Guamo es un municipio colombiano ubicado en el suroriente del departamento de Tolima es también «Capital Artesanal de Colombia» gracias a sus artesanías de la palma real con la cual los artesanos del barrio El Carmen elaboran sombreros, trajes artesanales entre otros. Y los artesanos de la vereda La Chamba elaboran artesanías hechas de barro. También es catalogada como la «Capital Ganadera del Tolima» ya que sus ferias se realizan los miércoles y jueves.
El municipio también es bañado por tres ríos Luisa, Magdalena y el Saldaña.
Oficialmente Guamo fue fundado el 26 de junio de 1772 y su fundador fue Sebastián de Belalcázar.
Guamo, antiguo nombre original GUARRÓ Bocanegra (1562). “Tomando la vuelta de las provincias de Tamagalá y Guarró (...) de donde partió la provincia de Coyaima”. Simón, 3,7,30.
El municipio está asentado en tierras que fueron del cacique Catufa, siendo sus primitivos pobladores los indios pertenecientes a las tribus de los Poincos o Yaporogos. El descubrimiento del territorio lo hizo don Sebastián de Belalcázar en noviembre de 1538.
Historia del poblamiento
El pequeño caserío, fundado por el español Luis de Sanabria y Guzmán, con casas de bahareque y techo de palma, no tuvo importancia alguna inicialmente. Sin embargo, aquí llegó el presbítero Juan Antonio Buenaventura de la Portela y fundó la parroquia, que se llamó Santa Ana del Guamo, hecho que ocurrió el 26 de junio de 1772.
Poco tiempo después, don José de Guzmán de Arce, rico latifundista y por ende, propietario de muchas tierras en esa región, cedió el terreno para que se hiciera un verdadero poblado, con el mismo nombre de Santa Ana del Guamo. Transcurrieron los años, hubo más y más pobladores, más construcciones; se trazó la plaza, se levantó un buen templo, una y varias veces, porque fue víctima de varios incendios, convirtiéndose luego, en un pueblo señorial y próspero.
Tanto, que por decreto ejecutivo de 1880 fue capital del centro, por traslado hecho de El Espinal. Luego entre 1871 y 1876, fue capital del estado soberano del Tolima y por eso, fue sede de la Asamblea Legislativa. Es correcto, por así decirlo, que Guamo tenga como fecha clásica de fundación, la del 26 de junio de 1772, cuando el sacerdote Buenaventura de la Portela creó y fundó la parroquia de Santa Ana del Guamo.
Quedó convertido en Municipio a través de la Ley de 21 de febrero de 1863 e inaugurado oficialmente como tal el 1 de enero de 1864.
En el 2003 se fundó la comunidad indígena la Luisa Etnia Pijao.
Descripción Física:
Ubicación geográfica
La cabecera municipal del Guamo está ubicada en el extremo nororiental del municipio.
Su población, según el Censo de 1993 del Dane, era de 14.076 habitantes, representando 43,5% del total de la población del municipio.
Su extensión es de 402,62 hectáreas, que equivalen a 0,74% de la superficie total del Municipio.
Límites del municipio
Por el norte, con los municipios de San Luis y El Espinal;
Por el oriente, con el municipio de Suárez;
Por el sur, con los municipios de Purificación y Saldaña y
Por el occidente con el municipio de San Luis.
Extensión total: 18.751.09 Has Km2
Extensión área urbana 386.58 Km2
Extensión área rural: 18364.51 Has Km2
Altitud de la cabecera municipal (metros sobre el nivel del mar): 326
Temperatura media: 28º C
Distancia de referencia: 72 Km de Ibagué
CORPUS CHRISTI
Desde tempranas horas , millares de campesinos acuden a colaborar en el arreglo de los arcos triunfales y frutales y a exhibir y vender los famosos pasos; a ellos se unen los habitantes del casco urbano y muchos turistas, que motivados, unos por la comercialización de diversos productos, en su mayor parte artesanales, y otros por el deseo de recreación, imprimen a esta fiesta una dinámica especial. El Corpus Christi es la fiesta que conmemora la institución de la sagrada Eucaristía.
Desde los tiempos de los apóstoles la Iglesia celebraba la fiesta del cuerpo y sangre de Cristo el Jueves Santo, pero debido a las diversas ceremonias que la liturgia imponía para ese día se vio conveniente que se dedicara a la Eucaristía un día especial con el fin de rendirle un homenaje público al Santísimo Sacramento. Fue así como en el año de 1264 el papa Urbano IV ordenó que la fiesta del Corpus se celebrara el jueves siguiente al domingo de la Santísima Trinidad.
Y desde esa fecha en muchas parroquias del mundo se hace una procesión solemne por las calles en la cual se lleva al santísimo en la custodia y bajo palio. Para tal efecto se arreglan unos altares en cuya elaboración participan diversos estamentos ciudadanos y que tratan de mostrar escenas bíblicas o situaciones de la vida real donde el aspecto religioso juega un papel fundamental. Aunque esta celebración tiene un alto significado religioso instituido por la iglesia católica para rendir homenaje al santísimo sacramento, en Guamo tiene una connotación especial.
Simultáneamente con la celebración religiosa se llevan a cabo festejos populares, porque el gran valor del corpus Christi está en que es más una manifestación cultural con ingredientes vivenciales cotidianos, donde se reafirman valores que a la vez facilitan el encuentro, la integración y la cordialidad de sus habitantes, donde todos comparten una misma creencia y respeto con la celebración religiosa y la alegría que gira alrededor de ella. Por eso es común encontrar el mercado campesino donde se comercian diversos productos, en especial el tradicional plátano paso.
La celebración tiene varios elementos que la hacen especial: la fiesta religiosa, enmarcada con los tradicionales altares que representan distintos pasajes bíblicos, adornados con flores, imagines y niños vestidos de Ángeles, para dar un ambiente de reverencia y respeto al santísimo. Otro aspecto es la construcción de los arcos triunfales, un espectáculo único que se realiza alrededor del parque principal, adornados con hojas de palma, flores, frutos y artesanías elaboradas para el evento. Con motivo del corpus los campesinos traen de sus parcelas toda clase de frutos y con ellos construyen los arcos triunfales, exornados también con flores silvestres.
Desde las vísperas a las 12 m, se dan los repiques de las campanas y suenan en su intermedio bambucos y guabinas, rajaleñas y bundes, cañas y torbellinos, generalmente interpretados por una banda de viento o papayera. No faltan en la misa los sermones, y la bendición con el santísimo sacramento; los juegos pirotécnicos con sus castillos, diablos, vacalocas y culebras incendiándose en medio de la noche y toda una amalgama de luces de colores para que niños y adultos gocen de la festividad.
En cada una de las esquinas del parque y en otras aledañas, se levantan imponentes los altares que esperan en la hora vespertina que “Nuestro Amo” sea colocado en ellos por unos momentos durante el recorrido de la procesión, solo después de la cual los arcos frutales pueden ser bajos y vendidos pues su razón de ser es que los frutos de la tierra rindan un tributo a su creador. También en el parque se construye el paraíso con muestras animales y en algunos casos con la representación en vivo de los personajes de Adán y Eva; igualmente la exposición de frutos y plantas de la comarca, así como la presentación, de artesanías típicas de esta y otras regiones.
La vara de premio consiste en una guadua larga, previamente engrasada y enjabonada con unos obsequios en el extremo, ya sea en dinero o en especie. Quienes aspiran a conquistarla generalmente se llenan sus bolsillos con arena para embadurnarse las manos y poder ascender, mientras que otros utilizan cabuyas como instrumento de ayuda. Al centro de la plaza promediando la mañana llegan las danzas tradicionales con cordones y cintas que al bailar comienzan a envolverse. Están los matachines, la representación de las leyendas, el mohán con su chicote y el mandingas o diablo que ya no asusta a nadie sino que juega con picardía. Se presentan bandas marciales de muchas instituciones educativas de la región y también las bandas pueblerinas y todo tiene sabor a carnaval.
Pruebe los maduros pasos, el arequipe , bizcochos, lechona y tamales. Además dese una vuelta por el paraíso terrenal, y darse una vuelta por los arcos triunfales.
FIESTA DE SAN JUAN Y SAN PEDRO
El comienzo de estas celebraciones muy posiblemente data de la época colonial cuando dentro del proceso de aculturación se impusieron comportamientos provenientes de la península ibérica… Sin embargo, es preciso hacer alguna distinción entre el San Juan y el San Pedro, en cuanto a su génesis y forma de celebración. El San Juan, desde el punto de vista religioso, corresponde a la fecha de la fiesta de San Juan Bautista y por otro lado coincide casi con el comienzo del verano en el hemisferio norte (21 de Junio).
Tuvo en sus orígenes una connotación popular por cuanto era la fiesta que los patronos les celebraban a sus peones, vaqueros, arrieros, gañanes y servidumbre en general. Los preparativos se iniciaban con llegada de las brisas Sanjuaneras; las casas campesinas se pintaban con llamativos colores, se remodelaban las barbacoas, se desempolvaban las bancas y los mejores asientos de cuero y del viejo baúl se sacaban los más vistosos manteles y las finas bateas de barro para servir las suculentas comilonas.
El 23 desde muy temprano se preparaban los tamales y los bizcochuelos. Al caer la noche sobre los campos se iniciaba la jurrusca y las familias completas se reunían luciendo las mejores prendas. Las mujeres con largas y rotondas faldas florecidas, blusas blancas de arandelas, vistosas gorras y nuevas alpargatas; los hombres con pantalón de bota arremangada y camisa impecablemente blanca, un pañuelo rabo ‘e gallo y un elegante sombrero. A la luz de antorchas, espermas, lámparas de petróleo y luego de la moderna Coleman, se iniciaban los bailes que duraban toda la noche y que estaban animados por conjuntos musicales de familias campesinas, que arrancaban de sus guitarras, tiples, carrascas, maracas, bandolas, chuchos, flautas, puercas y tamboras, hermosas melodías.
Al calor de la mistela y el aguardiente mosto, que de contrabando los abuelos escondidos en los montes destilaban con sumo cuidado y con el mejor anís en rústicos alambiques, se entonaban coplas por medio de las cuales se hacían declaraciones, promesas de amor eterno y hasta se sacaban los cueros al sol entre compadres cuando no era que ocultas verdades se revelaban. El compañero inseparable de las jurruscas era el volador que explotaba en los cielos campesinos y que por doquier llevaba un mensaje de alegría. El 24 hacia las cuatro de la madrugada termina la jurrusca y con el canto de los gallos y el aroma de los naranjos, mirtos, azúcenos, cambulos y gualandayes, se inicia por todos los caminos el desfile hacia la cristalina quebrada o el caudaloso río; allí se cumple el tradicional baño. Las mujeres lucen su chingue floreado, de color rojo, ancho y hasta los tobillos; los hombres sus chingas de un solo tono envueltas en su cintura.
Aquí no podían faltar las maliciosas miradas de los mozos y solterones empedernidos, quienes teniendo como principal cómplice las en ese momento envidiadas aguas, descubrían encantadoras curvas y talladas piernas de lindas y codiciadas morenas; aquí se iniciaban muchos amoríos, que en la mayoría de los casos terminaban en casorios. Al amanecer el baño termina y los hombres se retiran a preparar la embarcación. En balsas de vástago de plátano o guaduas muy bien adornadas, acompañado por la chirimía (ruidosa y muy alegre agrupación musical) baja por el río el legendario y típico personaje.
Lo esperan cientos de jinetes que montan los más hermosos caballos de la región, el mohán, la patasola, el mandingas, la candileja y todos los demás; se inicia un concurrido desfile; por caminos y calles van quedando tendidos aquellos borrachitos que bebieron pelapinga como si el mundo se fuera a acabar y que no pudieron disfrutar como los demás de la despescuezada de gallos, las carreras de burros y de encostalados, lo mismo que la vara de premio.
Ha llegado el mediodía, la hora del toreo, los más bravos toros traídos de los grandes hatos son soltados uno a uno en la corraleja de guadua, para que sean lidiados por los nativos con sus camisas, sombreros y ponchos; algunos con sus faenas demostraban el valor de hombre, en pos de la conquista de una pretendida morena. La corrida termina al caer la noche, muchos son los aporreados y seguramente no falto el mu**to. Se inicia la verbena, las bandas entonan sanjuaneros, bambucos, torbellinos y rajaleñas, aires musicales nacidos con la fiesta de San Juan. Todo el mundo baila, la noche termina, el nuevo día llega y con su alba culmina la celebración más auténtica del pueblo campesino.
La fiesta de San Pedro es tan antigua como la de San Juan, solo que era la celebración de los patronos, los grandes gamonales y sus capataces, que con sus familias se entregaban a disfrutar, como días antes lo habían hecho sus peones. Los preparativos empezaban con los del San Juan, se alistaban grandes cantidades de aguardiente y mistela, se aseaban y decoraban cuidadosamente los patios de las haciendas, pues era allí donde se servían bajo la sombra de frondosos árboles, todas las viandas que habían sido preparadas. En la fiesta de San Pedro, era cuando se sacrificaba la mejor lechona, que asada al horno se convertía en el más exquisito manjar de los adinerados.
Se contrataban los mejores conjuntos musicales de la comarca y la víspera por la noche se realizaban grandes quemas de pólvora, las que se denominan “noches de vacas loca”; en ellas aparecían la candelilla, un experto mitológico, que provisto de un látigo alcanzaba a quien pudiera, el tunjo, el poira, el duende, la madre monte y todos los demás personajes que ya habían aparecido en la fiesta del San Juan. Se bailaba y se tomaba hasta amanecer el día de San Pedro, cuando desde muy temprano se iniciaba el tradicional paseo, que consistía en trasladarse en hermosos y costosos caballos hasta la quebrada o el río, en donde se pasaba el día entero en total parranda, lo que no cambiaba en la noche y continuaba al día siguiente en las haciendas hasta que todo el mundo pasando por los días de San Churumbelo y San Churumbelito, caía rendido por el cansancio o doblegado por el licor.
Muchas de estas tradicionales se han ido perdiendo tras el relevo generacional y la aculturación progresiva que afronta hoy la sociedad. Perduran, pero con otras características, otras formas y otras manifestaciones artísticas, las alboradas, la embarcación, las presentaciones artísticas, las cabalgatas, los encierres y las corridas. A lo anterior se han añadido el pregón, los bailes públicos y el reinado Sanjuanero. Fuente: Guía turística y hotelera)