01/08/2023
AMIG@S QUERID@S: Con mucho cariño les comparto esto que escribí por alla por el año 2005. Me sorprendí al encontrarlo y me emocionó recordar mis inicios en Curantú
“Mis amigos de Sernatur me han pedido que narre algo de lo que ha sido mi experiencia de vida, especialmente desde mi regreso a esta tierra generosa y cálida, es lo que trataré de hacer:
Mi nombre es Isabel Margarita Coll Gaete, hija número dos de Alfonso y María Angélica. Somos seis hermanos, dos hombres y cuatro mujeres, formamos parte de la primera generación en ambas ramas familiares puesto que desgraciadamente, nuestros padres murieron jóvenes.
Con orgullo puedo decir que soy Coll de esta tierra nortina, mi abuelos Gabriel e Isabel, llegaron de Mallorca a conocerse en Coquimbo donde lejos de la España insular, formaron su nido. Con verdadera emoción hoy, pasados los años en que tanto mis abuelos como mi papá y tíos nos faltan, muchas personas los recuerdan con muchísimo cariño y respeto.
Por esas cosas de la vida, nuestra familia llegó a vivir a Santiago debido a la enfermedad de mi padre que lo llevó a su prematura muerte, con ello los proyectos de vida de los tres hijos mayores cambiaron radicalmente, todos iniciamos nuestra carrera bancaria. Recién salida del colegio entré a trabajar al Banco Central de Chile donde permanecí 36 años, durante los cuales estudié, me capacité y desempeñé varios cargos. Luego de una larga reflexión, me retiré en diciembre de 1999, “quise que el siglo XXI me encontrara de vacaciones”, literal, de vacaciones sin ninguna perspectiva más que con la idea de visitar a una prima en Bélgica a quien no veía por muchos años. Antes de partir a la vieja Europa, vine al campo de una tía en Rapel, Comuna Monte Patria, lugar donde cuando pequeños veníamos a disfrutar del cariño y acogida de los tíos Onofre y Gustavina y a donde yo no había vuelto siendo adulta. Al llegar, tuve la sensación y más que sensación la seguridad que este era el lugar donde yo quería establecerme y partir con una nueva vida.
Gracias a Dios y a mi tenacidad, logré comprar el terreno en el Pedregal de Rapel donde hoy está mi nido al que he llamado “Curantú” (voz mapuche: cura=piedra antú=sol).
Junto con la culminación de la casa a fines del 2002, nació en mi la inquietud de instalar aquí un lugar turístico alejado del ruido y ajetreo de la ciudad, integrado con el medio y no agresivo con las maravillas de la naturaleza de este precioso valle, entonces junto a otros amigos del valle con la visión del turismo como motor de desarrollo, formamos el Comité de Turismo Rural del Río Rapel de manera de crear una red de atractivos nunca antes difundidos además de aportar con ideas innovadoras y mejores empleos. Nos acercamos a nuestra Municipalidad y a EmprendeChile del Limarí, recibiendo su apoyo que se ve concretado en la segunda cabaña con que cuenta Curantú para recibir a sus visitantes, levantada gracias a la adjudicación del Subsidio Fondo Concursable Más Región Area Mype con que me favoreció Sercotec en enero del año pasado.
Como resultado de mi interacción constante con la Municipalidad de Monte Patria, he logrado varias metas en esta nueva etapa de mi vida como microempresaria del área turística. Represento al Comité en la Mesa Temática de Turismo de ChileEmprende y en esa calidad he participado en innumerables seminarios, foros y reuniones que tienen que ver con el turismo y en especial con el turismo rural. He participado en varias ferias donde se han mostrado los atractivos y productos del Valle del Limarí y de Monte Patria en particular: dos Ferias costumbristas en Ovalle; Exposición “Limarí un destino por descubrir” en el Mall de La Serena; en representación de la I. Municipalidad de Monte Patria participé como expositora en la muestra de productos de la zona en Samo Alto en el invierno pasado con motivo de la visita a nuestra Provincia del Señor Presidente de la República; soy parte del GIT de turismo de Corfo; asistí como alumna al curso “Programa de Asistencia Técnica a Microempresarios de la Comuna de Monte Patria” dictado por la Escuela de Administración Turística de la Universidad de La Serena con el auspicio de la I. Municipalidad de Monte Patria; invitada por EmprendeChile y por mi amiga Ana María Bou, participé en la Feria Expoalimenta que se desarrolló en octubre pasado en el Espacio Riesco en Santiago en el marco de la APEC, donde presentamos con mucho éxito nuestros productos bajo la marca “Privilegio de La Torre”, en esa oportunidad fui elegida entre los cincuenta y cuatro microempresarios que formábamos parte del Pabellón Chile Aromas y Sabores de Emprende Chile, para, en representación de ellos y de todos los microempresarios pertenecientes a las economías que forman parte de APEC, dirigir al Plenario de Ministros de Economía de la Apec un discurso en inglés. Grande y enriquecedora experiencia que no olvidaré y que sin duda ha marcado mi caminar y crecimiento como microempresaria.
Por otro lado y cumpliendo con otras de las metas trazadas una vez que me vine a esta generosa y soleada tierra, Curantú alberga a un grupo de mujeres con las que formamos un taller de tejidos con la idea de reunirnos y crear productos elaborados con lanas naturales y esperanzadas en lanzar próximamente un tipo de alfombras tejidas a crochet con lana de oveja teñida con vegetales y con denominación de origen. En esta iniciativa no solo participan mujeres vecinas del Pedregal de Rapel o de Rapel sino que hemos integrado a dos amigas que viven en Tulahuén y a otra de Angostura, ellas, antiguas artesanas del telar hilan las lanas con husos y ruecas y con mucha paciencia. Con esta actividad, Curantú amplía su campo de acción y su cartera de clientes, de hecho varias piezas las vendimos en la muestra “Valle del Limarí, un destino por descubrir” logrando así aportar de alguna manera a la economía de los hogares de las participantes del taller.
A fines de febrero participaré, como microempresaria y en representación de la Red, en la Fiesta de la Vendimia que “La Ruta del Vino del Limarí” realizará en la Plaza de Armas de Ovalle.
Partí contando algo de mi vida, permítanme terminar este desordenado relato con una reflexión que ojalá pueda transmitirlo con la fuerza y energía con que brota de mi ser más profundo:
Nuestro querido Chile sería más grande y menos centralizado si más mujeres y hombres que como yo hemos hecho nuestras vidas en grandes ciudades, se atrevieran a emprender sueños como en un comienzo fue mí “Curantú”, hoy hecho realidad producto de la interacción de privados, Municipalidad y Gobierno. Con fuerza y energía digo en provincia se crea y se vive, en las grandes ciudades se sobrevive.
Doy gracias a Dios y a la vida por todo lo vivido y por el regalo de traerme de vuelta a esta tierra, a mi familia por su apoyo y compañía, a las personas que trabajan conmigo que también son parte de este proyecto y a todos y cada uno de los funcionarios públicos que han creido y apoyado esto que en un comienzo pudo parecer una locura, su ayuda y confianza han logrado que ponga toda mi energía y creatividad al servicio del desafiante y dinámico mundo de la microempresa.
“REGRESO
Cuantas lunas pasaron
cuantos inviernos, cuantas vidas, cuantas muertes
para que este día naciera.
Te miro, te siento, te respiro: te reconozco y me reconoces
Entonces, emocionada te digo
Tierra mía, te reencuentro,
sintiéndome parte
de tus cerros inmensos
y de tu frutal jardín infinito.
Cada amanecer me embarga
el ansia de compartir,
compartir en silencio
esta enorme locura de vivir.
Y en tus largas noches
soy un vagabundo más,
tapado por estrellas
que alumbran mi camino.
Gracias Norte Eterno por permitirme volver…
la Chabe de Curantú, Septiembre 2002”