La linde de la finca la configura el Rio Gaidovar, afluente del Rio Guadalete, ofreciendo sitios particularmente bellos, donde poder disfrutar de la lectura o simplemente de la belleza del paisaje y la tranquilidad. Su superficie de más de 25 Has posibilitan un entorno de descanso y disfrute, en donde se pueden compaginar actividades y paseos por olivares centenarios donde evadirse de la realidad,
en una verdadera cura de stress. Es especialmente destacable la gran diversidad de la flora que se puede encontrar en la finca, fruto de muchos años en los que se ha intentado conseguir un “jardín Botánico”, en el que podemos encontrar no solo olivos, quejigos o fresnos típicos de la zona, sino además cerezos, granados, membrillos, higueras… que se funden con una maravillosa huerta ecológica, así como con el jardín romántico donde los setos de boj, los rosales y las calas le imprimen su sello especial,
Un nacimiento de agua en la propia finca hace que esta fluya por toda ella, a través de pequeños arroyos y cauces que hacen que el agua sea una parte indispensable del lugar. Otra zona especialmente atractiva es el lugar donde se encuentra la piscina, con merendero, cuya ubicación y entorno permiten disfrutar de un soberbio quejigal, así como de unas vistas impresionantes del macizo de Sierra que rodea a la finca. La finca cuenta con “El Olivar”, un amplio jardín con olivos centenarios, el “Jardín Romántico” anteriormente comentado donde disfrutar de la tranquilidad mental y espiritual , y “El Huerto” donde en verano se puede disfrutar de sus productos ecológicos, fruto de su esmerado cuidado.
