04/09/2024
ORACIÓN DE SÚPLICA A LA CARIDAD DEL COBRE, PATRONA DE CUBA
Oración de súplica pronunciada por el Ilmo. y Rvdmo. Monseñor Dionisio García Ibáñez, Arzobispo de Santiago de Cuba, desde la S. Basílica Santuario de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, 1 de septiembre de 2024
Hermanos, antier se comenzó la Novena de la Virgen de la Caridad, el día 30, yo le pido a todos ustedes que pueden buscar seguro en internet los textos de la Novena, por lo menos recen un Avemaría, un Padrenuestro, un Gloria cada día. Ésa será su Novena. Y si pueden leer un pasaje de la Biblia, ésa será su Novena. Los cubanos en el mundo entero, aquellos que son devotos, seguro que participarán en las celebraciones en los templos católicos, aquí en Cuba en las casas de misión, en las procesiones que seguro que en Cuba y en otros países donde hay cubanos y hay devoción fuerte lo harán.
Y nosotros unámonos a ese anhelo de pedirle a Dios que la fe esté siempre en este pueblo, la esperanza esté en este pueblo, que la caridad esté muy bien arraigada en este pueblo para poder vivir en paz, y bien acá en nuestra tierra, y dondequiera que nosotros estemos.
Por eso vamos a hacer la oración de petición que hacemos todos los domingos.
“Señor Jesús, hoy venimos ante Ti, para agradecerte por estar siempre presente en medio de nosotros.
Gracias, porque te encontramos en el amor de los esposos fieles; de los padres y madres que están con sus hijos y los educan en la fe, la verdad y en la caridad; de los hijos que atienden con cariño a los ancianos de la casa; de quienes desde otras tierras ayudan a familiares y amigos; de los vecinos que se acompañan en p***s y alegrías; de tantos que sirven desinteresadamente a sus prójimos.
Ayúdanos a sentir el consuelo y la fortaleza en estos tiempos tan difíciles.
Te presentamos a las madres que luchan por alimentar a sus hijos; a tantos que no se cansan de buscar medicinas para sus enfermos; a los familiares de los presos que sueñan con verlos regresar, algún día, sanos al hogar; a los trabajadores que intentan brindar a sus seres queridos una casa digna; a los que lloran la emigración de esposos, hijos, nietos, amigos; a los que sufren la violencia y el robo; a los que soportan tantas carencias materiales y espirituales.
Aumenta nuestra fe, para tomar conciencia de que para Ti nada es imposible.
Envía tu Espíritu Santo para que todos los cubanos, con las potencialidades que nuestro pueblo tiene, aprendamos a vivir en armonía, en un solo corazón y una sola alma, con diferentes maneras de pensar, y, juntos, encontrar soluciones que nos conduzcan a nacer en paz, a trabajar en paz, a comer en paz, a morir en paz.
Santísima Virgen de la Caridad, Madre de nuestro Señor Jesús, presenta a tu Hijo nuestras oraciones, y dinos como en Caná: “Hagan lo que Él les diga”. Madre de todos los cubanos, repítenos nuevamente: “No tengan miedo, ¿Acaso no estoy yo aquí que soy tu Madre?”.
¡Jesús, Buen Pastor, escúchanos! Amén”