20/11/2024
La emoción de descubrir el Cañón La Dolorosa
No sabíamos qué esperar al llegar al Cañón La Dolorosa, en Gualaquiza. Era un desafío para la mayoría, sobre todo porque ninguno tenía experiencia en escalada o canyoning. Pero desde el primer instante, el lugar nos atrapó: un rincón mágico de la Amazonía donde el agua y las rocas parecían contar historias milenarias.
Guiados por expertos, comenzamos el descenso por las cascadas. Al principio, había nervios, las manos temblaban al sujetar las cuerdas, y la sensación del agua fría cayendo sobre nosotros parecía una prueba de valentía. Sin embargo, en cuanto dimos el primer paso, todo miedo desapareció. El sonido del agua, los gritos de ánimo del grupo y la majestuosidad del paisaje nos envolvieron en una adrenalina única.
Cada cascada era un espectáculo diferente: pequeñas pozas cristalinas donde nos deteníamos a admirar el entorno y formaciones rocosas que parecían esculpidas por la naturaleza para sorprendernos. Descender por las caídas de agua no era solo una aventura física, sino también un viaje de conexión con la naturaleza. En cada paso, en cada resbalón divertido, recordábamos que estábamos vivos y llenos de energía para conquistar lo desconocido.
El momento más emocionante fue enfrentarnos a la cascada principal. El agua caía con fuerza, y aunque el corazón latía rápido, el apoyo del grupo y las palabras de los guías nos impulsaron a seguir. Una vez abajo, la sensación de logro y felicidad fue indescriptible. Mirar hacia arriba y ver la altura que habíamos vencido fue un recordatorio de que, con valentía y determinación, todo es posible.
Al final, no solo descubrimos un lugar espectacular, sino también una versión más audaz de nosotros mismos. La Dolorosa no es solo un cañón; es una experiencia que transforma, que conecta y que te llena de vida. Si alguna vez buscas un rincón donde la naturaleza te rete y te abrace al mismo tiempo, este es el lugar perfecto.
Gracias a