La vida es un viaje

La vida es un viaje La vida es un viaje
Ruta de los Mayas
Mindo - Ciudad de Guatemala

La vida es un viaje, es corto

A la hora de los pencazos.Nos ha llegado, a todos nos llega esa hora. El dicho nos lo enseñó María Mercedes, nuestra sab...
20/05/2023

A la hora de los pencazos.
Nos ha llegado, a todos nos llega esa hora. El dicho nos lo enseñó María Mercedes, nuestra sabia anfitriona en Guatemala, ella lo aplica a aquellos momentos de verdad que te impone la vida y hoy es uno de esos: mañana tomaremos un vuelo a Guatemala para ir a reencontrarnos con las nenas y con el camino de regreso a la república de Mindo.
Pasaron dos meses, como pasan unas caderas de mujer frente a un inocente: contoneándose y rápido. Y aquí estamos, haciendo planes que casi nunca se cumplen: Saldremos de Ciudad de Guatemala el domingo 21 temprano (eso significa 5:30 am para Giova; 7:30 para mí) y vamos en busca de caminos nuevos que no recorrimos a la ida. Son 1.900km hasta Ciudad de Panamá, aspiramos llegar el primero o el dos de junio, considerando las paradas obligatorias que nos permiten disfrutar de los encantos del camino.
El tramo Panamá – Colombia lleva a pensar forzosamente en el Darién, ¿cómo cruzar en moto por ahí? Y en contravía!! No vamos a tentar a la suerte esta vez. Cruzaremos como lo hace la mayor parte de moteros que viajan por el mundo y pasan por ahí: sentaditos en un avión, comiendo unos snaks que saben a veneno. Una vez en Panamá nos hundiremos en la tramitología de migración y aduanas para embarcar las motos por carga y nosotros subiremos a un avión de Copa que vuela diariamente a Bogotá. Hasta aquí está planeado, lo que viene después dependerá del viento, de la suerte, de las buenas decisiones y de nuestra capacidad de improvisar. Contamos siempre con su buena onda, sus pensamientos, sus bendiciones, aceptamos todo. La meta, esta vez, es llegar en posición vertical al horrible pero querido gallo de la peña en la Y de Mindo, subidos a las motos y felices de percibir el olor a hogar. Ahí, los viajeros, nos daremos el abrazo de misión cumplida y hermandad.
Antes de cerrar esta introducción queremos compartirles fotos de Yax Mutul, ciudad perdida de la civilización Maya adonde nosotros fuimos para participar del descubrimiento. Lo cierto es que al llegar nos encontramos con cientos de turistas gringos, latinos, europeos que subían y bajaban por las pirámides bloqueando los senderos, tomando fotos; habían restaurantes, parqueaderos y tiendas de souvenirs. Recién entonces entendí porqué dicen que la cultura Maya era muy desarrollada.

Nicaragua, la cenicienta de Centro América. Segunda Parte Algunas personas nos sugirieron evitar el país, nos hablaron d...
07/03/2023

Nicaragua, la cenicienta de Centro América. Segunda Parte

Algunas personas nos sugirieron evitar el país, nos hablaron de la inseguridad y que no hay mucho que ver. Necios, ingresamos a Nicaragua por Guanacaste y la primera impresión es el excelente estado de las vías, no muy bien señalizadas pero bien mantenidas y limpias, no se ve basura a los costados, la falta de lluvias ha amarillado los campos y de vez en vez hay vacas que pasean por el asfalto comiéndose el poco verde que queda a los costados.

San Juan del Sur es ardiente al medio día, pero ofrece algunos refugios donde esperar las brisas de la tarde, como el Hotel La Estrella que es un hotel de época, con tanto carácter que hasta tiene su propia tostadería de café, construido originalmente en 1892, destruido por el terremoto y reinaugurado en 1976 en la calle del ferrocarril, junto a la estación. Nuestra habitación mira al mar y el viento da los primeros portazos hacia las 5 de la tarde anunciando que es hora de salir, caminar por el malecón viendo el contoneo de caderas movidas por otros vientos y esperar hasta las 5 y cuarenta y cinco para ver uno más de los atardeceres más espectaculares de la costa del Pacífico. Después de la evocación que produce el paisaje viene bien un helado de la Gelatería Italia para enfriar la mente.

Entrada la noche, rock en vivo, del clásico, en La Pulpería y tragos de ron viejo de 15 años a tres dólares la copa. Al final y, como manda la costumbre, regresaremos invictos antes de las nueve de la noche a las camas de dos metros de ancho. ¡Cuanto espacio desperdiciado! me digo a mi mismo y duermo feliz.

Nicaragua, la cenicienta de Centro América. Primera Parte Al escuchar que Giovanny le dijo soy ecuatoriano, Rafael conte...
07/03/2023

Nicaragua, la cenicienta de Centro América. Primera Parte

Al escuchar que Giovanny le dijo soy ecuatoriano, Rafael contestó “Julio Jaramillo”.

Granada, Nicaragua. Unas horas después de llegar, explorábamos la ciudad y Giovanny se acercó a conversar con el hombre en el chiringuito de venta de lotería, yo me quedé abrazando a un sauce viejo -no se dónde, ni cuándo, ni por falta de qué vitamina aprendí a abrazar árboles- hasta que escuché que me llamaba, me quería presentar a Rafael. Efectivamente, el hombre es admirador de JJ, forma parte de un trío y nos invitó a su show de esa noche en el restaurante La Hacienda.

Granada llama la atención desde que uno entra y ve filas de casas de un piso pintadas de colores chillones y adornadas con flores; a medida que uno avanza se puede encontrar con señoras de edad, andando en bicicleta y carrozas tiradas por caballos, iglesias con cuatro siglos de edad que sobrevivieron a varios asaltos de piratas en el siglo XVII, incendios de la ciudad, un terremoto y guerras entre conservadores y liberales. Casas señoriales con muebles europeos, de cuando Granada fue la capital política y económica de Nicaragua. Caminar por La Calzada es descubrir un tesoro que se abre de a poquito a la vista, calle peatonal cubierta de grandes lajas de piedra volcánica y casas de ancestro colonial y neoclásico convertidas en hoteles, cafeterías, bares, restaurantes, tiendas de arte, o sencillas casa de vivienda. Jóvenes parejas aprietan sus cuerpos en las bancas de la calle, niños corretean entre macetas de flores y palmeras.

Restaurante La Hacienda, 8 pm. Desde lejos vimos a los músicos llegar con sus guitarras y pelos abrillantados, se acomodaron junto a nuestra mesa y antes de que llegue el Flor de Caña -homenaje a la tierra que nos recibía y al paladar- se arrancaron con las notas del “No puedo verte triste porque me mata…” La gente nos habla, hacen preguntas y brindan con nosotros, llega Emilio, el médico que canta a Juan Gabriel como si fuera él mismo. Sofia me invita a su mesa para hacer preguntas impropias de una dama y Juan Gabriel se confiesa Juan Gabriel. Rafael y su trío cantan canciones tradicionales y todos los nicas hacen los coros. Tom, el dueño del restaurante, filtra una botella en la mesa, Flor de Caña hace su trabajo y aquella noche se convierte en una de las más divertidas que recuerdo en los últimos años. La Calzada, de regreso, caminando, tiene ahora una belleza más serena, más íntima.

El Salvador..... Estamos a 3 días de llegar a Destino, gracias por todos los mensajes y bendiciones que han derramado so...
06/03/2023

El Salvador.....
Estamos a 3 días de llegar a Destino, gracias por todos los mensajes y bendiciones que han derramado sobre nosotros, gracias a la familia, sin ustedes no hubiera sido posible éste viaje; gracias Paz Guevara y Amada Silva, ustedes han sido un apoyo incondicional y el motor de este viaje, gracias a mis hijos Juan Martin y María Emilia que me inspiran a ser una mejor persona.

“Hay que soñar, pero a condición de creer en nuestros sueños, de realizar escrupulosamente nuestras fantasías”.Nadie más...
04/03/2023

“Hay que soñar, pero a condición de creer en nuestros sueños, de realizar escrupulosamente nuestras fantasías”.

Nadie más lo vió, venía volando pesadamente, tropezó con la copa de una ceiba gigante y en su caída rompió algunas ramas, volaron plumas en el aire y un olor a azucenas envejecidas llenó el ambiente. Un bulto de piel azulada y alas rotas quedó inerte en el piso. Al acercarme lo reconocí, era Cronos, el dios griego mitológico que fue condenado a medir el tiempo hasta el infinito, el encargado de la sincronía de las cosas en el mundo de los humanos. Se incorporó lentamente, rehizo sus alas rotas, me miró como mira un niño sorprendido in fraganti en sus travesuras y sonrió con una boca enorme sin un solo diente, luego se quitó el polvo moviéndo su cuerpo como gallina vieja y después de varios intentos logró levantar vuelo.

Lo anterior lo inventé para tratar de entender lo que les voy a contar, porque en la vida real, nunca, nadie lo va a poder explicar: Miren las fotos. Las escenas son idénticas, aunque fueron tomadas en un tiempo diferente y en lugares geográficos distantes. La primera corresponde al 29 de enero, la segunda al 2 de marzo, la primera está tomada en la vía que sale de Mindo, la segunda saliendo de Bahía Salinas, camino a La Cruz y Peñas Blancas, frontera entre Costa Rica y Nicaragua. Una fue tomada por Marlene, otra por Gabriela, ellas no se conocen, no saben de la existencia la una de la otra. Ambas imágenes muestran dos motociclistas alejándose por un camino rodeado de árboles, pero eso solo es aparente, un engaño para quien no ha aprendido a creer en sus sueños.

Para entender la escena hay que preguntar: Y estos, ¿De dónde vienen? ¿A dónde van? ¿Qué les mueve? ¿Porqué van de a dos? Y hay que preguntarles a quienes captaron las imágenes distintas pero iguales: ¿Qué sentimiento, sensación, pensamiento, les llevó a elegir la opción cámara en su teléfono, levantar los brazos, enfocar y hacer clik? El resultado es sobrecogedor: los mismos personajes y el mismo sueño retratado.

Los sueños muchas veces son difusos, parecen inalcanzables. Pero hay quienes se lo toman en serio y buscan realizar escrupulosamente sus fantasías.

Nasu Lodge en Bahía SalinasGabriela nos recibió sonriente, acogedora, luego apareció Daniel, efusivo. Gabriela comentó q...
04/03/2023

Nasu Lodge en Bahía Salinas

Gabriela nos recibió sonriente, acogedora, luego apareció Daniel, efusivo. Gabriela comentó que ella va en moto desde hace años y que prefiere la moto al carro, detalle que abrió puertas, ventanas y un amplio espacio común desde donde ver el mundo.
Ellos están a punto de terminar la construcción de su sueño: Nasu Lodge, la casa de huéspedes que empezaron hace dos años, cerca al mar, distantes del mundo real, tienen cuatro habitaciones y con nosotros ya están medio llenos. Atienden cada detalle personalmente, afablemente, haciéndo que uno se sienta invitado, más que huésped. Chun es el otro miembro de la familia, un loro macho que se siente dueño de Gabriela y al menor descuido muerde a cualquier macho que ronde cerca, los loros son monógamos, se emparejan una sola vez por toda la vida. Yo fui mordido en la mano, no creo que por macho, más bien porque intenté enseñarle un par de palabras sucias que son bastante útiles si uno es loro.
Gabriela, sin saberlo, tomó una foto idéntica a la del primer día de este viaje, retrató por segunda vez el sueño de dos tipos viajando en moto por Centro América, en busca de algo que por ahora se muestra incierto, esquivo.

Nicaragua ahí vamos....
03/03/2023

Nicaragua ahí vamos....

Bendecidos“Una bendición es la expresión de un deseo benigno dirigido hacia una persona o un grupo de ellas”, es la defi...
01/03/2023

Bendecidos
“Una bendición es la expresión de un deseo benigno dirigido hacia una persona o un grupo de ellas”, es la definición que encontré en el diccionario. Más conocida es la noción cristiana que invoca a Dios en el deseo.

Teresa tosió primero. Giovanny me lo dijo por el intercomunicador y paré, inmediatamente la Tere se recuperó y pasó rauda junto a mí. Al verla, PPL se amilanó, se apagó y no volvió a prenderse. Eran las 10 de la mañana en la autopista José María Castro que lleva de Alajuela a Puntarenas. El sol ardía, aunque no había alcanzado aún toda su intensidad, reflejaba el calor en el asfalto. Me bajé de la moto e intenté pedir ayuda, sabía que nuestra reserva de gasolina había quedado bien guardada en la habitación del hotel, una pareja en moto paró, piadosa, pero no teníamos una manguera para pasar gasolina, ellos conmovidos, me informaron que la próxima estación de combustible estaba a 8 kilómetros, cerca de Caldera. “Caldera” me repetí a mí mismo, sintiendo dentro del casco, el traje y las botas, que mi cuerpo estaba a punto de ebullición. Giovanny se ofreció a empujar pero era mejor que intente llegar a la gasolinera y me traiga gasolina, aunque sea un bocado, algo que me permita avanzar.

Solo, bajo el sol y sobre el asfalto, empecé a empujar. Sentí gotarrones calientes salir del casco y regar mi rostro, la chaqueta abierta solo dejaba entrar el calor que subía del asfalto, mis pies hervían dentro de las botas. Llegué a la cima de una cuesta y pude montar y rodar hasta el último centímetro de la bajada para luego volver a empujar. Mire hacia el horizonte y ví un aviso en azul y blanco, decía DELTA y más abajo estaban los precios de los combustibles, era un espejismo, una alucinación. El intercomunicador del casco hizo un ruido, volví a tener contacto con Giova, escuché que me decía: “ya voy con la gasolina” y me escuché a mí mismo contestar: “ya llegué, estoy aquí”. PPL se paró, sin gasolina, a menos de doscientos metros de la estación DELTA. Teresa llegó con las últimas gotas. Bendecidos.

En cuanto llegamos a Puntarenas, tomé el teléfono satelital para registrar la llegada, caminé hasta una esquina de la calle buscando mejor recepción y el hombre se acercó. “Bendiciones”, me dijo mirándome a los ojos. Vestía jeans obscuros, camiseta del mismo color y llevaba un chaleco de cuero con un logotipo a la espalda: “Soldiers of Jesus”. “Soy Douglas”, añadió y me extendió la mano. Pronto se encargó de solucionar nuestro nuevo gran problema: no teníamos un lugar seguro para dejar casco y chaqueta.
Llegamos hace dos minutos a este lugar y un hombre que no nos conoce nos recibe con bendiciones.

Tavo, un motociclista hippie que viaja desde 2018, nos contó del naufragio en el Darién. “Ustedes están aquí porque el de arriba no los quiere allí” comentó cuando Giovanny le contó la forma como nosotros cruzamos desde Necoclí hasta Puerto Cartí. Aquella vez también fuimos bendecidos.

Gracias a ustedes por sus bendiciones. Gracias a todos los que nos siguen con el pensamiento. Gracias por sus oraciones y sus benignos deseos.

El TavoEscuálido, no flaco, de 1.70m aproximadamente de estatura, con una cabellera blanquinegra que le llega hasta los ...
01/03/2023

El Tavo
Escuálido, no flaco, de 1.70m aproximadamente de estatura, con una cabellera blanquinegra que le llega hasta los hombros y algunos dientes de menos. Cálido, generoso, de mirada sincera y una expresión en la cara que deja constancia de haber vivido las Siete plagas de Egipto y el vuelo de Prometeo al cielo. Viaja en una Honda Falcon 400 de principios de siglo, va de Argentina hacia el Artico, por segunda vez, se gana la vida elaborando collares y pulseras hechos de semillas, de piedrecitas del camino, de conchas y corales. Lleva la casa instalada en la moto: una espuma enrollada, una hamaca, herramientas básicas y una tela limpia que extiende junto a la moto cada vez que estaciona y exhibe su mercancía.

“Ecuador! Ah sí, una vez llegué a Flavio Alfaro, por tres días y me quedé seis meses. Aprendí a hacer quesos”. “La pandemia me cogió en Cali y la pasé en Cali”.

Giovanny y yo nos preguntamos si seríamos capaces de llevar a ese extremo nuestra pasión por viajar y vivir cada rincón del mundo?

Hermoso Atardecer en Monteverde....
28/02/2023

Hermoso Atardecer en Monteverde....

Monte verde Costa Rica....
27/02/2023

Monte verde Costa Rica....

Carta para TaguaLa nuestra es una historia de amor pero diferente. Todavía me siento culpable y no cuento a nadie sobre ...
24/02/2023

Carta para Tagua

La nuestra es una historia de amor pero diferente. Todavía me siento culpable y no cuento a nadie sobre nuestro primer encuentro, me da vergüenza. Recuerdo tu cara sucia de tu propio vómito, también parte de tu piel y sin embargo, tú, mirándome a los ojos con esa mirada de caramelo derretido, fija, inconsciente, ajena al concepto de culpa y de perdón, entregada. Yo me sentí horriblemente culpable al entender lo sucedido y pedí perdón. No, para ti, no existe culpa ni perdón. Aquella misma tarde te dormías junto a mí, poniendo tu cabecita en mi cuello. Pero hoy debo confesarlo, para sentirme mejor: tenías dos meses de edad el día en que te recogí y te encerré en el balde de la camioneta para llevarte a casa, temía que te enredaras en los pedales del carro y te hicieras daño.

Pensé que eras demasiado joven para entender el daño y enojarte, gruñirme, ignorarme al menos. Estaba seguro que una vez que crecieras aprenderías a hacerte respetar, a reprochar, a endurecer la mirada, pero no, tú siempre tan dulce, tan confiada, tan feliz de vernos. Bastaba que yo te mirara para tú te contonearas de alegría, para que vengas levantando tus manos como si marcharas hacia la felicidad, te acerques y pases por entre mis rodillas dando un caderazo de cariño. Pronto conocí una expresión nueva de tus ojos, una mezcla de pasión, alerta y picardía, era la invitacion al juego, el llamado a la diversión, sin límites, sin reglas, entrega total otra vez. Con el paso del tiempo puedo reconocer cientos, quizá miles de emociones diferentes en tus ojos, he podido ver como se alargan de gozo cuando te acaricio, los he visto muy abiertos y brillantes de bondad cuando mirabas un pájaro herido que yo tenía en las manos. Puedo verlos, llenos de celo, interponerse entre Max y yo. Tus ojos hablan muchas lenguas, pero cuando me miras siempre está esa dulzura en calma que me abraza.

Hoy vi una mirada triste y extraviada cuando miraste la pantalla del teléfono al escuchar mi voz, fijaste la atención e hiciste ese mohín de pregunta que sueles hacer cuando no entiendes. Yo repetí: “calma muchacha, voy a regresar” y tú volviste a la tristeza. Nadie entiende porqué no quieres comer, si es tu comida favorita.

AlajuelaUn hombre maduro desde una van destartalada hacía señas que no entendimos al principio. Giovanny me dijo por el ...
24/02/2023

Alajuela

Un hombre maduro desde una van destartalada hacía señas que no entendimos al principio. Giovanny me dijo por el intercomunicador: “quiere que estacionemos delante”. Era el parque de Alajuela, con sol de medio día y sin embargo fresco, cubierto de viejos árboles gigantes de mango que sombreaban hasta el otro lado de la calle. Apenas desmontamos, el hombre ya estaba a nuestro lado con un puñado de fresas en cada mano que nos las entregó con una sonrisa amplia, generosa y sin palabras. Era Gerardo, un tico de sesenta y pico que instalaba su tienda ambulante ahí mismo, en la orilla de la calle. Hombre bueno, de alma transparente, de aquellos que viven con paz la poca felicidad que les da la suerte. Nos ofreció cuidar las motos y guardó mi casco en su tienda móvil.

“¿Quién dice que está escrito el destino de los hombres?” Así nos respondió el vendedor de dulces y quesos en el mercado cuando nosotros le dijimos que no sabemos cuántos días nos quedaríamos en Alajuela. Antes de que compremos un trozo de Queso Ratón del Guapo y dos dulces, uno de cajeta con maní y otro de coco, nos forzó a probar varios tipos de quesos, casi todos llamados ratón de primer nombre y luego fue sacando dulces de su vitrina, cortaba dos pedacitos y nos los ponía frente a la cara, con la correspondiente explicación acerca de su procedencia e ingredientes. Al despedirnos, la señora cuarentona que lo acompañaba en la tienda nos dijo, mirándonos con picardía: “a las ticas nos gustan los ecuatorianos”.

Giovanny comió casado con pescado y yo casado con chuleta en el puesto más pequeño de venta de comida, el casado es arroz con frijoles, plátano frito, ensalada y lo que usted elija: pescado, carne, pollo, cerdo. Nosotros elegimos comer ahí por Sonia y su hija Denise. Lamentablemente también yo soy casado.

Hoy pasaremos la noche en Hotel Villa Garita, un hotel de carretera, entre Atenas y Alajuela, a 20 kilómetros de San José, la capital, y cerca de todo lo que nos interesa visitar: Volcán Poas, Cartago, Puntarenas, Irazú. Es nuevo, las habitaciones todavía huelen a pintura, tiene piscina (donde esta tarde me obsequiaron una jugosa tajada de sandía), aire acondicionado y lo más importante, dormimos junto a las nenas. ¿Cómo no sentir esta tierna emoción en el pecho? ¿Este calorcito que abriga el alma? ¿Así es la felicidad? Me pregunto.

19/02/2023

Atardecer en la playa de Manuel Antonio....

Parque Nacional Manuel Antonio
19/02/2023

Parque Nacional Manuel Antonio

Costa Rica ahí vamos.....
17/02/2023

Costa Rica ahí vamos.....

Pésame.Esta es una nota de profunda tristeza, nuestro pésame a las familias pobres de mi país (de mi país chiquito, Ecua...
16/02/2023

Pésame.
Esta es una nota de profunda tristeza, nuestro pésame a las familias pobres de mi país (de mi país chiquito, Ecuador, y de mi país grande que es el mundo). Lo supimos ayer: un bus lleno de migrantes que viajaban hacia un albergue en la frontera de Panamá cayó a un barranco en la provincia de Chiriquí. Cuarenta mu***os, 22 ecuatorianos. Es lo que se sabe hasta ahora.

Mujeres y hombres inconformes, luchadores, valientes, pero expatriados por el perverso mounstruo de la pobreza, la falta de oportunidades, van en busca de un sueño, creyéndolo su salvación. Compartimos parte de la ruta con ellos, en el Darién y luego en Panamá, hablamos con ellos, nos sentamos a su mesa, vimos la determinación marcada en sus rostros, también vimos las huellas de los mordiscos que les dan los perros del camino, viles, abyectos, hienas codiciosas que los ven débiles y se aprovechan de ellos. Picoteados, mordizqueados, no importa, siguen avanzando mientras su corazón palpite, no hay macha atrás, llegar o morir. Cuarenta mu***os esta vez. Hoy nos duelen esas miradas, nos estruja el corazón el recuerdo de los niños que jugaban con pelotas de plástico y muñecas imaginarias. Quizá no murieron los que nosostros conocimos, pero da igual, la tristeza va por aquellos Carlos, José, María que seguirán cruzando el Darién en busca de salvación. El dolor, la ira, la indignación por la terribles desigualdades sociales de nuestros países, por los malos gobiernos, por la horrenda capacidad del ser humano de medrar a costa del más débil.

PANAMA CITYPatojas, rotas, con el sistema eléctrico enloquecido y un faro colgando, saturadas de agua sal, así salieron ...
13/02/2023

PANAMA CITY

Patojas, rotas, con el sistema eléctrico enloquecido y un faro colgando, saturadas de agua sal, así salieron las nenas de Cartí por una vía sinuosa de cascajo y subibajas constantes. PPL se apagó varias veces en el camino hasta que logramos llegar a ciudad de Panamá al anochecer.

Grand International Hotel está en Vía Argentina, en un barrio bonito con muchos restaurantes y cafeterías (nuestro apoyo logístico funciona a la perfección), pero es lo que menos necesitábamos en un día sábado como hoy a las 8 de la mañana. La prioridad era un taller mecánico que lave profundamente las motos, que entienda de Loncin y tenga repuestos. Buscamos en línea y apareció cercano uno, multimarca, fuimos inmediatamente y encontramos en su lugar un distribuidor de Piaggo. Christopher, el dueño, amablemente nos direccionó hacia otro taller cercano, “ahí entienden de esa marca”, dijo, con poco aprecio. Vi el logotipo de VOGE a la entrada (es como conocen a estas motos en Panamá y otros países), y sentí como si hubiese encontrado a un pariente cercano en un país desconocido. Un hombre alto de barba espesa salió al ver llegar a las dos Loncin 300 Rally, era Tony, se presentó como el importador de Loncin en Panamá y puso a nuestra disposición a su equipo de mecánicos. Los dioses que protegen a las motos estaban de nuestro lado!

Ahora solo nos queda lavar ropa y turistear. Lo primero solucionamos pronto en una lavandería cercana. Lo segundo era más complicado: ¿a dónde ir en una ciudad grande y desconocida? Aquella noche fuimos invitados por Edgar Guerra, nuevo amigo motero, nivel BMW, a una concentración de moteros en Ho***rs, sorpresivamente, un hombre con acento cuencano nos dio la bienvenida, era Pablo Jaramillo, ejecutivo de COLINEAL Panamá y motociclista empedernido. Noche de música en vivo, cerveza y profunda filosofía motera. Se habló de motos y de motos y más motos.

12/02/2023
DOS MINDEÑOS EN EL TAPON DEL DARIÉN. Capítulo 4:  Elías y el marDe Necoclí a Capurganá vomité el magro desayuno, el agua...
12/02/2023

DOS MINDEÑOS EN EL TAPON DEL DARIÉN.
Capítulo 4: Elías y el mar

De Necoclí a Capurganá vomité el magro desayuno, el agua y un poco de entrañas. Mas pena sentía por las motos que por mí mismo, con cada ola, quedaban suspendidas en el aire para luego caer estrepitosamente y hundirse hasta golpear la suspensión, ruido de plásticos rotos, olor a gasolina y baño de agua salada. Dolía pensar en que las habíamos equipado y preparado tanto para terminar naufragando de esta manera. Volví a vomitar, esta vez bilis.

Hablamos con pocas personas en tierra durante el viaje, todos conocen a Elías, todos lo consideran buen capitán: “cuando el mar está tranquilo todos son capitanes, cuando está bravo hay que buscar a Elías”, dijo uno. Esta vez, me quedé de pié, junto a él y pude ver los movimientos de sus manos, una en el timón y otra en la palanca de comando del motor, entramos en mar abierto surfeando entre olas de cuatro metros, con una habilidad portentosa cortaba la masa de agua y ponía la panga en la cresta de la ola, aceleraba y deslizaba el bote de lado en el vacío hasta enlazar la nueva ola. A veces, un movimiento imprevisto de las aguas nos dejaban suspendidos en el aire, entonces, cortaba acelerador y hacía suave la caída. Pero no siempre el mar obedecía, muchas veces nos trató como trozos de carne dentro de una licuadora. Entonces, yo lo miraba esperando instrucciones antes del naufragio, pero Elías no cambiaba de expresión, seguía con sus ojos atentos a los movimientos del mar, inconmovible.

Puerto Obaldía, casi dos horas de trámite para ingresar a Panamá, pasado el control policial, en Migración nos interrogaron y nos tomaron información a cada uno por separado, por más de cuarenta minutos, como para llenar la ficha de un delincuente, fotos de frente y perfil y un estrechón de manos antes de dejarnos seguir. Ese era el protocolo de ingreso por un punto de control caliente de frontera.

Aquí la comida es cara y escasa, todo lo importan desde Colombia, la carretera hacia los centros de acopio panameños está muy lejos. Elías invitó a Giovany a conocer su casa y su familia. Dormimos en litera de dos pisos, el aire acondicionado estaba instalado en la cabecera de la cama alta, a 20 centímetros de la oreja izquierda de quien se acueste. Esa noche nos advirtieron que un velero había naufragado la semana anterior camino a Cartí.

De Obaldí a Cartí, Giova se sintió mal, mareado, con dolor de cabeza, pálido. Pero no todo fue malo, hubo tiempos de mar color turquesa y en calma, pasamos entre islotes habitados por palmeras sin vestigio de presencia humana, a lo lejos rompían las olas contra los arrecifes levantando un spray de sal y agua que permanecía en movimiento por largos segundos. Belleza en estado puro. De pronto, una mancha blanca grisácea flotaba a la distancia, a los pocos minutos la vimos de cerca, era el esqueleto del velero abandonado en el mar, pasamos a unos cuarenta metros del naufragio,.

Después de algo más de siete horas, Elías dijo “Puerto Cartí”. Nosotros no lo vimos al principio, luego, poco a poco, fue apareciendo en el horizonte y la sola idea de volver a rodar nos devolvió la fuerza perdida en dos días de estar a merced del mar.

DOS MINDEÑOS EN EL TAPON DEL DARIÉN. Capítulo 4
12/02/2023

DOS MINDEÑOS EN EL TAPON DEL DARIÉN. Capítulo 4

DOS MINDEÑOS EN EL TAPON DEL DARIÉN. Capítulo 3.Me llamo Elías Zúñiga soy capitán de la nave Niña Maryi, tengo 40 años, ...
12/02/2023

DOS MINDEÑOS EN EL TAPON DEL DARIÉN. Capítulo 3.

Me llamo Elías Zúñiga soy capitán de la nave Niña Maryi, tengo 40 años, original de Puerto Obaldía y, a Dios gracias, panameño y colombiano. Ayer me llamó por teléfono D**o para decir que dos ecuatorianos quieren cruzar hasta Cartí llevando dos motos. El mar está picado ahora, ojalá quieran pagar lo que cuesta.

Cevichería Pissisí es un triciclo estacionado en la calle, frente al mar, atendido por Pabuco, negro grande y corpulento, de rostro redondo, moteado por el sol. Atraídos por la sonrisa amigable nos acercamos y preguntamos por un barco que nos lleve a la frontera, luego de una breve charla, Pabuco dejó su triciclo y nos llevó en busca del hombre. Restaurante Cielo y Mar junto la playa, Ñoño y su familia trabajando apurados para atender los almuerzos. “Tu sabes dónde está D**o?”. D**o llegó quince minutos más tarde en una motito apaleada, negro de mirada lejana, con una nostalgia eterna por el horizonte, el rostro recurtido por sal, arena y sol expresaba un espíritu apasible y humano. Era el hombre. Le conté que queríamos ir a Panamá y sin cambiar la expresión, con una semi sonrisa dijo “tonce ute no me quiere a mí, ute necesita uno que le lleve a Cartí” y empezó a hacer llamadas. “Yo le puedo dejar solo hasta la frontera, le voy a poner con el hombre que ute necesita”.

Llegó al día siguiente y nos llamó, como acordamos. Sentado en la mesa se comía un sancocho de pescado, hombre pequeño y duro como arrecife, de pocas palabras, preciso, cumplidor. Nos llevó a conocer el barco atracado, entre otros, en la arena. Cuando lo señaló no lo pude creer, volví a preguntar: ¿es ese? Entré al agua, mojado hasta la cintura, me acerqué hasta tocarlo, era un bote de unos seis metros de eslora y un metro cuarenta de manga, motor Yamaha 200 anclado en popa. Volteé y llamé a Giovany, él me miró inmóvil desde la orilla, se negó a venir, sin palabras, con una expresión que no entendí. Salí y me dirigí a Elías, mirándole al rostro: ¡es una panga, ahí no alcanzan las motos! ¿Dónde nos vamos a sentar? Frío, con total tranquilidad, respondió: “Ahí he llevado hasta veinte migrantes”. Pasado el enojo, sentí miedo.

DOS MINDEÑOS EN EL TAPÓN DEL DARIÉN. Capítulo 2.Necoclí es un pueblo de colores encendidos en la costa del Pacífico, uno...
12/02/2023

DOS MINDEÑOS EN EL TAPÓN DEL DARIÉN. Capítulo 2.

Necoclí es un pueblo de colores encendidos en la costa del Pacífico, uno de los últimos poblados con sabor colombiano antes de adentrarse en el Darién. Su belleza viene de las proas de barquitos varadas en la arena, entre palmeras, viene de las flores que cuelgan de las ventanas, de casas color amarillo, verde, rosa, o azul añil; del olor a mar y a guayaba, de los perfiles de sus mujeres que invitan a encallar en ellos, cinturas estrechas, como vaciados profundos antes de la ola que se levanta voluptuosa hasta el extremo de sus caderas, del aroma en los gimnasios que están frente al mar, solo para chicas.
Pero la belleza se aprecia mejor desde su contrario. Necoclí es también punto de partida para cruzar el Darién para miles de migrantes que acuden en caravanas anhelantes en busca de salvación. Hacia el amanecer, el malecón es un mercado bullente donde se han instalado pequeños chiringuitos de venta especializada: mini reververos de campaña, carpas con frasquito de espanta serpientes, colchonetas de plástico enrollable, cuchillos y machetes mata león, sombreros de jungla, ponchos impermeables, amuletos, alimentos emplasticados, bidones de agua. Son hombres, mujeres, adolescentes, viejos, niños, algunos van en el vientre aún. Van en familia o en solitario, movidos todos por la misma esperanza Se juntan por idiomas, caminan apremiados de un lado a otro, hablan distintos idiomas, gritan, reciben instrucciones de los coyoteros que patrullan la calle en grandes vehículos todoterreno con vidrios ennegrecidos. Vienen de lejos, viajan por tierra y van dejando el precio de su sueño a lo largo del camino en manos de policías y funcionarios corruptos que los acechan a la vuelta de cada esquina. Como en un juego de azar, lo apuestan todo, unos ganan, otros pierden, algunos pagan con la vida.

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