidores de las piezas, después dos regimientos de infantería y, finalmente tres regimientos de espléndida caballería. Las bandas tocaron música muy tranquila, ninguna canción nacional ni nada que pudiera ofender, y después de marchar alrededor de la plaza, los soldados se fueron tranquilamente a los cuarteles. La bandera chilena se ha izado ahora en el Palacio y todo está muy quieto y espero que los soldados serán embarcados muy pronto de regreso.
Respecto de Callao, los peruanos estaban resueltos a que los chilenos no capturaran ningún buque o cañones. De ahí pues que ellos incendiaran “La Unión”, “El Rímac”, y toda su pequeña flota, volaran los fuertes y destruyeran los cañones. Allí también los soldados cometieron algunos actos de pillaje e incendios pero, en general, la ciudad no ha sido muy dañada. Como Callao, sin embargo, ha sido declarado abierto, a su debido tiempo Lima recuperará su vieja apariencia y los habitantes del puerto volverán con gusto a sus hogares. Sin duda, la Pacific Steam Navigation Co., establecerá pronto allí nuevamente su cuartel general, tal como antes.
Entre tanto, he conocido gran número de gente muy bien entre los oficiales del “Thetis”, y entre otros, al Teniente Dixon, hijo de Mr. Dixon de Arbroath quien, por supuesto, conoce a muchas personas que yo conozco: los Sootes, Gordons de Ashindia, Cathrines de Carlogie, etc., etc. Tuvimos una larga conversación sobre todo el mundo, pudiendo yo decirle que conocía a su padre, aunque sólo de vista, y que mi padre lo conocía bien. También mencioné el triste y fatal accidente de su tío en Francia, del cual frecuentemente he oído hablar a mi padre. El también se refirió a Miss Poorie, de Carncustie, de quien, a menudo, he oído hablar y, en general, fue muy agradable toparme con Dixon que es una buena persona. Entiendo que es casado.
Resultó gracioso que un subteniente llamado Austen, que había estado en Bombay, me hablara del lugar y mencionara a todas las personas que Jack conoce allí siendo ayer uno de los primeros. No me parece que haya visto a Jack, por lo menos no conoció a alguien de ese nombre, y no me pude acordar cuando anduvo Jack por Bombay. Pero Austen estuvo allí en 1877. Tal como yo lo he sospechado, al comparar Austen esta parte del mundo con Bombay, encuentra que Perú y la costa occidental, son lugares miserables para venir, excepción hecha de los negocios, y por su descripción, así como también por la de nuestro propio hermano, las Indias Orientales son mucho más acogedoras que Sud América. Muchos oficiales navales que se encuentran aquí han estado también en China y Japón y encuentran dichos lugares mucho mejores. En realidad, no me he encontrado con nadie que le guste estos parajes, y así como yo me formé criterio desde el comienzo, ellos encuentran una clase diferente (o más bien indiferente) de hombre aquí. Dixon me contó la muerte repentina de Mrs. Guthrie, de la que nada había oído.
Ahora voy a detenerme un tiempo y en vista de que aún no se sabe cuando sale la correspondencia, lo más probable es que más adelante agregue algo más. Como desde el 2 no se reciben noticias de la casa, confío en que un correo llegará pronto pero, naturalmente, todo aquí está patas para arriba. Por lo que he oído, estoy casi seguro de que debe haberse producido un largo espacio de tiempo durante el cual no debe haber recibido Ud. Noticias mías, sin embargo, espero, que la P.S.N. Co. renueve las antiguas facilidades y me permita reanudar mi hoja semanal.
Me temo que el viaje a Ancón con sólo 10 minutos de aviso previo ese Domingo, haya sido causa de que perdiera un correo. Me imagino que deben haber quedado extrañados en el Thetis con mi llegada sin una pulgada de equipaje, pero Horaley, amablemente me dio un par de pijamas que sacó de su propio camarote, con los que resolví el problema. Aún cuando no apareció entonces el v***r de la P.S.N.Co. que había ido a encontrar, no me atreví a quedarme una noche más a bordo. Por fortuna el Shannon llegó desde Callao el Lunes por la tarde e inmediatamente subí a bordo a ver a todos los amigos, los que me recibieron tan cordialmente, que tuve la frescura de decirles que sería conveniente que me quedara a bordo una noche. El v***r apareció antes de medio día y, cuando volví a Lima el Martes, lo hice con la cara como langosta cocida y fui aquí él hazme reír de todos, a medida que mi cara se iba despellejando lo mismo que la de Woodsend. Nuevamente se me ha puesto igual con la cabalgata del Jueves por los campos de batalla. Sin embargo, a mi nada me importa.” (Continuara)
Imágenes: HMS Triumph vestido, probablemente con motivo de la inauguración oficial del Canadian Pacific Railway en el puerto de Vancouver en 1887 y su capitán, Albert Hastings Markham en 1876.

21 / 1 / 1881Telegramas chilenos sobre la ocupación de Lima y Callao.(Recibido el 30 de enero por el v***r Ayacucho)“Lim...
21/01/2025

21 / 1 / 1881
Telegramas chilenos sobre la ocupación de Lima y Callao.
(Recibido el 30 de enero por el v***r Ayacucho)
“Lima, Enero 21 de 1881.
“A S.E. el Presidente de República.
“La ocupación de Lima i el Callao no ha ofrecido ninguna dificultad. Estas ciudades fueron abandonadas por las autoridades i entregadas al pillaje del populacho i a los soldados dispersos del ejército vencido.
“Los habitantes estranjeros sé armaron para reprimir los desórdenes i atacaron a los que recorrían las calles saqueando e incendiando.
“Hubo varios mu**tos i heridos.
“La toma de posesión de Lima se realizó el 17 en la tarde, después de haber sido solicitada con empeño por el vecindario mismo, i la del Callao el 18 por la mañana.
“En una i otra ciudad se ha restablecido completamen­te el órden i los habitantes principian a entregarse a sus ocupaciones ordinarias.
“Todos los buques que el Perú ocultaba en el Dársena del Callao fueron incendiados i echados a pique, habiendo quedado, al parecer, enteramente inútiles.
“Se cree, sin embargo, que el casco i la maquinaria de la Unión puedan aprovecharse, i con esta idea se trata de ponerla a flote. Algunas de las piezas de las baterías han sido destrozadas, pero hai muchas en buen estado que convendrá llevarlas a algunos de los puertos que necesi­tamos fortificar.
“El puerto quedará abierto al comercio mañana o pasado.— J. F. Vergara.”
Lo comunico a V.S. para su conocimiento.
A. Alfonso”

Telegramas de Arica.
(Recibido a las 9 P.M.)
“Santiago, Enero 21 de 1881,
Excmo. Señor Presidente:
La Hussard ha fondeado a las 2.30 P.M. Viene de Ancón.
Comandante dice que cañones i fortificaciones del Callao fueron destruidas por los peruanos.
La Unión varada e incendiada i el Atahualpa echado a pique.
Lima ocupado el 17 por una división de 4,000 hombres.
Antes de la entrega, hubo desórdenes e incendios provocados por los mismos soldados peruanos, de los cuales algunos fueron fusilados por la Guardia urbana, compuesta de extranjeros.
Jeneral Saavedra, Jefe de la plaza de Lima, i coronel Lynch del Callao.
Dios guarde a V.E.
D. Zañartu.”

(Recibido a las 9.40 P.M.)
”Santiago, Enero 21 de 1881.
Señor Ministro de la Guerra:
En este momento, 1 P.M., fondeo en este puerto la corbeta francesa, procedente de Ancón, i su comandante me dice lo que copio:
Salí de Ancón el 18 del presente i la noticia que recibí antes de mi partida es como sigue:
Una división compuesta de 4,000 hombres i al mando del jeneral Saavedra, tomo posesión de Lima sin resistencia.
En el Callao la escuadra enemiga fue echada a ´pique i quemada, los fuertes destruidos por completo. El coronel Lynch fue nombrado Prefecto del Callao.
El jeneral Saavedra en Lima, el jeneral Baquedano en Chorrillos con parte del ejercito i parte en Callao i Miraflores.
El 16 los dispersos del ejercito entraron a Lima i la saquearon, pero la guardia urbana del orden tomo como a 20 i los hizo fusilar, restableciendo asi el orden.
El ejercito que existía en el Callao, compuesto de 5,000 hombres, se dispersó tan pronto como entró nuestro ejército, sin haberse batido.
Matías Cousiño salió hoy a las 12 P.M. a Iquique con 900 hombres.
Dios guarde a V.S.
J.B. DE LA FUENTE.”

21 / 1 / 1880Extracto de carta del capitán chileno del Batallón Valdivia, Elías Cruz Cañas, a su madre, la señora Rosari...
21/01/2025

21 / 1 / 1880
Extracto de carta del capitán chileno del Batallón Valdivia, Elías Cruz Cañas, a su madre, la señora Rosario Cruz, desde Iquique, donde llego a principios de año pensando que saldrían junto con el resto de las tropas al norte:
“Todos, todos salimos mui contentos, creyendo que nos tocaba la hora de bautizarnos; pero ¡suerte menguada! El caballo se nos gastó en Iquique.”
Foto del capitán chileno Elías Cruz Cañas (a la derecha) junto a su hermano Ignacio.

21 / 1 / 1879Gobierno boliviano, encabezado por el Presidente Hilarión Daza, pide explicaciones a Chile por la presencia...
21/01/2025

21 / 1 / 1879
Gobierno boliviano, encabezado por el Presidente Hilarión Daza, pide explicaciones a Chile por la presencia del blindado Blanco Encalada en Antofagasta.
Foto del Presidente Bolivia, Hilarión Daza Groselle.

20 / 1 / 1883 Memoria de la Jefatura Política y militar del Departamento de Ica, escrita por Leoncio Tagle el 20 de ener...
20/01/2025

20 / 1 / 1883
Memoria de la Jefatura Política y militar del Departamento de Ica, escrita por Leoncio Tagle el 20 de enero de 1883:
“La Secretaría de esta Jefatura ha sido desempeñada por el capitán del Batallón Lontué, don José Antonio Castellón, auxiliado en sus labores por los oficiales del mismo cuerpo, capitán don Carlos Lalanne, teniente don Luis Billet y subtenientes Molinas y Stephens, a quienes me hago un deber en recomendar, especialmente al primero, por su asidua contracción a la oficina”.
Foto del capitán chileno Carlos Lalanne.

20 / 1 / 1881Parte oficial del comandante del Regimiento Chacabuco, Domingo de Toro Herrera, sobre la batalla de San Jua...
20/01/2025

20 / 1 / 1881
Parte oficial del comandante del Regimiento Chacabuco, Domingo de Toro Herrera, sobre la batalla de San Juan y Miraflores:
“REGIMIENTO CHACABUCO
A bordo del transporte Itata, enero 20 de 1881.
Señor:
Tengo el honor de pasar a dar cuenta a V.S. de la parte que cupo al regimiento de mi mando en la jornada del 13 del presente.
A las 3 A.M., en cumplimiento de órdenes de V.S., el regimiento se desplegó en batalla en la forma siguiente: el 2º Batallón a la izquierda del 2º Batallón del 4º de Línea, y el 1º en la misma situación del 1º de aquel, emprendiendo así una marcha que duró dos y media horas más o menos.
Al aproximarnos a las posiciones del enemigo, éste rompió un fuego nutridísimo de fusilería, ametralladora y artillería. Mi tropa avanzó desplegada en guerrilla en la situación expresada, sin contestar los fuegos contrarios durante algún tiempo, hasta hallarse en posición de emprender el ataque, el que ejecutó simultáneamente con el 4º.
A pesar de la gran dificultad que ofrecía la calidad arenosa y pesada del terreno para el camino ascendente, y del mortífero fuego que nos hacía el enemigo estando detrás de excelentes trincheras, las alturas fueron tomadas en cuarenta minutos próximamente, lllegando a ellas en los momentos en que aclaraba el día.
Al abandonar el enemigo estas posiciones, se replegó a su derecha sobre las trincheras y obras de defensa que tenía en adecuada combinación sobre todas las alturas de los cerrillos que se unen con Chorrillos; pero fue atacado vigorosamente en sus nuevos parapetos por ambos regimientos, los cuales, de consuno, desalojaron al enemigo sucesivamente en todas sus posiciones. Al atacarlo en la tercera de ella, fui herido; más, creyendo mi herida de poca consecuencia, continué en mi puesto como hasta las 7.30 A.M., hora en que me retiré por haber mu**to mi caballo y herídome un segundo que monté. Entregué entonces el mando al señor teniente coronel B. Zañartu, quien fue también herido mortalmente tres cuartos de hora después, quedando por este motivo a cargo del regimiento el sargento mayor señor Quintavalla, hasta el término de la jornada.
Siete trincheras fueron tomadas sucesivamente al enemigo hasta llegar al cerro llamado de la Calavera, donde fuimos rechazados en razón del corto número de los nuestros y de que las baterías de montaña de los señores capitanes Errázuriz y Fontecilla tuvieron que suspender sus fuegos a causa de haberse agotado sus municiones. Las expresadas baterías protegían de una manera eficaz la marcha de la tropa, sosteniendo constantemente el fuego contra el fuerte extremo del cerro de Chorrillos; pero, una vez que éste no tuvo ya que contestarles, concentró todos sus fuegos de artillería y ametralladoras sobre nuestra infantería, al mismo tiempo que la enemiga coronaba las alturas en cuádruplo número, tomándonos por el flanco.
Fuimos, pues, rechazados, pero sólo por un momento, de la posición que ocupábamos; más V.S. y el señor Jefe de Estado Mayor de la 1ª División, reorganizaron el ataque para no detenerse sino en las alturas del Salto del Fraile.
Durante el combate tuvimos 19 bajas de oficiales, muchos de los cuales cayeron en las últimas trincheras.
Me permito recomendar a V.S. la brillante conducta de los señores oficiales, conducta de que es una prueba evidente el número de bajas de que he hecho referencia. Los señores capitanes Otto Moltke, José F. Lira, Arturo Salcedo, Luis Sarratea y José F.Concha, son dignos de una mención especial de honor, lo mismo que los tenientes Pedro Fierro y Víctor Luco, y subtenientes Onofre Montt, E. Prenafeta, Ricardo Soffia, Arturo Echeverría, Waldo Villarroel y Carlos Cortés, quienes no abandonaron un solo instante su puesto hasta la toma del último reducto.
Merecen una mención muy especial mis ayudantes, tenientes Marcos Serrano y Carrera, y subteniennte Pérez Canto, por su valor y actividad, y particularmente el segundo por su serenidad y admirable valor a toda prueba.
En cuanto al regimiento en general, creo un deber manifestar a V.S. que, en mi convicción, él ha cumplido dignamente con su deber.
Entraron en el combate 914 individuos, incluso 35 oficiales; y a la lista de tarde, el día de la batalla, la fuerza presente era de 577 hombres, faltando, por consiguiente, 356 hombres, y 19 entre jefes y oficiales mu**tos y heridos.
Dios guarde a V.S.
D. DE TORO HERRERA
Al señor Coronel Jefe de la 2ª Brigada de la 1ª División.”
Foto del teniente coronel chileno Domingo de Toro Herrera.

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