22/02/2024
TouchMe eligió celebrar su cumpleaños con sus amigos, los guardianes y los compañeros que hicieron en el camino.
El caballero deseaba con todas sus fuerzas verlos a todos como una gran familia que llenara el vacío de su corazón, pues, ese fue el primer cumpleaños que paso lejos de sus padres y su esposa.
Quizás por eso es que no permitió que las Pleyades, y en especial Entoma, participaran en la celebración. Él no quería sentirse culpable.
Por el contrario, Ulbert eligió llevar a cabo una celebración, no tan grande como la de TouchMe, pero mucho más a su propio estilo.
La reino de Re-Estize se anexo al imperio hace varios meses, después de que los propios ciudadanos derrocaran a sus lideres. Pero los seres supremos no le dieron un buen trato a la gente de estas ciudades, pues, según anunciaron públicamente, no confiaban en vasallos que se sometieron por el miedo, y no por la lealtad.
En consecuencia, aunque las ciudades de Re-Estize reciben comida barata por parte del resto del imperio, la seguridad y el gasto publico ha sido encargado a los antiguos nobles del reino. El objetivo de Ulbert al permitir esto, era encontrar a una persona que fuera lo suficientemente capaz para encargarse de Re-Estize.
Todos los territorios tenían un líder interino. Baharuth tenia al Nix y a Rista. El reino draconico y las tribus demi-humanas a Draudillon. El reino santo estaba bajo el mando del rey Caspod, y la alianza de ciudades estado fue tomada bajo el mando del antiguo consejo después de la caída de Nayuta, la diosa gato.
Según Ulbert, los dos territorios mejor administrados de todo el reino eran la capital, donde un plebeyo había tomado el control. Pero según los Hanzos , el verdadero gobernante era la princesa Renner, quien, abandona por los dragones, puso a un gobernante marioneta mientras ella se mantenía en los túneles secretos del castillo en compañía de su caballero, Climb.
Los supremos pensaron en eliminarla a ella y al guerrero que le gano a Enri en un combate sin honor, pero fue la propia guardiana del área exterior quien pidió que no se hiciera esto, pues deseaba tener su revancha en contra del guerrero que le gano con una simple patada en sus áreas blandas.
Por ahora estaba claro que Atrias no podía ser el gobernante de Re-Estize, pues era una simple marioneta. Tampoco podía serlo Renner quien parecía tener severos problemas de personalidad, pero Ulbert se intereso mucho en un noble que prometía demasiado.
Raeven, un marqués quien era la única persona en todo el reino que jamás necesito de los alimentos que venían del imperio. Un hombre brillante con un profundo amor hacia su hijo, pero que era un monstruo con todos los demás.
A Ulbert le recordó mucho a Pavel y para su cumpleaños, quiso probar a tal persona.
-Me lo imaginaba…- Dijo TouchMe con tristeza al ver el ejercito de conejos que Ulbert había preparado para el día de hoy. -Un ataque…-
-¿Les gustan mis conejitos?-
Ulbert tenia bajo su mando a un ejercito de más de cien mil conejos guerreros, todos estaban fuertemente armados. Llevaban lanzas, espadas cortas y escudos. Tenían armadura, y aunque se veían tiernos en ellas, también eran ridículamente duros cuando las usaban.
Este tierno ejercito le tomo a Ulbert seis meses el construirlo.
-¿Cómo diablos hiciste esto? No me parece que estos sean invocaciones- Dijo TouchMe mientras sujetaba a uno entre sus manos.
El que TouchMe sostenía tenia la mirada de un animal salvaje, pero de entre los miles de conejos, salió uno con una mirada casi humana en sus ojos.
-Ellos no lo son, Ru- dijo una linda conejita con un moño en su cuello y una paleta de caramelo en sus manos. -Lo que ven aquí son una mezcla hibrida entre los nobles guerreros wonejos de nuestra patria y los salvajes de esta tierra, ru-
-¿Híbridos?-
-¿Híbridos?-
Cuando ambos compañeros del demonio escucharon aquello, se giraron llenos de asco hacia su amigo.
-¿Hiciste que algo tan lindo se cruzara con un…?-
-¡No! Claro que no. Runa es demasiado linda para eso ¿O no Runa?-
-¡Ru!-
-Ella solo es la líder de los 13 guerreros conejos que llame. Y a los originales créanme que no les importo ayudar a crear este ejercito-
-Cruzar invocaciones con monstruos de este mundo… no lo había pensado- declaro Momonga, admirado por la idea de su amigo.
-Igual no es que sirva de mucho. Como ya escucharon, las cruzas no tienen inteligencia. Pueden obedecer ordenes dado que son descendientes de invocaciones, pero en general no piensan por cuenta propia. Ni siquiera comen si no se los ordenan. Para lo único que sirven es para pelear y no son para nada fuertes-
-¿Cuál es su nivel promedio?- pregunto TouchMe.
-Nivel 2-
-Pues sí que son inútiles-
-Son débiles, Ru, pero son tantos que sin duda alguna representan un gran peligro para enemigos que se encuentren poder debajo del nivel 30. Dado que les han provisto de buenas armas de hierro, les puedo asegurar que con el tiempo podrían incluso derribar a un dragón de nivel 30, Ru-
-Pues esta parece muy confiada, por cierto, esta bonita no se ve que sea normal, parece una invocación premium ¿De dónde diablos la sacaste?-
-¿Recuerdan el huevo de pascua especial que nunca abrí?-
-Sí…-
-Lo abrí-
-¿Y te dio a esta conejita?-
-Wonejita, ru- corrigió la pequeña invocación adorable.
-Creo que abriré el mío…- dijo TouchMe al haber sido tocado en su corazón por la tierna Runa.
-Dejando de lado a la coneja ¿Cuál es el plan?- pregunto Momonga a la cabra. -Nos estabas contando que querías probar al marques ¿Con este ejercito?-
-Así es. Forme al ejercito de conejos en un experimento para probar nuestras fuerzas. No funciono como esperaba porque los descendientes son demasiado débiles. También considere unirlos a la fuerza laboral pero no son muy útiles ni lo suficientemente listos. Así que pensé que al menos serviría como simulaciones de combate para la gente del imperio. Ya saben. En general ya no hay amenazas por parte de ningún monstruo, pero este mundo aun es peligroso. Pensaba en crear ejércitos básicos como este para buscar prodigios al futuro. Véanlo como un juego de caza y supervivencia. Algo que mantenga afilado el instinto de supervivencia de nuestros súbditos-
-No es mala idea-
TouchMe miro a la ciudad que los conejos atacarían. Se había dado un aviso desde hace dos días para que todos los no combatientes se fueran del lugar. Los ciudadanos, sabiendo que los emperadores tenían ciudades impresionantes con un servicios envidiables, no tuvieron muchos problemas en moverse, dado que se estaba ofreciendo un servicio de portales para que incluso llevaran sus pertenencias. Todos ellos fueron movidos a nueva ciudad cerca de la frontera con la alianza de ciudades estado. Seria una prueba para ver que tan bien podrían adaptarse humanos sin buena educación a los demi-humanos más receptivos con los seres humanos.
Al mismo tiempo, varios antiguos aventureros que extrañaban la emoción del combate habían venido para participar en el pequeño juego.
Se considero que el grupo de héroes era demasiado poderoso para tal ejercicio, así que se les descarto.
Para ver como reaccionaba el marque Raeven se le concedió el mando de muchos aventureros, y como premio especial, temporalmente, incluso se le permitió comandar a Enri, Hamsuke y a Leona. La guardiana del área exterior, su montura y compañera.
Contándolas a ellas tres había tan solo 500 combatientes en toda la ciudad.
El objetivo del juego era ver que tan bien manejaba el marqués la situación. Como usaba los recurso a su disposición para asegurar su propia supervivencia. Sabían que él era un gran estratega, o al menos lo creían. Pues el verdadero genio que dirigiría esta defensa, era Katrias, el estratega plebeyo del marqués.
¿Y como era esto una fiesta a para Ulbert?
Bueno… el objetivo de todo esto no era solo hacer una prueba de campo.
-¡Bien amigos! ¡Elijan sus piezas y comencemos!-
Era hacer un ajedrez maligno usando seres vivos.
-¡Tenemos lanceros, escuderos y espadachines! ¡Elijan bien a sus unidades!-
El ejercito de cien mil fue dividido. Cuarenta mil en reserva, y sesenta mil divididos entre los tres supremos.
Era una competencia. Ganaba quien acabara con más aventureros y capturara al marques. Cada uno tendría 20 mil soldados de entre nivel 1 y 3. Seria complicado, pero ahí radicaba la diversión.
Y dado que todos los aventureros estaban por encima del rango oro, podrían revivirlos a todos por lo que no había ni siquiera cargos de conciencia.
TouchMe en principio no quiso participar, pero al ver que los aventureros estaban ansiosos de pelear otra vez, cambio su opinión.
Fue así como comenzó la celebración de cumpleaños de Ulbert, un ataque con conejos a una gran ciudad.