27/05/2024
Necesitamos de palabras bonitas
A lo mejor muchos saben que en el argot popular de la República Dominicana hay un cliché que se emplea cada vez que alguien usa un vocabulario florido, ´´escogido, selecto, o esmerado´´ para argumentar algo en lo que cree; ´´eso suena muy bonito, pero la realidad es otra´´, le dicen. Ya hasta se ha usado alguna variante de este tipo de expresión para campañas políticas en nuestro país. Y con esto lo que se quiere manifestar no es más que la incredulidad ante aquel o aquella que viene de otro lado con un discurso de gala, que entendemos carece de la vivencia que le dé el peso para hacer que lo validemos como una alternativa a apoyar. En resumidas cuentas, le dejamos saber que sus palabras bonitas no nos convencen.
Pero quedarnos en esta interpretación sería ingenuo ante tanta manipulación ejercida a través de la palabra. Siendo la palabra el instrumento de poder más importante con el que podamos contar para la creación y recreación de realidades, al autorizar el discurso que nombra la crudeza, la dureza y la arbitrariedad de la manifestación que una mayoría elige que veamos y nombremos, estamos entonces jugando un juego que sigue repitiendo el viejo patrón de manifestar aquello que seguimos nombrando a través del código hablado y escrito de la palabra. "Lo que conduce y arrastra al mundo no son las máquinas, sino las ideas", refería hace tiempo Víctor Hugo, habiendo reflexionado en torno al impacto que tienen las ideas como abstracciones conformadas por pensamientos, palabras, expresiones, conceptos e imágenes mentales en nuestros comportamientos cotidianos.
Es importante recordar el valor intrínseco de la estética en el campo de la Oratoria. Y aquí entonces entra a jugar su papel la transparencia en contraposición con la demagogia, la cual hace las veces de abogado del diablo en todo este entramado en donde se quiere dejar entrever que en ´´realidad´´ quien tiene más saliva come más hojaldre, cuando esencialmente nunca ha sido así.
Necesitamos de palabras bonitas que nos sirvan de faroles para iluminar el camino de las grandes realizaciones, necesitamos de un discurso florido y positivo que nos ayude a despejar las variables que nos conduzcan a un progreso y a un bienestar común. Necesitamos de unos argumentos que empleen esas palabras constructoras de la realidad que queremos ver plasmada.
Hay que lograr traducir el lenguaje latente en las imágenes de nuestros pensamientos y ver que lo que hay es hermoso, es puro. Es imperativo pensar pensamientos para construir y quitarle el protagonismo a los otros pensamientos.
El vocabulario cotidiano se puede enriquecer a partir del uso de otros conceptos que nos den alegría, bienestar, disfrute, paz, felicidad, armonía, prosperidad. Aunque el mundo refleje una realidad poco amigable, yo puedo elegir ver la vida con ojos nuevos; elegir pensar que el futuro será favorable y hasta maravilloso. Puedo, además, elegir entender que la paz es la alfombra roja que estamos tejiendo con mi pensamiento y el tuyo, y que a través de ella vamos a caminar, porque esta sociedad en la que vivimos la podemos impactar positivamente con los buenos pensamientos que seamos capaces de diseñar entre todos.
Arelis Gómez. 2013. Santo Domingo. R.D