24/06/2024
PALOMA
*Nicolás Murillo Rivas
1° de la saga del libro
IRENE, portadora de paz
— Es una pomba roliña (nombre en portugués de la paloma Columba), se distingue porque es toda gris, sin contrastes de color, y más pequeña que las otras. —El padre de Irene usaba el vocablo en portugués para facilitar la comprensión. Le explicaba las diferentes características de las palomas que llegaban a posarse en las vigas que rodeaban la piscina de la quinta familiar en Turrubares.
—La que acaba de llegar es una pomba de Castilla, se caracteriza por su pecho morado y cuello verde. ¿La ves?
—¡Sí… qué bonita! —Respondió Irene.
—Aquellas son pombas silvestres, tienen varias franjas con diferentes tonalidades de gris—Le explicó mientras señalaba, en otra pieza de la estructura, a las que acababan de llegar.
Irene es capaz de traducir del portugués al español palabra por palabra, pero, en las conversaciones en familia, usa la que considera más cómoda. Sin embargo, a pesar de que posee un amplio vocabulario y utiliza varias palabras para un mismo significado, a veces mezcla los lenguajes, invierte los sonidos de las letras y confunde palabras que suenan parecido.
En ocasiones confunde la “c” con la “g”, la “b” con la “p”, y la “d” con la “t”. Por lo general, aunque haya fallado la pronunciación, deletrea correctamente. No es de extrañar que exista, detrás de la equivocación, la intención de hacer reír al interlocutor.
Su padre le explicó que, en ese lugar, las palomas de Castilla son escasas, en cambio, las roliñas y las silvestres llegan constantemente. Ese día se mostraban las tres variedades, llegaban y partían con frecuencia. Decidió aprovechar el momento y, armado de paciencia, fue repitiendo, una y otra vez, la improvisada clase. Cuando consideró que dominaba el tema, se quitó los anteojos para nadar un poco. Al rato se acercó a Irene mientras descansaba y, como las palomas seguían en aquel ir y venir, decidió comprobar que había aprendido la lección.
—¿A ver, Irene, ¿qué pomba es esa? — Preguntó, mientras apuntaba con el índice de la mano derecha. La respuesta fue inmediata:
—¡Es una… pomba atómica!