16/03/2023
**UNA MANSIÓN SEÑORIAL EN BELLAVISTA**
La Ciudadela Bellavista de Riobamba fue construida en los años 20 del siglo anterior por los hermanos Felipe e Isidoro Levy Gildred.
Los Levy compraron la hacienda “La Trinidad” al rico hacendado riobambeño Nicolás Vélez Guerrero y con el financiamiento de la Sociedad Bancaria del Chimborazo iniciaron la construcción de un complejo habitacional único en el Ecuador. La ciudadela Bellavista sería exclusivamente residencial y recreacional. Se proyectó construir, además de las elegantes viviendas, un hipódromo, canchas de fútbol, polo y tenis. Un grandioso Arco Triunfal señalaría la entrada a la ciudadela.
El plan se inició con buen augurio, la solvencia de la Sociedad Bancaria del Chimborazo aseguraba una feliz culminación del proyecto.
Isidoro Levy Gildred quien además de inversionista era también arquitecto, diseño unas hermosas viviendas inspirándose en modelos de casas de estilo centro-europeo. La construcción corrió a cargo del Departamento de Construcciones de la Sociedad Bancaria del Chimborazo dirigido por el Ingeniero español José Melian Wheland.
Todas las primorosas viviendas que parecían salidas de un cuento infantil, seguían el mismo patrón arquitectónico, sin embargo, cada una tenía su propia característica que la hacía diferente y única.
La construcción de la ciudadela marchaba a buen ritmo, se habían construido ya un buen número de chalets con todos los servicios complementarios como, luz, agua y canalización. Se abrieron amplias calles bien iluminadas, con aceras y bordillos y hasta se instalaron los rieles para un tranvía. Pero sucedió algo inesperado, la Sociedad Bancaria del Chimborazo, entidad que financiaba la construcción de la ciudadela se declara en quiebra y entró en liquidación forzosa.
Esta catástrofe financiera fue el principio del fin del sueño de los hermanos Levy. Las obras se paralizaron y muchas construcciones quedaron inconclusas, los acreedores empezaron a exigir los pagos respectivos y los potenciales compradores de las villas desistieron por la inseguridad. Sin embargo, muchas viviendas ya se habían adjudicado especialmente a ciudadanos guayaquileños que venían a invernar en nuestra ciudad y también a algunos extranjeros. La Empresa de Ferrocarriles, que en aquel entonces era administrada por una compañía americana adquirió cuatro de estas señoriales villas para los ejecutivos y técnicos de la empresa.
Una de estas distinguidas viviendas adquiridas por la G&Q Railway Company y que es motivo de esta crónica, está ubicada en la Av. Juan Bernardo de León y Cuba frente al Parque La Madre.
Esta señorial vivienda, quizá la más representativa de Bellavista, es una hermosa muestra del esplendor y la antigua magnificencia del lugar.
Esta mansión que se eleva en tres plantas, tiene las indiscutibles características de una vivienda europea. Una señorial escalinata de clásicos estilo señala la entrada a la amplia sala en donde resalta una hermosa chimenea. En la segunda planta sobresale un hermoso balcón con balaustrada y el tercer piso se remata con primorosas ventanas voladas en la techumbre. La vivienda tenía originalmente un cerramiento de cerca viva de ciprés.
La G&Q Railway Company propietaria de esta vivienda entregó la mansión al Jefe de Mantenimiento de los talleres del Ferrocarril, un ciudadano alemán que se radicó en nuestra ciudad por algún tiempo.
Cuando la Empresa de Ferrocarriles pasa a manos del estado, la casa fue vendida al Dr. Juan Estévez funcionario de la Cancillería. El Dr. Estévez fue miembro del Cuerpo Consular y cumplió funciones diplomáticas en el servicio exterior.
A la muerte del Dr. Estévez, su viuda vende la casa al Sr. Luis Cordero Coronel. El Sr. Cordero junto con su esposa y sus hijos hicieron de esta casa por muchos años la mansión familiar. El señor Cordero se involucró en el progreso de Bellavista. Fue uno de los promotores de la construcción del Parque “La Madre” junto con Doña María Murgueytio de Guerrero y Doña Aída Marchán de Vallejo. Cuando se inauguró el parque, el Sr. Cordero pronunció un emotivo discurso.
Luego del fallecimiento del Sr. Cordero, sus herederos vendieron la vivienda. Actualmente la señorial mansión está en manos de la familia Cabrera.
IMAGEN: Hermosa pintura de la señorial vivienda de Bellavista. El óleo es una versión libre del artista. Cortesía de la familia Cordero.