13/03/2017
Buenos días!!
El pasado jueves 9 de Marzo, Oscar García Ballestero, historiador de arte y técnico del Museo Catedralicio de Coria, nos deleitó con una interesantísima conferencia enmarcada dentro del ciclo "Coria Maravillosa", haciendo mención en ella al "Fielato de Coria".
Ésta extraordinaria, y a la vez aun desconocida, parte de la historia de nuestra localidad, que descubriese Jose María Rodríguez Santa, supone un elemento único y diferenciador de Coria, ya que ninguna otra población puede "presumir" de tener esos elementos, usados como medidas, grabadas en una muralla romana del S.III d.c.
Hoy queremos profundizar un poco más acerca del funcionamiento de los fielatos, haciendo especial referencia a la importancia del mismo en nuestra localidad.
Deseamos que el siguiente texto sea de vuestro agrado.
Feliz lunes ;)
"Durante la edad media, y hasta finales del S. XVIII, se instauraron en el exterior de las principales puertas de entrada a las ciudades, unas oficinas que regulaban el cobro de impuestos y tasas municipales sobre las mercancías que entraban en las mismas. Al mismo tiempo, y aparte de esta función recaudatoria, estas oficinas ejercían un control sanitario sobre todos y cada uno de los alimentos que entraban en las ciudades. Se les conocían con el nombre de fielatos.
El término fielato procede del fiel o balanza que se usaba para el peaje.
Los fielatos estaban perfectamente regulados; por ejemplo, se establecía que éstos deberían estar abiertos a la salida del sol y cerrados a la puesta del mismo, o que en caso de no existir un fielato exterior, debería de establecerse uno o más fielatos interiores, según las necesidades, y la circulación de las mercancías solo podría realizarse por calles debidamente señalizadas y designadas a tal efecto.
En el caso de nuestra ciudad, el fielato se estableció en la Puerta de la Guía, y lo curioso es que al principio, al no tener una caseta u oficina como tal, el control de medidas y cobro de impuestos se realizaba en la misma puerta de entrada, no en el exterior.
Para ello, se grabaron todas y cada una de las medidas de capacidad y longitud establecidas como oficiales, (es decir, las que se usaban para la compra y venta de mercancías dentro de nuestra ciudad), en la misma piedra granítica de nuestra muralla romana.
De este modo, cuando el mercader llegaba a la puerta de entrada de Coria, tenía que cambiar las medidas que usaba para la venta y control de sus mercancías, por el tipo de medida que aparecían grabadas en la piedra y que eran las establecidas como oficiales para el mercadeo dentro de nuestra urbe.
Actualmente, aún podemos contemplar parte de estos grabados en la misma Puerta de la Guía, diferenciándose entre ellos medidas como el pie, el puño, el quintal, la media fanega, la fanega o la cuartilla".